jueves, 19 de marzo de 2009

"VIVIRE Y ANDARE ENTRE ELLOS: YO SERE SU DIOS Y ELLOS MI PUEBLO"

APARTARSE DEL MAL.
2 Corintios 6. 14-18  y 7.  1.

No se unan ustedes en un mismo yugo con los que no creen. Porque ¿qué tienen en común la justicia y la injusticia? ¿O cómo puede la luz ser compañera de la obscuridad? No puede haber armonía entre Cristo y Belial, ni entre un creyente y un incrédulo. No puede haber nada en común entre el templo de Dios y los ídolos. Porque nosotros somos templos de Dios viviente, como él mismo dijo:
"Viviré y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Por eso también dice el Señor: "Salgan de en medio de ellos; y apártense,
no toquen nada impuro.
Entonces yo los recibiré y seré un Padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos,"
dice el Señor todopoderoso."
2Co. 7.1
Así pues, queridos hermanos, estas son las promesas que tenemos. Por eso debemos mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos, tanto en el cuerpo como en espíritu; y en el temor de Dios procuremos alcanzar  una completa Santidad. 
Palabra y promesa de Dios.  ( tomada de la Biblia Católica Dios Habla Hoy).
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Hermanos del Pueblo de Dios,  continuamos en el tiempo de la cuaresma, y es tiempo de reflexionar y profundizar en los misterios de nuestra fe, es un tiempo  para que cada uno haga el esfuerzo de enderezar el camino, tiempo de apartarnos de todo lo que nos aparta del camino  y de la gracia de Dios.
Hoy mas que nunca debemos ver las señales de los tiempos de un mundo inmerso en la guerra, en la violencia, en la duda, en la confusión, en el error de creencias mezcladas de cristianismo con idolatrías. Un buen comienzo como parte de la cuaresma sería reconocer que somos pecadores. Cada día nuestra iglesia sufre de una falta de compromiso, falta de oración a tiempo y a destiempo, como nos enseño Jesús, para atajar las flechas incendiarias del enemigo. El rezo del Santo Rosario, como nos prometió la santísima Virgen María, nos ayudará a apartarnos del error y a caminar en la gracia de Dios. Hagamos  un alto en el camino  y tal como nos lo dice el apóstol Pablo en esta palabra de hoy, roguemos a Dios que nos de la gracia de apartarnos de todo los que nos impide abrir nuestros corazones y recibir su promesa.
Podríamos preguntarnos en la reflexión que cada uno les invito a que hagamos si realmente estamos haciendo un esfuerzo para ser mejores cristianos. Hagamos el propósito de hacer un  sincero examen de conciencia y prepararnos para hacer una confesión verdadera y honesta, con arrepentimiento de haber ofendido a Dios con nuestro comportamiento.
Dejo ante ustedes una  pequeña guía y oración de entrega de nuestros pecados a Jesús, con la ayuda de la Santísima Virgen María, San José y nuestros ángeles de la guarda.

 ¡Oh buen Jesús!, yo quiero ahora postrarme delante de la mayor prueba de tu amor por mi:tu cruz redentora. Reconozco que soy pecador desde el seno de mis padres y que mis pecados pesaron sobre tu santísimo cuerpo, haciendo que sudaras sangre cuando hacías la oración de entrega en el huerto, cuando se desgarro la carne de tu hombro y sentiste un terrible dolor al salirse tus huesos por  el peso de la cruz y aun mas cuando traspasaron tu  costado  brotando toda la sangre de tu cuerpo al ser crucificado por el perdón de mis pecados. Y hoy, sinceramente arrepentido, te presento mis pecados y te ruego que me perdones y me des la gracia de no pecar mas. ¡Oh Jesús! perdóname por todo el pecado instalado en mi corazón: toda raíz de odio, de violencia, de impaciencia, de envidia, de gula, de sensualidad, del mal uso del sexo, del egoísmo, de la mentira, del orgullo, de la vanidad, de la soberbia, de la infidelidad, de las falsas creencias, perdóname de las veces que he usado tu santo nombre en vano, cuando pronuncie tu nombre con palabras irreverentes,  cuando te maldije o te desee mal, o te ofendí con mis palabras, o mis pensamientos, o cuando dude de ti, o cuando desconfié, cuando irreverentemente hice o hago chistes del mal gusto contra ti por cualquier medio, internet o reuniones sociales, cuando he pronunciado el nombre de la Virgen,  San José y de los santos  sin respeto, cuando blasfemé contra Dios Padre, contra el Espíritu Santo, contra la Santa Madre de Dios, contra la iglesia, contra los sacramentos, cuando juré en falso o sin necesidad. ¡Oh Dios! perdóname Señor. Y te ruego Señor Jesús que traigas en este momento a mi mente cualquier pecado oculto del cual no tengo memoria y te ruego me perdones y me prepares para hacer una santa y  minuciosa confesión ante el sacerdote y asi ser parte de tu reino para que seamos todos una fuente de luz verdadera en este mundo donde sobreabunda la violencia. el pecado y nos aparta de ti. Yo reconozco mi fragilidad y te pido ahora que me des la fortaleza para no volver a pecar. Dame el Espíritu Santo y que San José. la  Virgen María  nos lleven siempre de la mano, rodeados de tus ejércitos celestiales, en desfile victorioso tras las sangrientas pisadas de tu Hijo amado Jesucristo nuestro Señor, 
Jesús ten piedad de mi, de mi familia, de mis amigos, de nuestra iglesia, de nuestros vecinos y del mundo entero. Amen. Gracias Señor por tu perdón, Gracias Señor por tu infinito amor, gracias Señor por tu Santo Espíritu, Gracias Señor por la santisima Madre María, Gracias por San José, nuestro padre adoptivo que hoy celebramos en su día, Gracias por los ángeles que nos dejaste para protegernos y gracias por ser nuestro Dios, y nuestro hermano, gracias por la redención y a ti Padre  Eterno gracias por darnos parte en tu reino. Gracias ya leluya a tu nombre. AMÉN.
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GRACIAS POR RECIBIR Y ORAR CON LAS PROMESAS  Y  TE PEDIMOS QUE INVITES A TU FAMILIA Y AMIGOS A SER PARTE DE ELLAS, INVITALOS A INSCRIBIRSE  EN ELLAS.
Y QUE DIOS TE CONCEDA LO QUE PIDAS Y NECESITES.