HOY DEDICAMOS ESTA EDICION PARA DAR A CONOCER MAS SOBRE LAS LECTURAS, MEDITACIONES Y REFLEXIONES EN ESTA CELEBRACION DE ADVIENTO. Domingo 15 de Diciembre 2012


"Queridos amigos, el Adviento es el tiempo de la presencia y de la espera de lo eterno. Precisamente por esta razón es, de modo especial, el tiempo de la alegría, de una alegría interiorizada, que ningún sufrimiento puede eliminar. La alegría por el hecho de que Dios se ha hecho niño. Esta alegría, invisiblemente presente en nosotros, nos alienta a caminar confiados. La Virgen María, por medio de la cual nos ha sido dado el Niño Jesús, es modelo y sostén de este íntimo gozo. Que ella, discípula fiel de su Hijo, nos obtenga la gracia de vivir este tiempo litúrgico vigilantes y activos en la espera."
- S.S. Benedicto XVI, Homilía del 28 de noviembre del 2009

INDICACIONES

TODOS: En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Estamos ya en la tercera
semana de Adviento: aumenta nuestra alegría y nuestro
jubilo por la venida del Señor Jesús, que estpa
cada vez más cerca de nosotros. Empecemos nuestra oración
cantando VEN PRONTO SEÑOR (u otro canto apropiado).
1. ¡Oh Pastor de la Casa
de Israel!, trae a tu pueblo la ansiada salvación.
Verbo Eterno de la boca del Padre, fuiste anunciado por labios
de profeta.
¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR! (2v)
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR! (2v)
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA
JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA,
HAZ GERMINAR AL SALVADOR! (2v)
¡ÁBRETE, TIERRA,
HAZ GERMINAR AL SALVADOR! (2v)
2. El clamor de los pueblos se
levanta. Hijo de David, las naciones te esperan. Queremos
la llegada de tu Reino. Ven a liberar del pecado a los pueblos.
3. Emmanuel, Salvador de las
naciones, eres esperanza del pueblo peregrino. Sol naciente,
esplendor de la justicia, Tú nos salvarás con
tu brazo poderoso.
4. Esperanza de una Mujer humilde:
Ella es la Virgen que pronto dará a luz. Silenciosa,
espera al Salvador: llega ya la hora de la liberación.
MONITOR: Vamos a encender la
tercera vela de nuestra corona de Adviento. El Señor
está más cerca de nosotro sy nos ilumina cada
vez más. Abramos nuestro corazón, que muchas
veces está en tinieblas, a la luz admirable de su amor.
LECTOR: Lectura tomada del Evangelio
según San Lucas:
"La gente le preguntaba:
"Pues ¿qué debemos hacer?"
Y él les respondía:
"El que tenga dos túnicas, que las reparta con
el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo".
Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron:
"Maestro, ¿qué debemos hacer?"
Él les dijo: "No
exijáis más de lo que os está fijado".
Preguntáronle también unos soldados: "Y
nosotros ¿qué debemos hacer?"
Él les dijo: "No
hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias
falsas, y contentaos con vuestra soldada".
Como el pueblo estaba a la espera,
andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si
no sería él el Cristo; respondió Juan
a todos diciendo: "Yo os bautizo con agua; pero viene
el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle
la correa de sus sandalias. Él os bautizará
en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo
para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero
la paja la quemará con guego que no se apaga".
Y, con otras muchas exhortaciones,
anunciaba al pueblo la Buena Nueva".
MONITOR: Vamos a encender la
tercera vela de nuestra corona. Cantemos OS ANUNCIAMOS (u
otro canto apropiado)
CANTAD CON GOZO, CON ILUSIÓN
YA SE ACERCA EL SEÑOR.
YA SE ACERCA EL SEÑOR.
1. Os anunciamos el gozo de Adviento
con la primera llama ardiendo; se acerca ya el tiempo de salvación,
disponed, pues, la senda al Señor.
2. Os anunciamos el gozo de Adviento
con la segunda llama ardiendo; el primer ejemplo Cristo nos
dio, vivid unidos en el amor.
3. Os anunciamos el gozo de Adviento
con la tercera llama ardiendo; el mundo que vive en la oscuridad
brille con esta gran claridad.
MONITOR: Acudamos ahora a Santa
María, que colaborando con el Plan del Padre permitió
que la luz del Señor ilumine a la humanidad, y pidámosle
que siga intercediendo por nosotros en este tiempo de preparación.
Recemos juntos la oración.
Brillante Luna de la Nueva Evangelización,
que con tu fulgor iluminas la noche por la que tantos deambulan sin rumbo en el rumbo de la "cultura de muerte"
alumbra todo humano caminar con la luz del Señor Jesús
que sin igual sabes reflejar. Que así sea. Amén.
que con tu fulgor iluminas la noche por la que tantos deambulan sin rumbo en el rumbo de la "cultura de muerte"
alumbra todo humano caminar con la luz del Señor Jesús
que sin igual sabes reflejar. Que así sea. Amén.
MONITOR: Terminemos nuestra oración
cantando MADRE NUESTRA (u otro canto apropiado).
MADRE NUESTRA, QUE EN MEDIO DE
LA NOCHE
DISTE AL MUNDO LA LUZ DEL REDENTOR,
DANOS HOY OTRA VEZ AL ESPERADO,
QUE ANDAMOS COMO OVEJAS SIN PASTOR. (2v)
DISTE AL MUNDO LA LUZ DEL REDENTOR,
DANOS HOY OTRA VEZ AL ESPERADO,
QUE ANDAMOS COMO OVEJAS SIN PASTOR. (2v)
1. María se llamaba la
Virgen que ante el Ángel, aceptando el llamado un "Sí"
rotundo dio. En esa Madre nuestra el que hizo tierra y cielo,
Dios Todopoderoso, un día se encarnó.
2. Aquel a quien adoran el sol
y las estrellas, el que viste las flores y amansa el fiero
mar, Dios que a todos ama, con toda su grandeza del seno de
María muy pronto nacerá.
TODOS: En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ca. » (Antífona
de Entrada
El Papa expresa sus condolencias a familias de víctimas de masacre en EEUU

Papa Benedicto XVI
VATICANO, 15 Dic. 12 / 09:46 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Benedicto XVI manifestó su dolor de corazón y cercanía en oración con los familiares y las víctimas del tiroteo perpetrado ayer en la Escuela Primaria Sandy Hook, en Newtown, en el estado de Connecticut (Estados Unidos).
La mañana del 14 de diciembre, un joven armado identificado como Adam Lanza ingresó a la escuela y asesinó a 26 personas, 20 de ellos niños de entre 5 y 10 años, antes de suicidarse.
En un telegrama remitido al Administrador diocesano de Bridgeport, Mons. Jerald A. Doyle, y firmado por el Cardenal Tarcisio Bertone, se indica que el Santo Padre fue “informado sin demora de la balacera en la Escuela Primaria Sandy Hook”.
Al tomar conocimiento del hecho, el Papa le pidió al Cardenal Bertone “transmitir su dolor sincero y asegurar su cercanía en la oración a las víctimas y sus familias, así como a todos los afectados”.
El Papa Benedicto XVI, “a raíz de esta tragedia sin sentido, le pide a Dios, nuestro Padre, consolar a todos los que lloran y sostener a toda la comunidad con la fuerza espiritual que triunfa sobre la violencia por el poder del perdón, la esperanza y el amor reconciliador”.
Oración Universal.
Por nuestra Santa Madre Iglesia, para que siempre manifestemos la alegría de los hijos de Dios, Roguemos al Señor.
Por los que gobiernan las naciones, para que cada uno sepa descubrir y ponga en práctica la parte que le corresponde en la construcción de un mundo mejor, Roguemos al Señor.
Por Venezuela y sus habitantes, para que este Adviento sea tiempo de gracia, de paz y de tranquilidad, Roguemos al Señor.
Por los enfermos y ancianos, especialmente los de nuestras familias y los de la parroquia, para que su enfermedad sea oportunidad para crecer en la fe, esperanza y amor de Dios, Roguemos al Señor.
Por un aumento en las vocaciones en la vida sacerdotal y religiosa, Roguemos al Señor.
Por nosotros aquí reunidos en esta celebración eucarística, para que vivamos nuestro cristianismo con alegría, no sólo en nuestro corazón, sino también en nuestros hogares y comunidad, Roguemos al Señor.
Por
el dolor que sufren nuestros hermanos en Cunnecticut, USA por la masacre
acontecida en una escuela primaria donde murieron mas de viente niños en
las edades de 5 a 10 años y varios adultos, para que Jesus se apiade de
todos ellos y les de a sus padres y familiares la fortalece para
soportar este dolor y estas perdidas. Roguemos al Señor.
Por todos los paises de America, y por la paz en el mundo para que todas las divergencias y amenazas de guerra en el mundo sean desterradas y la reonciliacion sea un hecho con la venida de Jesus. ¡Amen!
Autor: Tere Fernández del Castillo
| Fuente: Catholic.net
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Tiempo para prepararse y estar en gracia para vivir correctamente la Navidad | |||
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EVANGELIO:
Del santo Evangelio según san Mateo 17, 10 - 13
En aquel tiempo los discípulos le preguntaron a Jésus: «¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?» El les respondió : «Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más yo les aseguro a ustedes que Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer a manos de ellos». Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista.
Oración introductoria
Señor, te pido que esta oración me prepare interiormente para tu venida la próxima Navidad. Concédeme dejar de lado todos los pendientes, las distracciones que me hacen sordo a tu voz. Abre mi corazón y dame un espíritu dócil y generoso para hacer vida el Evangelio de este día en mis pensamientos, palabras y acciones.
Petición
Padre bueno, dame la sabiduría para saber reconocerte en mis hermanos más necesitamos.
Meditación del Papa
El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, que en el siglo IX antes de Cristo defendió valerosamente contra la contaminación de los cultos idólatras la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. [...] María, fue la primera que creyó y experimentó, de modo insuperable, que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente su Palabra, "llegó felizmente al santo monte", y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo encomendar hoy a todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo y, de modo especial, a las de la Orden del Carmen, entre las cuales recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejos de aquí, que he visitado en estos días. Que María ayude a todos los cristianos a encontrar a Dios en el silencio de la oración. Benedicto XVI, 16 de julio de 2006.
Reflexión
Jesús se ha transfigurado. Ha permitido que sus apóstoles más cercanos tengan una experiencia de "gloria". Algo que sólo podremos gozar en el cielo. Animados por haber participado de esta extraordinaria visión, llenos de alegría y paz, se deciden y preguntan acerca del precursor del Mesías. La respuesta no deja lugar a dudas. El precursor ha venido, pero no le han hecho caso: "han hecho lo que han querido"... era la voz que clamaba, pero pocos la supieron escuchar.
A veces nuestra vida espiritual se reduce a lo que "yo" creo. Me rijo por el "yo necesito", "yo rezo", y convertimos la fe en un "producto" que yo me preparo a mi medida y gusto. Sin embargo, no podemos aplicar esta regla para descubrir las cosas de Dios.
S. Juan de la Cruz fue un fraile carmelita que supo escuchar a Dios, que supo encontrarle. Lo hizo sobre todo en los momentos de mayor prueba en su vida. Recluído nueve meses en una estrecha y oscura prisión, fue allí, entre sufrimientos y privaciones donde vieron la luz sus más profundos y bellos poemas espirituales. Porque Dios vive, actúa y está presente en los hombres y en todas las creaturas de la naturaleza. Todo esto es posible cuando el presupuesto de nuestra oración dejo de ser "yo", y se convierte en el "Tu". Cuando dejo de "oírme" y comienzo a escuchar. Porque orar es, sobre todo, escuchar a Dios. Se requiere silencio y apertura de corazón.
Presentarse uno mismo, como es, con sinceridad ante el espejo del alma. Hace falta la valentía de aceptarse, con todos nuestros límites y virtudes, pero además, hace falta meter a Dios en esa aceptación, en ese diálogo. Es necesario conectarse a Dios desde la sinceridad de uno mismo. Aquellos judíos no reconocieron a Juan, y no reconocerán a Jesucristo. Nosotros estamos en mejores condiciones. Las dificultades siempre las tendremos, pero podemos vencerlas si somos sinceros y si tenemos la firme convicción que nuestra "conexión" con Dios es la cosa más importante que tenemos y que nuestro "yo" está subordinado al Tú de Dios, que es AMOR.
Propósito
Rezar, preferentemente en familia, un rosario para encomendar a María a todas las comunidades de vida contemplativa.
Diálogo con Cristo
Como bautizado soy como un nuevo Elías o Juan el Bautista, un instrumento para preparar y abrir los corazones de los demás para la venida de su Hijo. María, en este sábado, dedicado a tu memoria, enséñame a reconocer a tu Hijo Jesucristo por medio de la oración. Intercede ante tu Hijo para que aumente mi fe y tenga la confianza que tú siempre tuviste y, sobre todo, la humildad que caracterizó tu vida, para cumplir así con todo lo que me pidas.
Del santo Evangelio según san Mateo 17, 10 - 13
En aquel tiempo los discípulos le preguntaron a Jésus: «¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?» El les respondió : «Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más yo les aseguro a ustedes que Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer a manos de ellos». Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista.
Oración introductoria
Señor, te pido que esta oración me prepare interiormente para tu venida la próxima Navidad. Concédeme dejar de lado todos los pendientes, las distracciones que me hacen sordo a tu voz. Abre mi corazón y dame un espíritu dócil y generoso para hacer vida el Evangelio de este día en mis pensamientos, palabras y acciones.
Petición
Padre bueno, dame la sabiduría para saber reconocerte en mis hermanos más necesitamos.
Meditación del Papa
El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, que en el siglo IX antes de Cristo defendió valerosamente contra la contaminación de los cultos idólatras la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. [...] María, fue la primera que creyó y experimentó, de modo insuperable, que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente su Palabra, "llegó felizmente al santo monte", y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo encomendar hoy a todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo y, de modo especial, a las de la Orden del Carmen, entre las cuales recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejos de aquí, que he visitado en estos días. Que María ayude a todos los cristianos a encontrar a Dios en el silencio de la oración. Benedicto XVI, 16 de julio de 2006.
Reflexión
Jesús se ha transfigurado. Ha permitido que sus apóstoles más cercanos tengan una experiencia de "gloria". Algo que sólo podremos gozar en el cielo. Animados por haber participado de esta extraordinaria visión, llenos de alegría y paz, se deciden y preguntan acerca del precursor del Mesías. La respuesta no deja lugar a dudas. El precursor ha venido, pero no le han hecho caso: "han hecho lo que han querido"... era la voz que clamaba, pero pocos la supieron escuchar.
A veces nuestra vida espiritual se reduce a lo que "yo" creo. Me rijo por el "yo necesito", "yo rezo", y convertimos la fe en un "producto" que yo me preparo a mi medida y gusto. Sin embargo, no podemos aplicar esta regla para descubrir las cosas de Dios.
S. Juan de la Cruz fue un fraile carmelita que supo escuchar a Dios, que supo encontrarle. Lo hizo sobre todo en los momentos de mayor prueba en su vida. Recluído nueve meses en una estrecha y oscura prisión, fue allí, entre sufrimientos y privaciones donde vieron la luz sus más profundos y bellos poemas espirituales. Porque Dios vive, actúa y está presente en los hombres y en todas las creaturas de la naturaleza. Todo esto es posible cuando el presupuesto de nuestra oración dejo de ser "yo", y se convierte en el "Tu". Cuando dejo de "oírme" y comienzo a escuchar. Porque orar es, sobre todo, escuchar a Dios. Se requiere silencio y apertura de corazón.
Presentarse uno mismo, como es, con sinceridad ante el espejo del alma. Hace falta la valentía de aceptarse, con todos nuestros límites y virtudes, pero además, hace falta meter a Dios en esa aceptación, en ese diálogo. Es necesario conectarse a Dios desde la sinceridad de uno mismo. Aquellos judíos no reconocieron a Juan, y no reconocerán a Jesucristo. Nosotros estamos en mejores condiciones. Las dificultades siempre las tendremos, pero podemos vencerlas si somos sinceros y si tenemos la firme convicción que nuestra "conexión" con Dios es la cosa más importante que tenemos y que nuestro "yo" está subordinado al Tú de Dios, que es AMOR.
Propósito
Rezar, preferentemente en familia, un rosario para encomendar a María a todas las comunidades de vida contemplativa.
Diálogo con Cristo
Como bautizado soy como un nuevo Elías o Juan el Bautista, un instrumento para preparar y abrir los corazones de los demás para la venida de su Hijo. María, en este sábado, dedicado a tu memoria, enséñame a reconocer a tu Hijo Jesucristo por medio de la oración. Intercede ante tu Hijo para que aumente mi fe y tenga la confianza que tú siempre tuviste y, sobre todo, la humildad que caracterizó tu vida, para cumplir así con todo lo que me pidas.
María abre nuestros corazones a la venida de su Hijo
La primera mirada y el primer pensamiento en el Adviento, dirijámoslo a María, que preparó a conciencia el primero y verdadero adviento.
Autor: P. Alberto Ramírez Mozqueda | Fuente: Catholic.net
Esta reflexión, quiero dirigirla a María, que preparó a conciencia el primero y verdadero adviento.
Nadie como ella, supo interpretar los signos de los tiempos, sintiendo que el Señor estaba cerca, ella oró como nadie con el Salmo 4: Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.
Y cuando le fue propuesta la maternidad nada menos que del mismísimo Hijo de Dios no supo, y no pudo y no quiso decir que no. Su vida fue un "sí" rotundo a los planes de Dios en su vida: Con quien guarda su alianza y sus mandatos el Señor es leal y bondadoso. El Señor se descubre a quien le teme y le enseña el sentido de su alianza.
Ella temió al Señor, esperó con verdadera esperanza, y por eso le fue concedido el sentido de la alianza, siendo ella, con su sí, quien propiciaba que el Dios lejano se hiciera nuestro, y a partir de la encarnación de su Hijo, Dios tuviera otro título que antes no tenía: "Emmanuel", el Dios con nosotros, el Salvador, el que puso su tienda entre nosotros.
Parece que de María tendríamos que explayarnos hasta la última semana de Adviento, pero quién mejor que ella para abrir y disponer los corazones para que esta Navidad no tenga las características de ser solo una fiesta más, o mejor la fiesta de las fiestas, donde hay de todo, pero donde se siente muchas veces un vacío.
Y no tanto por las cosas de las que no se pudo disponer para la fiesta y el festejo, sino precisamente por no haber dispuesto el corazón, para hacer ahí el Adviento, la llegada, la recepción y la acogida para el recién nacido.
Navidad será entonces un festejo anticipado de la Pascua del Señor. Sin su encarnación, no hubiera sido posible ni la entrega, ni la redención, ni la cruz, pero tampoco la Resurrección y la vuelta de los hijos de Dios a la casa, al Reino, a los brazos amorosos del buen Padre Dios.
La Navidad nos hermanará en torno al divino Niño, nos hará compadecernos y enternecernos a la vista de quien se convierte en la presencia más cercana del Dios de los Cielos, el Dios de cielo y tierra.
Pero no nos hagamos ilusiones ni nos quedemos en un sentimentalismo con ribetes de superficialidad, de placer y hasta de egoísmo.
Todos queremos tenerlo todo y disfrutarlo ese día, aunque sepamos muy clarito que a tu lado hay alguien que pasa hambre y sed y desnudez. No nos hagamos ilusiones de que cantado un villancico de bodega comercial ya la hicimos.
Cierto que el niño es el niño Dios, y que ya vino y se ha quedado entre nosotros. Pero hoy es día de recordar, que ese niño que vino en carne mortal, en la sencillez, en la humildad y en la pobreza, vendrá de nueva cuenta, y no precisamente en humildad sino con toda la majestuosidad de quien tiene sobre sí el Poderío y el Reino y el Juicio de este mundo:
Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Él volverá, y volverá para dar la mano a los que fueron señalados para el Reino, y para introducirlos a la presencia del Padre.
Si pasó desapercibido en su nacimiento y pasa hoy desapercibido porque los que lo tenemos que dar a conocer nos hemos dormido, entonces su presencia será visible a los cuatro puntos cardinales. Es más, ya no habrá puntos cardinales, porque él será el centro de todo.
Cuando estas cosas sucedan, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación.
¡Qué bueno que sea el mismo Cristo el que lo diga, el que nos haga la gran invitación, levantar la cabeza, levantarla de lo que nos parecía tan importante, de lo que nos parecía imprescindible, de lo que no podíamos desprendernos, hasta de nuestro teléfono celular que nos hacía parecer importantes, cuando en toda ocasión teníamos que levantarnos delante de los demás para entrar en una conversación sin igual, así fuera en el mismo templo y en la mismísima Eucaristía!
Entonces Cristo será lo único imprescindible, pues sin él definitivamente no entraremos al Reino de los cielos. Es la hora de la liberación, la hora de la libertad, la libertad que nos asemejará al Buen Padre Dios que en su liberalidad nos envió a su Hijo Jesucristo.
De cualquiera de nosotros que lo digan, siempre existe la sospecha de ser candil de la calle y oscuridad de la casa, pero es el mismo Cristo el que nos invita a levantar la cabeza, porque la hora de la liberación estará cerca, el que también nos invita a disponer nuestros corazones.
No podemos encontrar mojigatería ni palabras vanas en Cristo: Estén ALERTAS, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquél día los sorprenda desprevenidos: porque caerá de repente como una tromba sobre todos los habitantes de la tierra.
Además del ALERTAS, Cristo usa otros dos verbos que pueden ser la clave para que este Adviento y esta Navidad sean verdaderamente la clave de nuestra salvación: "VELEN, pues, y HAGAN ORACIÓN, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre".
Con la cabeza en alto, alertas, velando y en oración, podemos invocar este día la presencia de María sobre nuestro corazón, nuestra familia, nuestra parroquia y nuestro mundo:
Santa maría del adviento, abre nuestros corazones, como tú lo hiciste en el primer Adviento, a la venida de tu Hijo Jesucristo.
La primera mirada y el primer pensamiento en el Adviento, dirijámoslo a María, que preparó a conciencia el primero y verdadero adviento.
Autor: P. Alberto Ramírez Mozqueda | Fuente: Catholic.net
Esta reflexión, quiero dirigirla a María, que preparó a conciencia el primero y verdadero adviento.
Nadie como ella, supo interpretar los signos de los tiempos, sintiendo que el Señor estaba cerca, ella oró como nadie con el Salmo 4: Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.
Y cuando le fue propuesta la maternidad nada menos que del mismísimo Hijo de Dios no supo, y no pudo y no quiso decir que no. Su vida fue un "sí" rotundo a los planes de Dios en su vida: Con quien guarda su alianza y sus mandatos el Señor es leal y bondadoso. El Señor se descubre a quien le teme y le enseña el sentido de su alianza.
Ella temió al Señor, esperó con verdadera esperanza, y por eso le fue concedido el sentido de la alianza, siendo ella, con su sí, quien propiciaba que el Dios lejano se hiciera nuestro, y a partir de la encarnación de su Hijo, Dios tuviera otro título que antes no tenía: "Emmanuel", el Dios con nosotros, el Salvador, el que puso su tienda entre nosotros.
Parece que de María tendríamos que explayarnos hasta la última semana de Adviento, pero quién mejor que ella para abrir y disponer los corazones para que esta Navidad no tenga las características de ser solo una fiesta más, o mejor la fiesta de las fiestas, donde hay de todo, pero donde se siente muchas veces un vacío.
Y no tanto por las cosas de las que no se pudo disponer para la fiesta y el festejo, sino precisamente por no haber dispuesto el corazón, para hacer ahí el Adviento, la llegada, la recepción y la acogida para el recién nacido.
Navidad será entonces un festejo anticipado de la Pascua del Señor. Sin su encarnación, no hubiera sido posible ni la entrega, ni la redención, ni la cruz, pero tampoco la Resurrección y la vuelta de los hijos de Dios a la casa, al Reino, a los brazos amorosos del buen Padre Dios.
La Navidad nos hermanará en torno al divino Niño, nos hará compadecernos y enternecernos a la vista de quien se convierte en la presencia más cercana del Dios de los Cielos, el Dios de cielo y tierra.
Pero no nos hagamos ilusiones ni nos quedemos en un sentimentalismo con ribetes de superficialidad, de placer y hasta de egoísmo.
Todos queremos tenerlo todo y disfrutarlo ese día, aunque sepamos muy clarito que a tu lado hay alguien que pasa hambre y sed y desnudez. No nos hagamos ilusiones de que cantado un villancico de bodega comercial ya la hicimos.
Cierto que el niño es el niño Dios, y que ya vino y se ha quedado entre nosotros. Pero hoy es día de recordar, que ese niño que vino en carne mortal, en la sencillez, en la humildad y en la pobreza, vendrá de nueva cuenta, y no precisamente en humildad sino con toda la majestuosidad de quien tiene sobre sí el Poderío y el Reino y el Juicio de este mundo:
Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Él volverá, y volverá para dar la mano a los que fueron señalados para el Reino, y para introducirlos a la presencia del Padre.
Si pasó desapercibido en su nacimiento y pasa hoy desapercibido porque los que lo tenemos que dar a conocer nos hemos dormido, entonces su presencia será visible a los cuatro puntos cardinales. Es más, ya no habrá puntos cardinales, porque él será el centro de todo.
Cuando estas cosas sucedan, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación.
¡Qué bueno que sea el mismo Cristo el que lo diga, el que nos haga la gran invitación, levantar la cabeza, levantarla de lo que nos parecía tan importante, de lo que nos parecía imprescindible, de lo que no podíamos desprendernos, hasta de nuestro teléfono celular que nos hacía parecer importantes, cuando en toda ocasión teníamos que levantarnos delante de los demás para entrar en una conversación sin igual, así fuera en el mismo templo y en la mismísima Eucaristía!
Entonces Cristo será lo único imprescindible, pues sin él definitivamente no entraremos al Reino de los cielos. Es la hora de la liberación, la hora de la libertad, la libertad que nos asemejará al Buen Padre Dios que en su liberalidad nos envió a su Hijo Jesucristo.
De cualquiera de nosotros que lo digan, siempre existe la sospecha de ser candil de la calle y oscuridad de la casa, pero es el mismo Cristo el que nos invita a levantar la cabeza, porque la hora de la liberación estará cerca, el que también nos invita a disponer nuestros corazones.
No podemos encontrar mojigatería ni palabras vanas en Cristo: Estén ALERTAS, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquél día los sorprenda desprevenidos: porque caerá de repente como una tromba sobre todos los habitantes de la tierra.
Además del ALERTAS, Cristo usa otros dos verbos que pueden ser la clave para que este Adviento y esta Navidad sean verdaderamente la clave de nuestra salvación: "VELEN, pues, y HAGAN ORACIÓN, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre".
Con la cabeza en alto, alertas, velando y en oración, podemos invocar este día la presencia de María sobre nuestro corazón, nuestra familia, nuestra parroquia y nuestro mundo:
Santa maría del adviento, abre nuestros corazones, como tú lo hiciste en el primer Adviento, a la venida de tu Hijo Jesucristo.
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