domingo, 21 de diciembre de 2008

NACIMIENTO Y REINADO DEL PRINCIPE DE LA PAZ.

Is: 9, 6-7
Porque nos ha nacido un niño,
Dios ha dado un hijo,
al cual le ha concedido
el poder gobernar.
Y le dirán estos nombres:
ADMIRABLE en sus planes, Dios invencible,
Padre eterno, Príncipe de la Paz.
Se sentará en el trono de David,
extenderá su poder su poder real a todas partes,
y la paz no se acabará.
Su reinado quedará bien establecido,
y sus bases serán la justicia y el derecho
desde ahora y para siempre.
Esto lo hará el ardiente amor
del Señor Todopoderoso.
Palabra y promesa de Dios. ¡Aleluya!.

Lc: 1,26-38.
UN ANGEL ANUNCIA EL NACIMIENTO DE JESUS.
A los seis meses, Dios mandó al ángel Gabriel a un
pueblo de Galilea llamado Nazaret, donde vivía una
joven llamada María, era virgen, pero estaba comprometida
para casarse con un hombre llamado José, descendiente del
rey David. El ángel entró en el lugar donde ella estaba y
le dijo:
-¡Salve llena de gracia! El Señor está contigo.
María se sorprendió de estas palabras y se preguntaba 
que significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
-María no tengas miedo, pues tu gozas del favor de 
Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo,
y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre,
al que llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios el Señor
lo hará Rey como su antepasado David, para que reine
por siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no
tendrá fin. 
María preguntó al ángel:
-¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún
hombre?.
El ángel le contestó.
-El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del
Altísimo se posará sobre ti. Por eso el niño que va
a nacer será llamado Santo y Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel va a tener un hijo, a pesar
de que es anciana, la que decían que no podía tener hijos,
está encinta desde hace seis meses. PARA DIOS NO HAY
NADA IMPOSIBLE.
Entonces María dijo:
-Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como
me has dicho.
Con esto el ángel se fue. 
Palabra de Dios, ¡Aleluya!.

NACIMIENTO DE JESUS.

Lc: 2, 1-7 (Mt 1. 18-25)
Por aquel tiempo, el emperador Augusto
ordenó que se hiciera un censo de todo el mundo.
Este primer censo fue hecho siendo Quirino, 
gobernador de Siria.
Todos tenían que ir a inscribirse a su propio pueblo.
Por esto, José salió del pueblo de Nazaret, de la región
de Galilea, y se fue a Belén, en Judea, donde había nacido
el rey David, porque José era descendiente de David. 
Fue allá a inscribirse, junto con María, su esposa, que
se encontraba encinta. Y sucedió que mientras estaban 
en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz.
Y allí nació su primogénito, y lo envolvió en pañales y
lo acostó en el establo, porque no había encontrado
alojamiento para ellos en el mesón,

Lc 2, 11-14.
"Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador,
que es el Mesías, el Señor. Como señal encontrarán
ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo.
En aquel momento aparecieron, junto al ángel muchos
otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:
¡Gloria a Dios en las alturas!
¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!.
 Palabra de Dios. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!.

ORACION DE LOS FIELES.

Dios bendito y Altísimo Señor del Cielo, llenos de gozo
unimos nuestras voces y nuestros corazones al saludo de
Santa Isabel a María, la llena de gracia:
"¡Dios te ha bendecido mas que a todas las mujeres, y
ha bendecido a tu Hijo!. ¿Quién soy yo, para que venga
a visitarme la madre de mi Señor?.
¡Dichosa tu por haber creído que han de cumplirse
las cosas que el Señor te ha dicho!.
Y hoy a ti madre Santísima de nuestro Señor Jesús, 
que nos visites a cada uno de nosotros como lo hiciste 
con tu parienta Isabel. Y en tu visita llénanos de tu fe,
de tu caridad con el prójimo y enséñanos amarte como
te ama tu Jesús. Enséñanos Madre a no dudar, enséñanos
madre a amar. ¡Madre que tu amor y tu caridad, tu fe
y tu humildad nos permitan ser merecedores de la
gracia de Dios Padre y que hoy podamos recibir en
espìritu y en verdad a tu divino niño. Que en estas
celebraciones el gozo con ese encuentro con Jesús
sea esa luz que alumbre nuestra oscuridad y asi
podamos gozar de un mundo pleno de paz, de
justicia social, de plenitud de vida. Que sea la luz
que alumbre nuestras vidas, a nuestros hogares, a
nuestra iglesia, a todos los pueblos del mundo.
Que su luz encienda a este mundo con ese llama de 
tu amor. Ven Madre con tu amado esposo José. Ven
a ser el modelo de la familia que hoy día se desintegra
cada vez mas. Ven para que podamos decirle a Dios,
como le dijiste tu:
"Mi alma alaba la grandeza del Señor,
Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador.
Porque Dios ha puesto sus ojos en mi su
humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán
dichosa; porque el Todopoderoso ha hecho en mi
grandes cosas.
¡Santo es su nombre!
Dios tiene siempre misericordia de quienes lo
reverencian. Actuó con todo su poder:
deshizo los planes de los orgullosos,
derribo a los reyes de sus tronos u puso en alto
a los humildes.
LLenó de bienes a los hambrientos y despidió
a los ricos con las manos vacías.
Ayudo al pueblo de Israel su siervo, y no se olvidó
de tratarlo con misericordia.
Así lo había prometido a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus descendientes."

Nota: Las lecturas han sido tomadas de La Santa Biblia,
versión Dios Habla Hoy, Editorial Católica.
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Al  aproximarse esta grandiosa celebración de la Navidad,
Sembrando Las Promesas  les envía a todos y cada uno de ustedes,
nuestras bendiciones y oraciones para que 
recibamos la luz y la fe de Jesús y que por los méritos
de su Divina infancia, nos de la gracia de tener un encuentro 
personal con EL y lograr entre todos la convivencia de un 
mundo mejor y de paz.
¡Feliz Navidad!
Su hermana en Cristo Jesús,
Emirva Méndez.