lunes, 29 de diciembre de 2008

¡ALABANZAS AL SEÑOR!

Salmo 117 (116).
Naciones y pueblos todos
Alaben al Señor
pues su amor por nosotros en muy grande.
¡LA fidelidad del Señor, es eterna!.
¡Aleluya!.

Salmo 122 (121)
ALABANZAS A JERUSALEN 
¡Que alegría cuando me dicen,
"Vamos al templo del Señor"! Jerusalén
¡ Ya estamos dentro de tus puertas!
Jerusalén, ciudad construida
para que en ella se reúna la comunidad.
A ella vienen las tribus del Señor
para alabar su nombre
como se le ordenó a Israel.
En ella están los tribunales de justicia,
los tribunales de la casa real de David.
Digan ustedes de corazón:
"Que haya paz en ti Jerusalén;
que vivan tranquilos los que te aman,
que haya paz en tus murallas;
que haya seguridad en tus palacios.
Y ahora por mis hermanos y amigos
diré: "Que haya paz en ti. Por el templo
del Señor nuestro Dios, procuraré tu bien".
¡Aleluya!.

EL NIÑO JESUS ES PRESENTADO EN EL TEMPLO.
Lc: 2 ,21-38
A los ocho días circuncidaron al niño,
y le pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre
que el ángel le había dicho a María antes que ella
estuviera encinta.
Cuando se cumplieron los días en que ellos debían
purificarse según la ley de Moisés,
llevaron el niño a Jerusalén para presentárselo al Señor.
Lo hicieron así porque en la ley del Señor está escrito;"Todo
hijo varón será consagrado al Señor". Fueron pues, 
a ofrecer en sacrificio lo que manda la ley del Señor: un par
de tórtolas o dos pichones de paloma.
En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre que
se llamaba Simeón. Era un hombre justo y piadoso,
que esperaba la restauración de Israel. El Espíritu Santo
estaba con Simeón y le había hecho saber que no moriría
sin ver antes al Mesías, a quién el Señor enviaría.
Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al templo;
y cuando los padres del niño Jesús lo llevaron también 
a él, para cumplir con lo que la ley ordenaba. Simeón
lo tomó en brazos y alabó a Dios, diciendo:
"Ahora, Señor, 
tu promesa está cumplida:
puedes dejar que tu siervo muera en paz.
Porque ya he visto la salvación
que has comenzado a realizar
a la vista de todos los pueblos,
la luz que alumbrará a las naciones
y que será la gloria de tu pueblo Israel."
El padre y la madre de Jesús se quedaron admirados
al oír lo que Simeón decía del niño.
Entonces Simeón les dio su bendición, y dijo a
María, la madre de Jesús:
_Mira este niño está destinado a hacer que
muchos en Israel caigan o se levanten. El será
una señal que muchos rechazarán, a fin de que las 
intenciones de muchos corazones queden al descubierto.
Pero todo esto va a ser para ti como una espada que atraviese
tu propia alma.
También estaba allí una profetisa llamada Ana, hija de Penuel,
de la tribu de Aser. Era ya muy anciana. Se casó siendo muy
joven, y había vivido con su marido siete años; hacía ya 
ochenta y cuatro años que se había quedado viuda. Nunca
salía del templo, sino que servía día y noche al Señor, con
ayunos y oraciones. Ana se presentó en aquel mismo
momento y comenzó a dar gracias a Dios y a hablar
del niño Jesús a todos los que esperaban la liberación de
Jerusalén. 
¡ Palabra de Dios!.
(Lecturas tomadas de la Biblia, versión DIOS HABLA HOY. Editorial Católica.)
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Oración de los fieles:

Que alegría cuando nos dijeron vamos a la casa del Señor,
Tu promesa  se había cumplido, Jesús había nacido de una
madre virginal y pura: María. Que alegría que constituiste 
con ese santo varón José, la mas bella y maravillosa familia:
UNA SAGRADA FAMILIA para que de ella tomáramos ejemplo.
Que alegría Padre bueno, que al cumplirse esa gran promesa
nos estabas dando desde ya un Padre, un Hijo y un Espíritu Santo.
Que alegría señor que ademas nos lo diste como hermano y lo enviaste
para constituirnos en tus hijos.  Para que a través de Ël pudiéramos
rescatar la dignidad perdida, cuando nos creaste a imagen y 
semejanza tuya. Por eso esta alegría va llena de alabanzas y de
acción de gracias.  Por eso decimos que haya paz y vivan
tranquilos los que te aman.  Que tu gracia y tu amor  sean
luz  que perdure toda nuestra vida.  Tu amor no ha tenido 
límites, tu amor es grande y perdura para siempre. Cómo
pues no alabarte, bendecirte y glorificarte, sí gracias a tu
misericordia vivimos, gracias a tu plan los enfermos sanan,
tu Hijo nos ha dado esa plenitud que tu tenías preparada desde
  siempre para todos los que te aman y se entregan a ti.
HOY, en medio de un mundo lleno de violencia, de guerras,
tu ¡Oh Padre! nos aseguras la paz, porque tu Hijo Jesús es 
la fuente de toda paz, el es el lazo de toda fraternidad. El es
el nacimiento de un mundo fraterno que nos prepara para
que los hombres de toda raza y lenguas se unan de las manos
y se rompan las barreras que hoy se levantan como murallas
impenetrables por los odios, las injusticias, el fanatismo religioso.
Por ello los que te proclamamos con gritos de alegría y júbilo alzamos
nuestras voces y nuestras manos y decimos: Ya llegó nuestro Dios
 a rescatarnos, a liberarnos y vivir un mundo fraterno y lleno de luz.
Gloria a ti Padre, Gloria a ti Hijo, Gloria ti Espíritu Santo.
Que los cielos, la tierra, el universo entero eleven himnos y
alabanzas a  nuestro Dios y que todo lo que respire y se mueva
alabe y bendiga a nuestro Señor. Aleluya. Amen

FELIZ AÑO NUEVO 2009
A todos los hermanos que reciben las promesas a través de esta página,
les damos las gracias por recibirlas y ayudar a sembrarlas. Así mismo
les hacemos llegar nuestros  deseos y bendiciones para que este año
que esta por terminar y el nuevo año 2009 reciban de nuestro Señor, 
la fe que mueve montañas, la caridad y la ternura de la Virgen María
y de San José, que los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael vengan 
siempre en auxilio y les protejan de todo peligro. Y que la
luz, el amor y la paz de nuestro Divino Jesús permanezca siempre 
en nosotros y en el mundo entero. Feliz Año les deseamos:
Emirva Mendez y familia