sábado, 16 de febrero de 2013

DEDICADA A NUESTRO SANTO PAPA BENEDICTO XVI

Biografía del Papa Benedicto XVI.

CIUDAD DEL VATICANO, 19 ABR 2005 (VIS).-Ofrecemos a continuación la biografía oficial del nuevo Papa Benedicto XVI, cardenal Joseph Ratzinger:
El cardenal Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI, nació en Marktl am Inn, en la diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927. El padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera. Pasó la adolescencia en Traunstein y fue llamado en los últimos meses de segundo conflicto mundial en los servicios auxiliares antiaéreos.
Era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Pontificia Comisión Teológica Internacional, decano del Colegio Cardenalicio.
De 1946 a 1951, año en que fue ordenado sacerdote (29 de junio) e iniciaba su actividad de profesor, estudió filosofía y teología en la universidad de Munich y en la escuela superior de Filosofía y Teología de Freising. En el año 1953 se doctora en Teología con la disertación "Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia de San Agustín". Cuatro años más tarde obtenía la cátedra con su trabajo sobre "La Teología de la Historia de San Buenaventura".
Tras conseguir el encargo de Dogmática y Teología Fundamental en la escuela superior de Filosofía y Teología de Freising, prosiguió la enseñanza en Bonn, de 1959 a 1969, Münster de 1963 a 1966 y Tubinga, de 1966 a 1969. En este último año pasó a ser catedrático de Dogmática e Historia del Dogma en la Universidad de Ratisbona y vicepresidente de la misma universidad. En 1962 aportó una notable contribución en el Concilio Vaticano II como consultor teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia.
Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar particular "Introducción al Cristianismo", recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; "Dogma y revelación" (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones, dedicadas a la pastoral. Obtuvo una notable resonancia el discurso pronunciado ante la Academia Católica bávara sobre el tema "¿Porqué sigo todavía en la Iglesia?, en la que afirmaba: "Solo es posible ser cristiano en la Iglesia y no al lado de la Iglesia". En 1985 publica "Informe sobre la fe" y en 1996 "La sal de la tierra".
El 24 de marzo de 1977, Pablo VI lo nombró arzobispo de München und Freising. El 28 de mayo sucesivo recibía la consagración episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano que asumió después de 80 años el gobierno pastoral de la gran diócesis bávara.
Creado cardenal por el Papa Pablo VI en 1977, fue relator en la V Asamblea General del Sínodo de los Obispos (1980) sobre el tema: "Los deberes de la familia cristiana en el mundo contemporáneo" y presidente delegado de la VI Asamblea sinodal (1983) sobre "Reconciliación y penitencia en la misión de la Iglesia".
El 25 de noviembre de 1981 fue nombrado por Juan Pablo II prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe; presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Pontificia Comisión Teológica Internacional.
El 5 de abril de 1993 entró a formar parte del orden de los obispos, con el título de la Iglesia Suburbicaria de Velletri-Segni.
El 6 de noviembre de 1998 fue elegido vicedecano del colegio cardenalicio. El 30 de noviembre de 2002 el Santo Padre aprobó la elección de decano del colegio cardenalicio, realizada por los cardenales del orden de los obispos.
Fue presidente de la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia Católica, que tras seis años de trabajo (1986-1992) pudo presentar al Santo Padre el nuevo Catecismo.
El 10 de noviembre de 1999 recibió el doctorado "honoris causa" en Derecho por la Universidad italiana LUMSA.
Desde el 13 de noviembre de 2000 era Académico honorario de la Pontificia Academia de las Ciencias.
Fue creado cardenal por Pablo VI en el consistorio del 27 de junio de 1977, titular de la Iglesia Suburbicaria de Velletri-Segni (5 abril 1993) y de la Iglesia Suburbicaria de Ostia (30 noviembre 2002).
Era miembro del Consejo de la II Sección de la Secretaría de Estado, de las Congregaciones paras las Iglesias Orientales, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para los Obispos, para la Evangelización de los Pueblos, para la Educación Católica; del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y de las Pontificias Comisiones para América Latina y "Ecclesia Dei".

Benedicto XVI: Biografía .


Lugar de su nacimiento. Ciudad de Marktl en Alemania
El Cardenal Joseph Ratzinger nació el 16 de abril de 1927, un Sábado Santo en Marktl am Inn, diócesis de Passau, Alemania; y fue bautizado ese mismo día. En sus memorias, reflexionando sobre el hecho, dice: “ser la primera persona a ser bautizada en el Agua Nueva de la Pascua era visto como un acto muy significativo por parte de la Providencia. Siempre me he llenado de sentimientos de gratitud por haber sido inmerso en el Misterio Pascual de esta manera;...cuanto más lo reflexiono, tanto más me parece apropiado a la naturaleza de nuestra vida humana: aún esperamos la Pascua definitiva, aún no estamos en la plenitud de la luz, pero hacia ella caminamos llenos de confianza.”
A Ratzinger se le hace difícil decir cuál es propiamente su pueblo natal. Al ser su padre miembro de la policía rural, era frecuentemente trasladado, y toda la familia con él, así, muchas veces tuvieron que ponerse en camino.
En 1929 la familia Ratzinger se muda a Tittmoning, pequeño pueblo a orillas del río Salzach, en la frontera con Austria.
En diciembre de 1932, debido a la abierta crítica de su padre hacia el nacional-socialismo, la familia Ratzinger se ve obligada a mudarse a Auschau am Inn, al pie de los Alpes.
En 1937 el padre del Cardenal Ratzinger pasa al retiro y se muda con toda la familia a Hufschlag, en las afueras de la ciudad de Traunstein, donde Josef pasaría la mayor parte de sus años de adolescente. Es aquí que inicia sus estudios en el Gymnasium de lenguas clásicas, donde aprende latín y griego.
En 1939 entra al seminario menor en Traunstein, dando el primer paso en su carrera eclesiástica.

En 1943 como miembro del escuadrón antiaéreo de la milicia alemana
En 1943, él y todos sus compañeros de clase son reclutados al Flak (escuadrón antiaéreo), sin embargo, les es permitido asistir a clases tres veces por semana.
En septiembre de 1944, habiendo alcanzado la edad militar, Ratzinger es relevado del Flak y regresa a casa. En noviembre pasa por el entrenamiento básico en la infantería alemana, mas debido a su pobre estado de salud, es exceptuado de buena parte de los rigores propios de la vida militar.
En la primavera de 1945, mientras se acercan las fuerzas aliadas, Joseph Ratzinger deja el ejército y regresa a su casa en Traunstein. Cuando finalmente llega el ejército americano hasta su ciudad, establecen su centro de operaciones en casa de los Ratzinger, identifican a Josef como soldado alemán y lo envían a un campo de prisioneros de guerra.
El 19 de junio de ese mismo año es liberado y regresa al hogar en Traunstein, lo sigue su hermano Georg en julio.
En noviembre, tanto él como su hermano mayor Georg, reingresan al seminario.
En 1947 Ratzinger ingresa al Herzogliches Georgianum, un instituto teológico ligado a la Universidad de Munich.
En 1951, el 29 de junio, Joseph y su hermano Georg son ordenados sacerdotes por el Cardenal Faulhaber en la catedral de Freising, en la Fiesta de los Santos Pedro y Pablo.

En 1955 como conferencista de
teología en Fresig, Alemania

Desde 1952 hasta 1959, es miembro de la Facultad de la Escuela Superior de Filosofía y Teología, en Freising.
En 1953 recibe su doctorado en teología por la Universidad de Munich. Relacionado con el doctorado, publica su primer trabajo importante:”Volk und Haus Gottes in Augustins Lehre von der Kirche” (El Pueblo y la Casa de Dios en la doctrina de Agustín sobre la Iglesia). Ratzinger dedica su “Habilitationsschrift” –trabajo original de contribución a la investigación, con la finalidad de habilitarse para la docencia universitaria– a la revelación y a la teología de la historia de San Buenaventura.
En abril de 1959 Ratzinger se inicia como Profesor Principal del teología fundamental en la Universidad de Bonn. En agosto de ese año, su padre es convocado a la Casa del Padre. Desde 1962 hasta 1965 asiste a las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II en calidad de perito, como consejero teológico principal del Cardenal Frings de Colonia.
En 1963 se traslada a la Universidad de Münster, y en diciembre de ese año, fallece su madre.
En 1966 es nombrado profesor de teología dogmática en la universidad de Tübingen. Su nombramiento es fuertemente apoyado por el profesor Hans Küng . Ratzinger había conocido inicialmente a Küng en 1957 en un congreso de teología dogmática en Innsbruck. Luego de revisar el trabajo doctoral de Küng sobre Karl Barth, dice Ratzinger:“Tenía muchas preguntas que hacerle al respecto de este libro, pues, a pesar de que su estilo teológico no era el mío, lo había leído con placer y el autor me había suscitado respeto, pues su apertura y su rectitud me gustaron bastante. Así se estableció una buena relación de amistad, aún cuando poco después...una seria discusión comenzó entre nosotros acerca de la teología conciliar.”
En 1968 un ola de levantamientos estudiantiles barrió Europa, y el marxismo rápidamente se convirtió en el sistema intelectual dominante en Tübingen, adoctrinando no sólo a buena parte de sus estudiantes sino inclusive al cuerpo docente. Siendo testigo de esta subordinación de la religión a la ideología política marxista, Ratzinger anota: Existía una instrumentalización por parte de las ideologías que eran tiránicas, brutales y crueles. Esa experiencia me dejó claro que el abuso de fe debía ser precisamente resistido si se quería mantener el querer del Concilio.
En 1969, desencantado por su encuentro con la ideología radical de Tübingen, se traslada de regreso a Baviera, donde asume un puesto de profesor en la Universidad de Ratisbona. Luego es nombrado Decano, Vicepresidente. Ese año también es nombrado Consejero Teológico de los Obispos alemanes.
En 1972, Ratzinger, con Balthasar, De Lubac y otros lanzan la publicación teológica Communio, une revista periódica de teología católica y cultura.

Como Arzobispo de Munich y Freising, Alemania

En marzo de 1977, es nombrado Arzobispo de Münich y Freising, convirtiéndose en el primer sacerdote diocesano que luego de 80 años, asumía el encargo de tan vasta e importante arquidiócesis. Es urgido por su confesor a aceptar el cargo y escoge como su lema episcopal la frase de la carta de Juan, “Cooperador de la verdad”, y razona: “Por un lado, me parecía ser la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. A pesar de todas las diferencias de modo, lo que estaba en juego y seguía estándolo era seguir la verdad, estar a su servicio. Y por otro lado, porque en el mundo de hoy, el tema de la verdad ha desaparecido casi totalmente, pues aparece como algo demasiado grande para el hombre, y sin embargo, todo se desmorona si falta la verdad”. Es consagrado el 28 de mayo por el Obispo de Würzburg, Josef Stange. En junio de ese mismo año, es creado cardenal presbítero por el Papa Pablo VI, y recibe el título de S. Maria Consolatrice al Tiburtino. Ese año también, asistió a la IV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en el Vaticano.
En 1978 participó en el cónclave del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, quien lo nombra enviado especial del Papa al III Congreso Mariológico Internacional, en Guayaquil, Ecuador, del 16 al 24 de septiembre. En octubre de ese año, participa en el Cónclave que elige a Juan Pablo II.
En 1980 Ratzinger es nombrado por Juan Pablo II a presidir el Sínodo especial para los laicos. Poco después, el Papa lo invita a encargarse de la Congregación para la Educación Católica. Ratzinger declina, pues considera que no debe dejar tan pronto su misión en Münich.
En 1981, en noviembre, acepta la invitación del Papa para asumir como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y Presidente de la Comisión Teológica Internacional.
El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Münich-Freising.
En 1983 asistió a la VI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano. Fue uno de los tres presidentes delegados; miembro del secretariado general, de 1983 a 1986.
En 1985 asistió a la II Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano.
Desde 1986 presidió la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia Católica, que luego de 6 años de trabajo (1986-92) presentó el Nuevo Catecismo al Santo Padre.
En 1987 asistió a la VII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.
En 1990 asistió a la VIII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.
En 1991 asistió a la I Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.
En 1993 fue elevado a Cardenal Obispo del título de la sede suburbicaria de Velletri-Segni. En 1994 asistió a la Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, y a la IX Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, también en la Ciudad Vaticana.
En 1997 asistió a la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.
En 1998 asistió a la Asamblea Especial para Asia del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.
Elegido vice-decano del Colegio Cardenalicio, el 9 de noviembre de 1998. Ese mismo año, asistió a la Asamblea Especial para Oceanía de Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 22 de noviembre al 12 de diciembre.
En 1999 fue enviado especial del Papa a las celebraciones por el XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, el 3 de enero.
En octubre de ese mismo año asistió a la II Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano.
19 de abril de 2005, día en que fue elegido Papa, escogiendo llamarse
Benedicto XVI.
En noviembre de 2002, el Santo Padre aprueba su elección como Decano del Colegio Cardenalicio.
Hasta la muerte de Juan Pablo II era miembro de la Secretaría de Estado; de las Congregaciones Iglesias Orientales, Culto Divino y Sacramentos, Obispos, Evangelización de los pueblos, Educación católica; así como de los Pontificios Consejos para la Unidad de los cristianos y del de Cultura; de las Comisiones para América Latina y Ecclesia Dei.
Recibió por encargo del Santo Padre, la reflexión del Via Crucis durante la Semana Santa de 2005.
Fue elegido Papa el 19 de abril de 2005, convirtiéndose en el Pontífice número 265, sucesor de Juan Pablo II "El Grande". Escogió el nombre de Benedicto XVI.
Doctorados:
  • 1984 Doctor Honoris Causa por el College of St. Thomas in St. Paul / Minnesota
  • 1985 Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Eichstätt
  • 1986 Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Lima
  • 1986 Doctor Honoris Causa por la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima
  • 1988 Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Lublin
  • 1998 Doctor Honoris Causa por la Universidad de Navarra enPamplona.
  • 1999 Doctor Honoris Causa por la Universidad Libre Maria SS Assunta (LUMSA) en Roma.
  • 2000 Doctor Honoris Causa por la Facultad de Teología de la Universidad de Wroclaw

:: Biografía oficial publicada por la Santa Sede
 

Benedicto XVI: Publicaciones
Sus libros:
¿El Fin de los Tiempos?
Con ocasión de sus 70 años, el profesor emérito de teología en la Universidad de Münster, Johann Baptist Metz, la filósofa judía de la religión Eveline Goodman-Thau y el teólogo protestante Jürgen Moltmann fueron reunidos por el Cardenal Ratzinger en una reunión para tratar el tema de Dios y el final de los tiempos. Esta obra recoge sus discusiones y puntos de vista ofrecidos en aquella oportunidad.

Verdad y Tolerancia: Fe Cristiana y Religiones Mundiales
El Cardenal Ratzinger encara el problema de la verdad, la tolerancia, la religión y la cultura en el mundo contemporáneo y asume el difícil reto de reunir diversas concepciones de la verdad espiritual a la vez que defiende las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la salvación por Jesucristo.

Dios está cerca de nosotros: La Eucaristía, el Corazón de Vida
Una presentación de las dimensiones bíblica, histórica y teológica de la Eucaristía. El autor resalta la importancia para cada uno de la devoción y adoración del Santísimo Sacramento, en la recepción personal de la Comunión para el cristiano así como para la vida de la Iglesia. Para Ratzinger, cualquier transformación del mundo en el plano social procede de la celebración de la Eucaristía. Ilustra bellamente cómo Dios omnipotente viene a estar íntimamente muy cerca de nosotros en la Santa Eucaristía. Obra que también  recoge los aportes de Stephan Otto Horn y Vinzenz Pfnur

Contemplar al traspasado: Una aproximación a la Cristología Espiritual
Recorriendo por el diálogo de oración entre Jesús y su Padre Eterno, el Cardenal muestra cómo uno solo puede aproximarse al misterio del corazón de Cristo a través de la imitación de su oración.

Construir el Templo de Dios
El autor accede desde distintas aproximaciones a los elementos esenciales de la teología y el culto. Su exploración finalmente culmina en una exploración de la pregunta ¿Quién dicen ustedes que es el Hijo del Hombre?

Llamados a la Comunión: Comprender la Iglesia hoy
Un examen de la necesidad de la Primacía Papal  para asegurar la unidad cristiana; el verdadero significado del sacerdocio como un sacramento y no como un mero ministerio; la necesidad de la Eucaristía como el Sacrificio del Salvador que se ofrece a sí mismo en nuestros altares;  el papel de los Obispos como sucesores de los Apóstoles; el valor del sufrimiento en unión con Cristo crucificado y el indispensable servicio de los laicos en el apostolado.

El Sacerdote Católico como Maestro y Guía Moral
Una compilación de charlas dadas con motivo de un simposio realizado en 1990 en Filadelfia que reunió algunos de los mejores teólogos en el mundo sobre teología moral. El Cardenal Ratzinger dio la nota más destacada y una homilía de clausura. La obra recoge también las intervenciones de William May y Albert Vanhove.

Cooperadores de la Verdad
Una selección de pasajes desde sus profundos escritos espirituales y teológicos, ofrecidos como meditaciones para cada día del año.

Escatología: Muerte y Vida Eterna
El Cardenal une los recientes acentos sobre la teología de la esperanza para un futuro con elementos tradicionales de la doctrina católica: cielo e infierno, purgatorio, muerte y la inmortalidad del alma.

La Fiesta de la Fe: Una Aproximación a una Teología de la Liturgia
En ensayo que presenta "aproximaciones a la teología de la liturgia”, el resultado de un serio estudio y un profundo amor por la Iglesia.

Dios y el Mundo: Creer y vivir en nuestro Tiempo
Una entrevista con el periodista Peter Seewald sostenida en la abadía benedictina de Monte Cassino en la que el Cardenal Ratzinger se refiere a asuntos de la fe y de la vida de fe en el mundo moderno.

Evangelio, Catequesis, Catecismo: Luces sobre el Catecismo de la Iglesia Católica
Una obra que ofrece nuevas aproximaciones sobre el carácter catequético y los fundamentos bíblicos del Catecismo de la Iglesia.

En el principio…: Una Comprensión Católica de la Historia de la Creación y la Caída
El Cardenal Ratzinger discute con Dios como creador, el significado del relato bíblico de la creación, la creación de los seres humanos, el pecado y la salvación y las consecuencias de la fe en la creación.

Introducción al Cristianismo
Una excelente y moderna interpretación de los cimientos del cristianismo a través de una elucidación del Credo de los Apóstoles. Recopilación de lecciones universitarias (1968).
Dogma y revelación
Antología de ensayos, predicaciones y reflexiones dedicadas a la pastoral (1973).
Introducción al Catecismo de la Iglesia Católica
El Cardenal Ratzinger y el Cardenal Schonborn ofrecen útiles aproximaciones para la lectura y estudio del Catecismo, incluyendo una prehistoria del Catecismo, una mirada sobre su estructura y contenidos, los principales temas y métodos en él contenidos, una introducción especial a las cuatro partes del Catecismo y consejos específicos sobre cómo usarlo.
Muchas Religiones, Una Alianza. Israel, la Iglesia y el Mundo
Una profundización en la comprensión del principio más fundamental de la Biblia: la alianza eterna de Dios con cristianos y judíos.
El significado de la hermandad Cristiana
Examinando la hermandad cristiana desde la perspectiva de la historia de la salvación, Ratzinger muestra cómo la caridad fraterna solo puede ser perfeccionada a través de la paternidad de Dios, la filiación divina de Cristo y nuestra hermandad en Cristo.
Mi Vida: Memorias 1927 – 1977
En esta obra publicada en 1998, Ratzinger escribe sobre su vida familiar, los años de la opresión nazi y de la guerra, su extraordinario recorrido académico y su participación en el Concilio Vaticano II.

Naturaleza y Misión de la Teología. Ensayos sobre la Teología Oriental en los debates actuales
Una respuesta al diálogo actual sobre la teología y la clarificación de sus métodos, su misión y sus límites.

Un Cántico Nuevo para el Señor
Reflexiones sobre los asuntos críticos de la correcta manera del culto, la música sacra y la importante relación entre Cristología y Liturgia.

Principios de Teología Católica. Ladrillos para una Teología Fundamental
Una colección de artículos y conversaciones escritos en torno al tema central de la estructura del cristianismo, la interrelación con otras formas de cristianismo, los aspectos que distinguen el catolicismo de otras teologías cristianas.

Principios de Moral Cristiana
Un compendio de los principios fundamentales de la vida cristiana, co-escrito con Hans Urs Von Balthasar.

Informe sobre la fe
En una entrevista con el periodista católico Vittorio Messori, el Cardenal Ratzinger habla sobre la situación de la Iglesia en el tiempo posterior al Concilio Vaticano II (1985).

La Sal de la Tierra
En una entrevista exclusiva con Peter Seewald, el Cardenal Ratzinger ofrece una completa entrevista a un periodista secular sobre una serie de asuntos controvertidos y difíciles que afronta el catolicismo y el cristianismo al final del milenio pasado (1996).

El Espíritu de la Liturgia
El Cardenal Ratzinger compara esta obra a un clásico bastante más antiguo que lleva el mismo título, escrito por Romano Guardini, debido a que percibe que sus aproximaciones son similares a las que Guardini registró en su tiempo acerca de una renovada comprensión de la Liturgia.

Una Mirada a Europa. La Iglesia en el Mundo Moderno. Balance y Proyección.
Una presentación de los retos y responsabilidades que tanto la Iglesia como la sociedad en Europa enfrentan tras el colapso del marxismo.

Valores en épocas de trastorno
Obra en la que advierte que Europa debe volver a aceptar sus raíces cristianas para evitar el vacío espiritual.


Otras obras publicadas
  • La interpretación bíblica en crisis
  • Servidores de vuestra alegría. Meditaciones sobre la espiritualidad sacerdotal
  • Juan Pablo II. Un Papa entre dos milenios
  • Camino hacia la Pascua: Retiro dado en el Vaticano en presencia del Papa Juan Pablo II
  • Revelación y Tradición
  • La Iglesia y la Mujer
  • Teología de la Historia en San Buenaventura
  • Iglesia, ecumenismo y política
  • Ser cristiano en la era neopagana

Documentos doctrinales

 
Documentos disciplinares.
  • Notificación con la cual se declaran de nuevo las penas canónicas en las que han incurrido el Arzobispo Pierre-Martin Ngô-dińh-Thuc y cómplices por las ordenaciones ilícitas de presbíteros y obispos, 12 de marzo de 1983
  • Respuestas a las dudas propuestas acerca de la interpretación del Decreto «Ecclesiae Pastorum», 7 de julio de 1983
  • Incompatibilidad entre fe cristiana y masonería - Reflexiones a un año de la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 23 de febrero de 1985
  • Carta a los Ordinarios acerca de las normas sobre los exorcismos, 29 de septiembre de 1985
  • Declaración sobre la «Iglesia clandestina» en la República Checa, 11 de febrero de 2000
  • Carta a los Obispos y otros Ordinarios y Jerarcas de la Iglesia Católica interesados acerca de los delitos más graves ("graviora delicta") reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, 18 de mayo de 2001
  • Motu Proprio “Sacramentorum sanctitatis tutela”, sobre las normas acerca de los delitos más graves reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, 30 de abril de 2001

 
Documentos sacramentales.
Eucaristía
Penitencia .
  • Decreto sobre la excomunión a quien divulga las confesiones, 23 de septiembre de 1988
Sagradas órdenes .
  • Respuesta acerca de la doctrina de la Carta Apostólica “Ordinatio Sacerdotalis”, 28 de octubre de 1995

Discursos e intervenciones.
 
2004
  • Ratzinger: Reason Separated From God Is Obstacle to Peace Zenit.org. Nov. 7, 2004. Excerpts from an address delivered June 4 on the 60th anniversary of the Normandy invasion published by Vita e Pensiero, the journal of the Catholic University Sacro Cuore in Rome.
  • Saludo a Juan Pablo II durante la audiencia de Su Santidad a los miembros de la Comisión Bíblica Pontificia con motivo de su Asamblea plenaria anual (20 de abril de 2004)
2003
2002
  • Eucharist, Communion and Solidarity. L'Osservatore Romano, Nov. 13, 2002. Lecture given at the Archdiocesan Eucharistic Congress held from May 25 to June 2, 2002.
  • Current Doctrinal Relevance of the Catechism of the Catholic Church. "The Catechism of the Catholic Church: Ten years since its publication." Address of Cardinal Joseph Ratzinger at the Catechetical Congress held in Rome. October 9, 2002.
  • "The Feeling of Things, the Contemplation of Beauty", Message to the Communion and Liberation (CL) meeting at Rimini (24-30 August 2002).
  • Eucharist, Communion & Solidarity. Lecture by H. Em. Card. Joseph Ratzinger at the Bishops Conference of the Region of Campania in Benevuto, Italy. June 2, 2002.
  • Intervención en la presentación de la Carta apostólica en forma de Motu proprio “Misericordia Dei” sobre algunos aspectos de la celebración del Sacramento de la penitencia (2 de mayo de 2002)
2001
  • The Ecclesiology of Vatican II, Conference of Cardinal Ratzinger at the opening of the Pastoral Congress of the Diocese of Aversa (Italy). 15 September 2001.
  • Theology of the Liturgy, delivered at a congress on the liturgy held at the Benedictine monastery at Fontgombault in France, 22-24 July 2001. Oriens, Journal of The Ecclesia Dei Society.
2000
1999
  • Culture and Truth: Some Reflections on the Encyclical Letter, Fides et Ratio, given by Cardinal Joseph Ratzinger, on Saturday February 13, 1999 in the Chapel at St. Patrick's Seminary. The Patrician: Winter, 1999.
1998
  • Crises of Law, delivered by Cardinal Ratzinger on the occasion of being conferred the degree of Doctor Honor's Causa by the LUMSA Faculty of Jurisprudence in Rome, Nov.10, 1999.
  • 10th anniversary of the Motu proprio Ecclesia Dei, Conference of Cardinal Ratzinger 24 October 1998.
  • Theologie: Wissenschaft vs. Autorität?, On January 31st 1998 Cardinal Ratzinger received honorary doctorates from the University of Navarra. The doctorates were conferred by Bishop Javier Echevarria, Prelate of Opus Dei and Chancellor of the University. The following text is Cardinal Ratzinger's address.
1997
  • Question of Truth Lies at the Center of Theology, translation of Cardinal's opening address during the symposium on "The Primacy of the Successor of Peter", sponsored by the CDF. Monday, 2 December 1996. Taken from: L'Osservatore Romano, Weekly Edition in English. 1 January 1997.
1996
1993
  • Christ, Faith, and the Challenge of Cultures. Given in Hong Kong to the presidents of the Asian bishops' conferences and the chairmen of their doctrinal commissions during March 2-5, 1993.
1992
  • The Catechism of the Catholic Church in Context, December 9, 1992. [provided by National Conference of Catholic Bishops/U.S. Catholic Conference : Office for the Catechism].
1991
  • The Problem of Threats to Human Life, Vatican City, April 4-7, 1991. [Note: This consistory was a key preparatory moment for the preparation of the Encyclical Letter Evangelium Vitae]
1990
  • Update on the Universal Catechism of the Catholic Church, given at the Synod of 1990 [provided by National Conference of Catholic Bishops/U.S. Catholic Conference : Office for the Catechism].
  • On The Nature of the Priesthood, Speech given by Cardinal Ratzinger on October 1, 1990 at the opening of the VIII Ordinary Assembly of the Synod of Bishops on priestly formation.
1988
  • Remarks to the Bishops of Chile Regarding the Lefebvre Schism, given July 13, 1988, in Santiago, Chile before the nation's bishops.
  • Biblical Interpretation in Crisis: On the Question of the Foundations and Approaches of Exegesis Today. Lecture delivered on 27th January 1988 at Saint Peter's Church in New York, NY.
1984
  • "Liberation Theology" A "private" document which preceded the Instruction of Fall 1984. Reproduced by Christendom-Awake.org.

Diálogos y entrevistas.
2004
  • Laicismo y Ética Sexual. Zenit.org. Nov. 19, 2004. Entrevista con el diario La Reppublica.
  • El Cardenal Ratzinger dice por qué tanta mala comprensión del cristianismo. Mayo 7, 2004. Entrevista con  el semanario católico italiano Vita Trentina.
  • Relativismo, y Comunión para los vueltos a casar. Febrero 23, 2004. Zenit.Org.
  • Comunión y Colegialidad Episcopal (Parte 1) Febrero 22, 2004. Zenit.Org.
2003
  • El Señor elige nuestra pobreza. Ratzinger habla sobre su nombramiento como Arzobispo de Munich y como Cardenal por Pablo VI en 1977. Revista 30 Días. No. 9, Septiembre 2003.
  • Entrevista con Raymond Arroyo, director de noticias de EWTN. 5 Septiembre 2003.
  • La versión abreviada del Catecismo. Zenit.Org. Mayo 2, 2003.
  • El Catecismo en el mundo post-Cristiano. 30 Días, No.4 Año XXI - Abril 2003.
2002
2001
  • El Cardenal Ratzinger llama al relativismo la nueva cara de la intolerancia. Zenit.Org. Dec. 1, 2001.
  • La abolición del hombre. Le Figaro Magazine/Volpe Diciembre 2001.
  • El Cardenal Ratzinger evalúa 20 años en Roma. Zenit. Noviembre 23, 2001.
  • Colocar a Dios primero: Ratzinger reflexiona sobre el Sínodo. CWN. Octubre 31, 2001.
  • El futuro del cristianismo, Zenit. Octubre 1, 2001.
1999
  • El Sínodo Europeo. CWN. Octubre 26, 1999.
  • Respuestas a las principales objeciones a la Dominus Iesus, originalmente publicada en Frankfurter Allgemeine Zeitung, 22 Septiembre 2000.
  • El problema de la profecía cristiana, 30 Giorni No 1 - 1999.
  • La sorpresa de un encuentro. Ratzinger responde a preguntas el Seminario de los Obispos sobre los movimientos eclesiales. Junio16-18, 1999. Comunión y Liberación, Junio 16, 1999

Cartas
2004
  • El valor de recibir la Comunión: Principios Generales (Worthiness to Receive Communion: General Principles. NOTA: Esta es una carta confidencial enviada por el Cardenal Ratzinger a los Cardenales Theodore McCarrick y Wilton Gregory los primeros días del mes de junio en la que pide "no dar la comunión eucarística a los políticos que sistemáticamente hacen campaña a favor del aborto”. L'Espresso, Junio 2004.
2000
  • Carta del Cardenal Ratzinger sobre la Dominus Iesus. Septiembre 14, 2000. Enviada a los presidentes de las Conferencias Episcopales explicando el propósito de la declaración.
1995
  • Sobre la réplica  de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la enseñanza contenida en la Carta Apostólica "Ordinatio Sacerdotalis". October 28, 1995.
1998
  • Correspondencia a y desde Roma (Cardenal Ratzinger y F. John Loughnan) acerca del status de la Sociedad de San Pío X. Agosto 20, 1998.
1988
  • Sobre "Los muchos rostros del Sida", enviada al Arzobispo Pio Laghi acerca del Encuentro Gneral de 1998 de la Conferencia Nacional de los Obispos Católicos, Mayo 29, 1988.
1985
  • Reporte del Cardenal Ratzinger sobre Raymond Hunthausen, Arzobispo de Seattle. Septiembre 30, 1985. Re-impresa por The Seattle Catholic Newspaper.
     
 

Artículos, reseñas y ensayos
2002.
  • Dejar trabajar a Dios (Letting God Work). Artículo con ocasión de la canonización de Josemarìa Escrivà. L’Osservatore Romano (Suplemento especial), 06 October 2002.
  • El esplendor de la paz de Francisco, 30 Days. No. 1, Enero 2002.
2000
  • La herencia de Abraham: El don de la Navidad. L'Osservatore Romano, 29 Diciembre, 2000.
1998
  • La unidad de la misión de la Iglesia implica diversidad de ministerios. L'Osservatore Romano, Abril 29, 1998.
1996
  • Guardini acerca de Cristo en nuestro siglo. Reseña del libro de Guardini El Señor. Crisis Magazine, Junio 1996.
  • Verdad y Libertad. Re-impreso por Communio: International Catholic Review (Primavera, 1996).
  • Versus Deum per Iesum Christum. Prefacio para el libro de Uwe Michael Lang Conversi ad Dominum. Zu Gechichte und Theologie der christlichen Gebetsrichtung. Organic Development in the Liturgy. Reseña para el libro de Alcuin Reid, OSB.
  • "The Resurrection of Jesus: An event that preceded their thinking and willing". Introducción a la nueva edición del libro de Heinrich Schlierâ sobre la resurrección de Jesucristo.
  • El Espíritu Santo como Comunión: Sobre la relación entre pneumatología y espiritualidad en Agustín. Re-impreso por Communio: International Review, Volumen 25, páginas 324-339.

Otros escritos.
 
2004
  • Meditaciones del Via Crucis del Viernes Santo 2005".  24 de marzo 




SU RENUNCIA SE LLEVARA ESTE 28 DE FEBRERO A LAS 8 DE LA NOCHE HORA DE ROMA,  PERO HASTA ESE DIA SIGUE  SU AGENDA YA PROGRAMADA.

Papa Benedicto XVI se reunió con presidente de Guatemala

Papa Benedicto XVI
Papa Benedicto XVI
VATICANO, 16 Feb. 13 / 11:13 am (ACI/EWTN Noticias).- Esta mañana el Papa Benedicto XVI recibió en audiencia al Presidente de la República de Guatemala, Otto Pérez Molina, con quien conversó sobre el aporte de la Iglesia a favor del pueblo guatemalteco.


Pérez Molina también se reunió con el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarcisio Bertone.


Según un comunicado oficial de la Santa Sede, “durante los coloquios se ha manifestado satisfacción por las cordiales relaciones entre la Santa Sede y el Estado guatemalteco, así como aprecio por la contribución particular que ofrece la Iglesia en el desarrollo del país, sobre todo en los sectores de la educación, de la promoción de los valores humanos y espirituales y en actividades sociales y caritativas, como se ha hecho patente, entre otras situaciones, durante el reciente terremoto che ha afectado al pueblo guatemalteco”.


La oficina de prensa del Vaticano señaló que “a lo largo de las conversaciones se ha constatado la necesidad de proseguir la colaboración para resolver los dramas sociales de la pobreza, del narcotráfico, de la criminalidad organizada y de la emigración”.


“Se ha hablado también de la importancia de la defensa de la vida humana desde el momento de su concepción”, concluyó.

 

Benedicto XVI: San Benito nos ayude a tener firme la centralidad de Cristo en nuestra existencia.

Benedicto XVI: San Benito nos ayude a tener firme la centralidad de Cristo en nuestra existencia
Vaticano, 27 Abr. 05 / 08:06 am (ACI).- El día de hoy el Papa Benedicto XVI retomó la tradicional audiencia general de los miércoles y destacó con firmeza la necesidad de poner a Cristo como centro de toda nuestra existencia.
Durante la catequesis dirigida a los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro el Santo Padre compartió sus “sentimientos entre ellos contrastantes en estos días del inicio de mi ministerio petrino: estupor y gratitud en el confronto de Dios que ha sorprendido sobre todo a mí mismo, llamándome a suceder al apóstol Pedro; ansiedad interior delante de la grandeza de la tarea y de las responsabilidades que me han sido confiadas”. Continuó diciendo que “me da serenidad y alegría la certeza de la ayuda de Dios, de su Madre Santísima, la Virgen María, y de los santos Protectores; también me es de apoyo la cercanía espiritual del Pueblo de Dios entero al cual continúo pidiendo me acompañe con insistentes oraciones”.
Seguidamente el Santo Padre explicó a los peregrinos la razón del nombre que eligió al ser nombrado Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia Universal. Dijo: “He querido llamarme Benedicto XVI para relacionarme idealmente al venerado Pontífice Benedicto XV, que ha guiado a la Iglesia en un periodo atormentado por el primer conflicto mundial. Fue valiente y auténtico profeta de paz y actuó con extrema valentía desde el inicio para evitar el drama de la guerra y después al limitar las nefastas consecuencias”. Haciendo explícita referencia al tema de la reconciliación manifestó el deseo de “poner mi ministerio al servicio de la reconciliación y de la armonía entre los hombres y los pueblos, profundamente convencido que el gran bien de la paz es sobre todo don de Dios, don frágil y precioso que debe ser invocado, tutelado y construido día tras día con el aporte de todos”.
Asimismo hizo referencia al Padre del monacato occidental diciendo que “el nombre de Benedicto evoca, además, la extraordinaria figura del gran ‘Patriarca del monacato occidental’, San Benito de Nursia. La progresiva expansión de la Orden Benedictina fundada por él ha ejercido un influjo enorme en la difusión del cristianismo en todo el Continente. San Benito es por ello muy venerado en Alemania y, en particular, en Baviera, mi tierra de origen. Constituye un fundamental punto de referencia para la unidad de Europa y un fuerte reclamo a las irrenunciables raíces cristianas de su cultura y de su civilización”.
El Santo Padre resaltó firmemente que “al inicio de mi servicio como Sucesor de Pedro pido a San Benito ayudarnos a tener firme la centralidad de Cristo en nuestra existencia. ¡Él esté siempre en el primer lugar de nuestros pensamientos y en cada una de nuestras actividades!”
Finalmente citó al difunto Pontífice Juan Pablo II destacando que “nuestras comunidades cristianas deben ser auténticas escuelas de oración, donde el encuentro con Cristo no se exprese solamente como imploración de auxilio, sino también como un dar gracias, gloria, adoración, contemplación, escucha, ardor de los afectos, hasta un verdadero deseo de corazón”.
Terminada la catequesis el Papa Benedicto XVI impartió la bendición apostólica.

 
 

Recuerdan episodios de Benedicto XVI con Celestino V que "presagiaron" renuncia.

                     
Papa Benedicto XVI visita reliquias de San Celestino V
Papa Benedicto XVI visita reliquias de San Celestino V
WASHINGTON D.C., 15 Feb. 13 / 03:13 pm (ACI/EWTN Noticias).- El escritor y teólogo católico Scott Hahn recordó algunos episodios del Papa Benedicto XVI en relación a otro Pontífice renunciante, San Celestino V, que en su opinión podrían haber "presagiado" la decisión del Santo Padre, y aseguró que la opción de Joseph Ratzinger demuestra que el pontificado no es un cargo de poder sino de servicio.
En declaraciones a ACI Prensa, Hahn, converso del presbiterianismo a la Iglesia Católica y profesor de teología bíblica en la Universidad Franciscana de Steubenville (Estados Unidos), señaló que le parece que "esta podría ser el acto de servicio más humilde y obediente que él puede hacer según su propia conciencia".
Hahn señaló que a pesar que la decisión fue una sorpresa, en retrospectiva, "podemos ver algunas pistas".
El teólogo recordó que un amigo suyo que enseñó en Roma por cerca de 50 años "le dijo en diciembre a un amigo mío y a mí que él sabía, que había escuchado, que dentro de tres meses el Papa renunciaría".
"De alguna forma estoy sorprendido de lo sorprendido que estoy", dijo Hahn, que señaló que el Papa Benedicto XVI había dicho en una entrevista Peter Seewald, en 2010, que un Papa tiene "un derecho y, bajo ciertas circunstancias, también una obligación de renunciar".
De los 256 Obispos de Roma, el Papa Benedicto XVI es el tercero en renunciar claramente, y el segundo en hacerlo libremente. Los anteriores fueron Gregorio XII en 1415, que renunció para resolver el Cisma de occidente, y San Celestino V en 1294.
Quizás el mayor presagio de la decisión del Papa de renunciar fue que, durante su pontificado, visitó dos veces las reliquias de San Celestino. En 2009, el Papa rezó en la tumba y dejó su propio palio sobre ella, mientras que en 2010 fue a la catedral de Sulmona (Italia) para visitar las reliquias de San Celestino y rezó ahí.
Hahn indicó que él y su familia rezaron juntos tan pronto escucharon de la decisión del Papa, pero indicó que estas visitas a San Celestino se le vinieron a la cabeza.
"Comencé a pensar sobre eso, y cuando recordé esas dos visitas, aparentemente irrelevantes o sin importancia… Celestino V ha sido siempre una figura interesante en mi estudio del papado, así que fui y vi esto, y comencé a darme cuenta de que esto había estado en su cabeza por un largo tiempo", señaló.
Como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardinal Joseph Ratzinger, dos o tres veces presentó su renuncia al Papa Juan Pablo II, indicó Hahn.
"Estoy seguro de que el Espíritu Santo estará dirigiendo la barca de Pedro en una dirección maravillosa", dijo.
Hahn subrayó que los católicos "pensamos en la Iglesia como una familia", e indicó que en las familias "llega el momento en que un padre se vuelve anciano y enfermo, que uno de los gestos más profundos de amor puede ser entregar las cosas al siguiente en la línea".
El teólogo estadounidense señaló que "puedes ver esto también en las Escrituras, David renunciando como rey, y nombrando a Salomón antes de su muerte".
El teólogo católico también reflexionó sobre el profundo efecto que esta decisión del Papa Benedicto XVI tiene en los católicos de todo el mundo.
"Es difícil explicarle a personas ajenas el misterio de un lazo familiar que todos compartimos, y cuán profundamente lo sentimos. Pero aquí está un hombre que es una figura paterna para todos nosotros, y no sólo en una forma simbólica, sino en la medida en la que estamos realmente unidos en un nuevo nacimiento, y la carne y sangre de la Eucaristía".
Hahn contrastó los testimonios del Papa Benedicto XVI y de su predecesor, y señaló que ambos tienen algo que ofrecerle a la Iglesia. "En una mano, fue algo profundo para el Beato Juan Pablo II mostrarnos cómo sufrir y morir".
"Por el otro lado, aquí está un hombre que comenzó cuando tenía 78 años… así que creo que hay algo magnánimo sobre esta dirección alterna que él está tomando. No es algo que me alegre, no hay siquiera una pequeña parte mía diciendo ‘oh, estoy contento de que lo hizo’, pero puedo ver por qué, y puedo ver cómo nuestro Señor lo usará", señaló.
Scott Hahn también se refirió al profundo pensamiento del Papa Benedicto XVI, y recordó que "estaba devorando los libros de este hombre antes de que siquiera estuviera seguro de que me volvería católico".
"Me gusta Balthasar, De Lubac, Congar, Danielou, y todos los demás, pero ellos no podían competir con este hombre", señaló.
El catedrático recordó cómo él envió el manuscrito de su trabajo "Alianza y Comunión: La Teología Bíblica del Papa Benedicto XVI", a una casa editora protestante esperando que lo rechazaran, "pero no lo hicieron".
"Ellos lo recogieron con entusiasmo. El editor en jefe dijo ‘no tenía idea de que tu Papa podría hacer las Escrituras tomar vida, y las Escrituras saturan toda su teología".
El Papa Benedicto XVI, dijo Hahn, es un hombre cuyo pensamiento, enseñanza y oración son "profundamente bíblicos".

 
 
 

Habla cantante que oyó renuncia de Benedicto XVI: Lo hizo por el bien de la Iglesia

Coro de la Capilla Sixtina
Coro de la Capilla Sixtina
LIMA, 15 Feb. 13 / 05:17 am (ACI/EWTN Noticias).- Augusto Garay González es un barítono peruano que llegó a Roma (Italia) en 1989 con solo 150 dólares en el bolsillo. Luego de trabajar como obrero y tras estudiar en el Pontificio Instituto de Música Sacra, ingresó en 1999 al Coro de la Capilla Sixtina. El 11 de febrero de 2013 fue testigo, junto a los demás miembros de esta agrupación y de los cardenales reunidos en Consistorio, de la sorprendente e histórica renuncia del Papa Benedicto XVI al pontificado.


En una entrevista concedida al periodista Juan Julio Arévalo del diario peruano El Comercio, el barítono recordó cómo era el ambiente ese día: “habíamos terminado de recitar la hora media con el Papa en la sala del sínodo. Normalmente, el Pontífice hace la última oración y canta la bendición final. Con el Salve Regina terminaba la función, pero de pronto vimos que el Papa se sentó y su secretario le alcanzó el discurso…”.


Tras comentar que “nosotros los cantores tenemos cierta familiaridad con el latín”, Garay explicó que “escuché palabras claves que se referían a la edad. El director del coro, monseñor Palombella, se dio cuenta y ya se pasó la voz entre todos. (…) La cara de estupor, de desconcierto y los rostros de tristeza de los prelados se expandió en toda la sala”.


“Menos mal que después del anuncio no teníamos que cantar. Salimos todos en silencio y compungidos. No dijimos nada. No había nada que decir. Me impresionó mucho el rostro del Papa. Se notaba cuán costosa había sido esa decisión para él. Es un hecho insólito porque el Papa no ha muerto, solo ha renunciado al trono de Pedro”.


El barítono que dejó el Perú, porque en los años 80’s la situación del país era crítica con la hiperinflación y el terrorismo, afirma que haber sido testigo del pontificado de Benedicto XVI “ha sido un gran privilegio porque me ha permitido escuchar en directo sus homilías, en las que se notaba su reflexión personal y su gran vuelo intelectual”.


“Nosotros hemos visto al Papa abatido últimamente. Los escándalos de la pedofilia, los insultos de los que ha sido objeto en sus giras han sido una fatiga muy grande. Cuando escuché la noticia (de la renuncia), en el fondo pensé en la tranquilidad que este anciano estudioso podrá sentir. Podrá pasar sus últimos años sin el rigor del protocolo. Me dije a mí mismo: qué bueno por el Papa, ahora podrá estar más tranquilo”.


Garay señala que el ambiente del Vaticano es “de tristeza, pero hay mucha gente que piensa que el Papa ha dado un gran ejemplo, sobre todo a los políticos que se atan a la silla de gobierno”.


Comparando lo que ha hecho Benedicto XVI con Juan Pablo II, el cantante peruano asegura que “es otra mentalidad. No es mejor o peor. Ratzinger es un hombre sobrio y renunció por el bien de la Iglesia. Seguramente vendrá un Papa joven. Se calcula que para el Domingo de Ramos ya estará el nuevo Papa”.


El cantante, que ha trabajado en diversos medios peruanos y en Radio Vaticana, explicó algunos detalles de la elección del nuevo Papa: “en realidad, la música del cónclave es simple, porque se invoca el Espíritu Santo, cantando el Veni Sacte Spiritu. Después, el director del ceremonial anuncia el Extra Omnes (fuera todos), así el cuerpo cardenalicio se reúne en cónclave en el recinto de la Capilla Sixtina para elegir al nuevo Pontífice”.


Augusto Garay recuerda asimismo que “todos los años, en enero, el Papa recibe el coro de la Capilla Sixtina en audiencia privada, le ofrecemos un concierto, solo para él y su hermano Georg. El Papa agradece al coro por todos los servicios prestados en el año y ofrece regalos, especialmente a los niños cantores que son unos 40”.


“De Alemania llega un container de caramelos y chocolates que le mandan de su diócesis para los niños. Así les agradece por estar con él cuando podrían estar de vacaciones. Una vez el Papa se me acercó y en español me dijo: ‘¿Y usted de dónde es?’. Le respondí: ‘Del Perú, santidad’. ‘¡Ah!, conozco su país, ¡he estado en el Cusco!’. Le pregunté cuándo iba al Perú y me respondió: ‘Ojalá, ojalá’”.


Tras recordar que tuvo la oportunidad de cantar en los funerales del recordado Juan Pablo II, “con un nudo en la garganta”, el barítono afirma que “soy como cualquier peruano, con la vida tan dispareja. La música fue un oficio tardío, pero grato porque me ayudó a sobrevivir espiritual y materialmente”.


“Tengo una magnífica familia con una esposa, Linda, que es juez en el campo de derecho canónico en el Tribunal de Apelación del Vicariato de Roma y dos hijas. He grabado un disco como solista y me gustaría terminar cuanto antes un par de publicaciones”.


Garay concluye asegurando que “cuando a veces reflexiono sobre todo lo vivido y el bien que me rodea, no puedo dejar de pensar con estupor que no todo es solo obra nuestra, si no de una mano maestra: la providencia”.

 
  

Encuentro con sacerdotes de Roma

El Papa Benedicto XVI se despide de sacerdotes de su diócesis.

El Papa Benedicto XVI se despide de sacerdotes de su diócesis
VATICANO, 14 Feb. 13 / 11:09 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Benedicto XVI aprovechó el tradicional encuentro anual con los sacerdotes de la diócesis de Roma, como Obispo de la misma, para despedirse de ellos y agradecerles sus oraciones por él y por la Iglesia.
El Santo Padre señaló que si bien, al retirarse a un monasterio de clausura, quedará "oculto para el mundo", siempre estará unido a ellos en la oración.
"He notado siempre vuestra presencia física y aunque me retiro para rezar, sé que siempre estaréis cerca de mí, aunque para el mundo permanezca oculto", afirmó el Papa ante el Vicario General para la diócesis de Roma, Cardenal Agostino Vallini y varios centenares de sacerdotes locales.
El encuentro ha sido el último de este tipo del pontificado de Benedicto XVI, quien deja la Sede Vacante a partir del 28 de febrero a las 8:00 p.m., luego de lo cual los 117 cardenales electores procederán a la elección del nuevo Papa. La fecha del inicio del cónclave será entre el 15 y el 20 de marzo.
El Cardenal Valliini, emocionado, dijo al Papa que experimentaba una "mezcla de sentimientos: tristeza y respeto, admiración y añoranza, afecto y orgullo".
"En los años de su luminoso pontificado nos ha enseñado muchas cosas importantes para ser discípulos de Cristo y buenos pastores: el testimonio de una vida totalmente entregada a Jesús y a la Iglesia, una fe inquebrantable y valiente, humildad en el servicio, pasión por la verdad y el compromiso para anunciar el Evangelio en un mundo en el que la fe tiene que ser propuesta de nuevo", afirmó.
Con la voz en algunos momentos ronca y algo cansado, el Santo Padre habló durante casi una hora sobre el Concilio Vaticano II, su importancia y lo que significa este gran evento para la Iglesia. En breve ACI Prensa publicará una nota al respecto.

 
 
 
 

Confirmado: El Papa Benedicto XVI decidió renuncia tras viaje a México y Cuba

Confirmado: El Papa Benedicto XVI decidió renuncia tras viaje a México y Cuba
VATICANO, 12 Feb. 13 / 02:02 pm (ACI/EWTN Noticias).- El consultor estadounidense de comunicaciones del Vaticano, Greg Burke, confirmó a ACI Prensa que el Papa Benedicto XVI decidió su renuncia al pontificado luego de su viaje realizado a México y Cuba en marzo de 2012.
El 12 de febrero, Burke confirmó esta información precisando que si el viaje del Pontífice a ambas naciones fue en marzo, es probable que en abril de 2012 el Santo Padre tomase la decisión de renunciar al pontificado.
El diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR) también se refiere a este tema en un artículo titulado "El futuro de Dios", en el que se señala que el Pontífice sopesó detenidamente su renuncia "después del viaje de México y Cuba".
LOR afirma que en sus palabras, Benedicto XVI ha demostrado "una lucidez y una humildad que manifiestan ante todo su adherencia a la realidad", y, "con esta decisión ejemplar humana y espiritualmente, y en la plena madurez de su pontificado… dejará una huella profunda en la historia".
Al respecto, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, precisó que esto "no significa que después de este viaje, el Papa comenzara a hacer un calendario".
El sacerdote indicó que el Papa eligió renunciar el 28 de febrero con la esperanza de tener un nuevo pontífice para la Pascua, una de las fiestas más importantes de los católicos y que este año se celebra a finales de marzo.
El vocero del Vaticano dijo además que Benedicto XVI trabajará hasta el último minuto, a ello se debe la elección de las 8:00 p.m. para dejar el pontificado. "Esa sueles ser la hora en la que el Santo Padre termina su jornada", concluyó.
Como se recuerda el Santo Padre visitó México y Cuba del 23 al 28 de marzo del año pasado, en un viaje en el que confirmó en la fe a millones de católicos en ambas naciones en donde su presencia y sus palabras marcaron la historia de los dos países.

 
 
 

Autor: P.Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
EN LA BARCA DE LA IGLESIA.
Sopla el viento del Espíritu. Las velas sienten el empuje. El timón se mantiene firme, desde la fe de una Iglesia milenaria y siempre joven.
 

En la barca de la Iglesia
En la barca de la Iglesia



La historia de la Iglesia es apasionante. Desde su nacimiento, tras la Muerte y Resurrección de Cristo. Desde sus primeros años, con esperanzas y con persecuciones. Desde su larga historia, escrita con páginas de santidad y de amor, con debilidades, pecados y misericordia.

En la nave sopla el viento del Espíritu. La estrella polar, María, indica el camino hacia Cristo. Dios Padre convoca, desde Oriente hasta Occidente, a quienes más ama, a los hijos de los hombres.

En esa nave están Pedro y sus sucesores, los Papas. Cada uno, con su carácter diferente y con su amor a Cristo y a su redil, ha predicado para conservar viva la fe, ha trabajado para sostener la esperanza, ha sufrido y luchado para encender el amor.

La barca sigue su travesía. Las tormentas no dejan de arremeter contra la nave. Algunos sucumben. Otros se levantan tras la caída y vuelven a formar parte del pequeño rebaño.

"No temas", dijo Jesús a Pedro. "No temas", susurra el Maestro a cada generación de bautizados. "No temas", repetían Juan Pablo II y Benedicto XVI. "No temas", escucho dentro de mi alma.

No seguimos en la nave apoyados en seguridades humanas: lo que es frágil no garantiza certezas ni robustece las rodillas vacilantes. La fuerza de la Iglesia católica viene de lo alto y nos permite navegar seguros, hacia la Jerusalén celestial.

Desde la fe, la esperanza y la caridad seguimos nuestro viaje. Permanecemos unidos, confirmados en la sana doctrina, gracias al Papa.

No importa su nombre ni su origen. Se llamará Juan o Pablo o Juan Pablo, se llamará Pío o Benedicto, vendrá de Italia, de Polonia, de Alemania o de algún otro lugar de la amplia geografía católica. Nos basta con saber que Jesús lo eligió y le dice, como al primer Papa: "Apacienta mis ovejas... Sígueme" (cf. Jn 21,15-19).

Sopla el viento del Espíritu. Las velas sienten el empuje. El timón se mantiene firme, desde la fe de una Iglesia milenaria y siempre joven.

En el horizonte, un banquete: el Cordero ha dado su Sangre para que entremos con Él, vencedores, en la gran fiesta de los cielos.

 

Autor: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net
Yo creo en Dios: el Padre todopoderoso.
Desearía reflexionar ahora sobre la primera, fundamental, definición de Dios que el Credo nos presenta: Él es Padre.
 


Catequesis semanal de SS Benedicto XVI por el Año de la Fe, 30 enero 2013 .
Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis del miércoles pasado nos detuvimos en las palabras iniciales del Credo: «Creo en Dios». Pero la profesión de fe especifica esta afirmación: Dios es el Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Así que desearía reflexionar ahora con vosotros sobre la primera, fundamental, definición de Dios que el Credo nos presenta: Él es Padre.

No es siempre fácil hablar hoy de paternidad. Sobre todo en el mundo occidental, las familias disgregadas, los compromisos de trabajo cada vez más absorbentes, las preocupaciones y a menudo el esfuerzo de hacer cuadrar el balance familiar, la invasión disuasoria de los mass media en el interior de la vivencia cotidiana: son algunos de los muchos factores que pueden impedir una serena y constructiva relación entre padres e hijos. La comunicación es a veces difícil, la confianza disminuye y la relación con la figura paterna puede volverse problemática; y entonces también se hace problemático imaginar a Dios como un padre, al no tener modelos adecuados de referencia. Para quien ha tenido la experiencia de un padre demasiado autoritario e inflexible, o indiferente y poco afectuoso, o incluso ausente, no es fácil pensar con serenidad en Dios como Padre y abandonarse a Él con confianza.

Pero la revelación bíblica ayuda a superar estas dificultades hablándonos de un Dios que nos muestra qué significa verdaderamente ser «padre»; y es sobre todo el Evangelio lo que nos revela este rostro de Dios como Padre que ama hasta el don del propio Hijo para la salvación de la humanidad. La referencia a la figura paterna ayuda por lo tanto a comprender algo del amor de Dios, que sin embargo sigue siendo infinitamente más grande, más fiel, más total que el de cualquier hombre. «Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra? —dice Jesús para mostrar a los discípulos el rostro del Padre—; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!» (Mt 7, 9-11; cf. Lc 11, 11-13). Dios nos es Padre porque nos ha bendecido y elegido antes de la creación del mundo (cf. Ef 1, 3-6), nos ha hecho realmente sus hijos en Jesús (cf. 1 Jn 3, 1). Y, como Padre, Dios acompaña con amor nuestra existencia, dándonos su Palabra, su enseñanza, su gracia, su Espíritu.

Él -como revela Jesús- es el Padre que alimenta a los pájaros del cielo sin que estos tengan que sembrar y cosechar, y cubre de colores maravillosos las flores del campo, con vestidos más bellos que los del rey Salomón (cf. Mt 6, 26-32; Lc 12, 24-28); y nosotros -añade Jesús- valemos mucho más que las flores y los pájaros del cielo. Y si Él es tan bueno que hace «salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos» (Mt 5, 45), podremos siempre, sin miedo y con total confianza, entregarnos a su perdón de Padre cuando erramos el camino. Dios es un Padre bueno que acoge y abraza al hijo perdido y arrepentido (cf. Lc 15, 11 ss), da gratuitamente a quienes piden (cf. Mt 18, 19; Mc 11, 24; Jn 16, 23) y ofrece el pan del cielo y el agua viva que hace vivir eternamente (cf. Jn 6, 32.51.58).

Por ello el orante del Salmo 27, rodeado de enemigos, asediado de malvados y calumniadores, mientras busca ayuda en el Señor y le invoca, puede dar su testimonio lleno de fe afirmando: «Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá» (v. 10). Dios es un Padre que no abandona jamás a sus hijos, un Padre amoroso que sostiene, ayuda, acoge, perdona, salva, con una fidelidad que sobrepasa inmensamente la de los hombres, para abrirse a dimensiones de eternidad. «Porque su amor es para siempre», como sigue repitiendo de modo letánico, en cada versículo, el Salmo 136, recorriendo toda la historia de la salvación. El amor de Dios Padre no desfallece nunca, no se cansa de nosotros; es amor que da hasta el extremo, hasta el sacrificio del Hijo. La fe nos da esta certeza, que se convierte en una roca segura en la construcción de nuestra vida: podemos afrontar todos los momentos de dificultad y de peligro, la experiencia de la oscuridad de la crisis y del tiempo de dolor, sostenidos por la confianza en que Dios no nos deja solos y está siempre cerca, para salvarnos y llevarnos a la vida eterna.

Es en el Señor Jesús donde se muestra en plenitud el rostro benévolo del Padre que está en los cielos. Es conociéndole a Él como podemos conocer también al Padre (cf. Jn 8, 19; 14, 7), y viéndole a Él podemos ver al Padre, porque Él está en el Padre y el Padre en Él (cf. Jn 14, 9.11). Él es «imagen del Dios invisible», como le define el himno de la Carta a los Colosenses, «primogénito de toda criatura... primogénito de los que resucitan entre los muertos», por medio del cual «hemos recibido la redención, el perdón de los pecados» y la reconciliación de todas las cosas, «las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz» (cf. Col 1, 13-20).

La fe en Dios Padre pide creer en el Hijo, bajo la acción del Espíritu, reconociendo en la Cruz que salva el desvelamiento definitivo del amor divino. Dios nos es Padre dándonos a su Hijo; Dios nos es Padre perdonando nuestro pecado y llevándonos al gozo de la vida resucitada; Dios nos es Padre dándonos el Espíritu que nos hace hijos y nos permite llamarle, de verdad, «Abba, Padre» (cf. Rm 8, 15). Por ello Jesús, enseñándonos a orar, nos invita a decir «Padre Nuestro» (Mt 6, 9-13; cf. Lc 11, 2-4).

Entonces la paternidad de Dios es amor infinito, ternura que se inclina hacia nosotros, hijos débiles, necesitados de todo. El Salmo 103, el gran canto de la misericordia divina, proclama: «Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo temen; porque Él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro» (vv. 13-14). Es precisamente nuestra pequeñez, nuestra débil naturaleza humana, nuestra fragilidad lo que se convierte en llamamiento a la misericordia del Señor para que manifieste su grandeza y ternura de Padre ayudándonos, perdonándonos y salvándonos.

Y Dios responde a nuestro llamamiento enviando a su Hijo, que muere y resucita por nosotros; entra en nuestra fragilidad y obra lo que el hombre, solo, jamás habría podido hacer: toma sobre Sí el pecado del mundo, como cordero inocente, y vuelve a abrirnos el camino hacia la comunión con Dios, nos hace verdaderos hijos de Dios. Es ahí, en el Misterio pascual, donde se revela con toda su luminosidad el rostro definitivo del Padre. Y es ahí, en la Cruz gloriosa, donde acontece la manifestación plena de la grandeza de Dios como «Padre todopoderoso».

Pero podríamos preguntarnos: ¿cómo es posible pensar en un Dios omnipotente mirando hacia la Cruz de Cristo? ¿Hacia este poder del mal que llega hasta el punto de matar al Hijo de Dios? Nosotros querríamos ciertamente una omnipotencia divina según nuestros esquemas mentales y nuestros deseos: un Dios «omnipotente» que resuelva los problemas, que intervenga para evitarnos las dificultades, que venza los poderes adversos, que cambie el curso de los acontecimientos y anule el dolor. Así, diversos teólogos dicen hoy que Dios no puede ser omnipotente; de otro modo no habría tanto sufrimiento, tanto mal en el mundo. En realidad, ante el mal y el sufrimiento, para muchos, para nosotros, se hace problemático, difícil, creer en un Dios Padre y creerle omnipotente; algunos buscan refugio en ídolos, cediendo a la tentación de encontrar respuesta en una presunta omnipotencia «mágica» y en sus ilusorias promesas.

Pero la fe en Dios omnipotente nos impulsa a recorrer senderos bien distintos: aprender a conocer que el pensamiento de Dios es diferente del nuestro, que los caminos de Dios son otros respecto a los nuestros (cf. Is 55, 8) y también su omnipotencia es distinta: no se expresa como fuerza automática o arbitraria, sino que se caracteriza por una libertad amorosa y paterna. En realidad, Dios, creando criaturas libres, dando libertad, renunció a una parte de su poder, dejando el poder de nuestra libertad. De esta forma Él ama y respeta la respuesta libre de amor a su llamada. Como Padre, Dios desea que nos convirtamos en sus hijos y vivamos como tales en su Hijo, en comunión, en plena familiaridad con Él. Su omnipotencia no se expresa en la violencia, no se expresa en la destrucción de cada poder adverso, como nosotros deseamos, sino que se expresa en el amor, en la misericordia, en el perdón, en la aceptación de nuestra libertad y en el incansable llamamiento a la conversión del corazón, en una actitud sólo aparentemente débil —Dios parece débil, si pensamos en Jesucristo que ora, que se deja matar. Una actitud aparentemente débil, hecha de paciencia, de mansedumbre y de amor, demuestra que éste es el verdadero modo de ser poderoso. ¡Este es el poder de Dios! ¡Y este poder vencerá! El sabio del Libro de la Sabiduría se dirige así a Dios: «Te compadeces de todos, porque todo lo puedes y pasas por alto los pecados de los hombres para que se arrepientan. Amas a todos los seres... Tú eres indulgente con todas las cosas, porque son tuyas, Señor, amigo de la vida» (11, 23-24a.26).

Sólo quien es verdaderamente poderoso puede soportar el mal y mostrarse compasivo; sólo quien es verdaderamente poderoso puede ejercer plenamente la fuerza del amor. Y Dios, a quien pertenecen todas las cosas porque todo ha sido hecho por Él, revela su fuerza amando todo y a todos, en una paciente espera de la conversión de nosotros, los hombres, a quienes desea tener como hijos. Dios espera nuestra conversión. El amor omnipotente de Dios no conoce límites; tanto que «no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros» (Rm 8, 32). La omnipotencia del amor no es la del poder del mundo, sino la del don total, y Jesús, el Hijo de Dios, revela al mundo la verdadera omnipotencia del Padre dando la vida por nosotros, pecadores. He aquí el verdadero, auténtico y perfecto poder divino: responder al mal no con el mal, sino con el bien; a los insultos con el perdón; al odio homicida con el amor que hace vivir. Entonces el mal verdaderamente está vencido, porque lo ha lavado el amor de Dios; entonces la muerte ha sido derrotada definitivamente, porque se ha transformado en don de la vida. Dios Padre resucita al Hijo: la muerte, la gran enemiga (cf. 1 Co 15, 26), es engullida y privada de su veneno (cf. 1 Co 15, 54-55), y nosotros, liberados del pecado, podemos acceder a nuestra realidad de hijos de Dios.

Por lo tanto cuando decimos «Creo en Dios Padre todopoderoso», expresamos nuestra fe en el poder del amor de Dios que en su Hijo muerto y resucitado derrota el odio, el mal, el pecado y nos abre a la vida eterna, la de los hijos que desean estar para siempre en la «Casa del Padre». Decir «Creo en Dios Padre todopoderoso», en su poder, en su modo de ser Padre, es siempre un acto de fe, de conversión, de transformación de nuestro pensamiento, de todo nuestro afecto, de todo nuestro modo de vivir.

Queridos hermanos y hermanas, pidamos al Señor que sostenga nuestra fe, que nos ayude a encontrar verdaderamente la fe y nos dé la fuerza de anunciar a Cristo crucificado y resucitado, y de testimoniarlo en el amor a Dios y al prójimo. Y que Dios nos conceda acoger el don de nuestra filiación, para vivir en plenitud las realidades del Credo, en el abandono confiado al amor del Padre y a su misericordiosa omnipotencia, que es la verdadera omnipotencia y salva.

 

 

Autor: Antonio Orozco
Jesucristo concedió a su Iglesia la infalibilidad
Se expresa en declaraciones del Romano Pontífice cuando habla ex cathedra.
 

Jesucristo concedió a su Iglesia la infalibilidad
Jesucristo concedió a su Iglesia la infalibilidad



Jesucristo concedió a su Iglesia el carisma de la infalibilidad; y en ciertas ocasiones, la infalibilidad de la Iglesia se expresa en declaraciones del Romano Pontífice cuando habla ex cathedra, es decir, cuando cumpliendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos, define por su suprema autoridad apostólica que una doctrina sobre fe y costumbres debe ser sostenida por la Iglesia universal (1). Esta es la definición dogmática del Concilio Vaticano I, incuestionable para cualquier católico.


Ahora bien, hay bastantes católicos que sólo se sienten vinculados en conciencia a las declaraciones del Papa cuando éstas revisten especial solemnidad. Sin embargo, la definición dogmática del Concilio Vaticano I no menciona la solemnidad como condición necesaria para que una declaración del Romano Pontífice pueda llamarse ex cathedra. Basta que un lunes cualquiera, en cualquier lugar, el Papa como tal, se dirija a toda la Iglesia y diga con claridad: "esto" (una doctrina sobre fe o moral) debe ser sostenido por todos.


Puede arrojar luz sobre el asunto lo que el Concilio Vaticano II enseña acerca del Magisterio de los obispos. Dice que «aunque cada uno de los prelados por sí solo no posea la prerrogativa de la infalibilidad, sin embargo, si todos ellos, aun estando dispersos por el mundo, pero manteniendo el vínculo de comunión entre sí y con el sucesor de San Pedro, convienen en un mismo parecer como maestros auténticos que exponen como definitiva una doctrina en las cosas de fe y costumbres, en ese caso anuncian infaliblemente la doctrina de Cristo» (2). Hay por tanto un magisterio episcopal no solemne, no extraordinario, sino ordinario pero infalible, que se da cuando los obispos enseñan: 1°, en materia de fe y costumbres; 2°, sujetos a la autoridad del Romano Pontífice; 3°, en plena concordia entre sí; y 4°, queriendo actuar usando el grado supremo de su autoridad.


No siempre aparecen claras en la práctica las condiciones requeridas para que nos conste la infalibilidad de ese magisterio ordinario episcopal. Por ello a veces recurren al Magisterio extraordinario para evitar toda posible tergiversación y para mayor claridad (Cfr. Vat. II, LG, 25). Pero el hecho es que ese Magisterio existe como posibilidad que, sin duda, se ha realizado muchas veces en la historia de la lglesia.


EL MAGISTERIO DEL ROMANO PONTIFICE ORDINARIO E INFALIBLE


Pues bien, si el colegio episcopal es infalible no sólo cuando ejerce su Magisterio de modo extraordinario en concilio ecuménico, sino también como recuerda el Vaticano II, cuando lo ejercita de manera ordinaria disperso por el orbe católico, ¿cabe pensar que el Papa sea también infalible cuando ejerce su Magisterio ordinario, si éste es universal y supremo?.


Dos cosas hay que decir sobre este tema:


1. De la definición dogmática del Concilio Vaticano I resulta indudable la infalibilidad del Papa cuando habla ex cathedra, pero no se puede deducir de ella la infalibilidad del Romano Pontífice en su Magisterio ordinario.


2. La analogía con el magisterio episcopal de una parte, y de otra, la expresión utilizada por el propio concilio Vaticano I al afirmar que el Papa tiene la misma infalibilidad que Cristo quiso para su Iglesia, induce lógicamente a mantener que existe un Magisterio ordinario infalible del Papa.


Es esta una conclusión teológica muy de tener en cuenta y que manifiesta como altamente sospechosa la actitud de quienes se profesan "católicos" porque admiten la infalibilidad del Papa cuando habla ex cathedra, y están dispuestos - en teoría, al menos- a obedecerle en tales ocasiones, pero menosprecian su Magisterio ordinario, o no se consideran vinculados a él en conciencia. Esta actitud comporta riesgos evidentes de herejía, y siempre supone al menos ignorancia teológica.


Hay que tener en cuenta que, tal como lo definió el Concilio Vaticano I, es doctrina de fe divina y católica (dogma de fe) «Todas aquellas cosas que se contienen en la palabra de Dios escrita o tradicional, y son propuestas por la Iglesia para ser creídas como divinamente reveladas, ora por solemne juicio, ora por su ordinario y universal magisterio» (3). Es decir, es dogma de fe no sólo lo que ha sido declarado como tal por el Magisterio de modo solemne.


Por otra parte y en toda hipótesis, conviene dejar bien asentado que si el Papa, enseñando en materia de fe y costumbres a los fieles en general, no hace constar su intención de imponer la máxima obligatoriedad, es decir, si no habla ex cathedra, su Magisterio no deja por ello de ser auténtico y universal, al cual - recuerda el Vaticano II- «se debe de modo particular una religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento, de manera que se reconozca y reverencie ese Magisterio supremo y con sinceridad se le preste adhesión».


Es claro que no se podría imponer una religiosa sumisión del entendimiento, si las doctrinas propuestas, aunque no constituyan definiciones dogmáticas, no fueran ciertas, y aunque eventualmente mejorables, no fueran estrictamente verdaderas. Pues en los documentos doctrinales del Papa, que pueden emanar de él mismo (cartas encíclicas, o cartas y escritos con destinatarios de diversa índole) o emanar de las Congregaciones Romanas (interesando al caso sólo los documentos que llevan una aprobación específica del Papa), hemos de distinguir dos clases de aserciones:


Los principios permanentes, integrados por verdades y valores absolutos, que conservarán siempre su valor de verdad y su fuerza vinculante.


2. Las afirmaciones de connotación histórica y de carácter prudencial, que, aunque no sean falsos, pueden variar si cambian las circunstancias; de modo que si consta con claridad que las circunstancias son distintas, pierden su fuerza vinculante.


EL "ESCANDALO" DEL "CASO GALILEO"


Frente a estos principios claros, se ha hecha ya clásica la objeción que se basa en la "lamentable condena a Galileo" - propagador del sistema llamado copernicano- en tiempos del Papa Urbano VIII. Mucho habría que decir sobre el desarrollo de aquellos acontecimientos, que Juan Pablo II ha mandado investigar a fondo. Pero una cosa es cierta, que es lo más importante por lo que aquí interesa: aun admitiendo el error de la Congregación del Santo Oficio, Dios no permitió que el Papa Urbano VIII condenase públicamente una teoría que él, personalmente, pudo estimar entonces como errónea.


En rigor, "el caso Galileo" es una manifestación más de cómo el Espíritu Santo, que es en última instancia, quien gobierna la Iglesia, triunfa también sobre las limitaciones personales de los papas, y los asiste siempre eficazmente en la tarea que Cristo mismo les confió en la persona de Pedro, cuando - cercana ya su muerte, instituido el Sacrificio de la Nueva Alianza- el Señor renovó la promesa del Primado: "Simón, Simón, he aquí que Satanás os ha reclamado para cribaros como el trigo. Pero yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe, y tú cuando te conviertas (Jesús predice la negación y la conversión de Pedro) confirma a tus hermanos" (Lc. 22,31).


El Señor ha rogado - con su infalible oración- no para que Pedro no le niegue, sino para que su fe no desfallezca y confirme en ella a los demás Apóstoles, a todos los fieles. Pedro y sus sucesores serán roca firme y luz certísima, sin sombras, para toda la Iglesia. En cuestiones de fe y de moral, la autoridad del Papa es singular. Y no la podrían alcanzar siquiera diez mil millones de teólogos unánimes; menos aún diez mil millones de sociólogos, psicólogos, médicos, biólogos, etc. Porque la autoridad del Papa es de orden superior, y se sostiene no sobre razonamientos humanos, siempre limitados y falibles, sino en su misión divina, en la asistencia del Espíritu Santo, garantizada por la oración de Jesucristo. Tal garantía no se encuentra en nadie más; ni siquiera en los más competentes teólogos: sólo en el Papa, y en los obispos con el Papa, en las circunstancias ya señaladas.


Los teólogos también han de ser confirmados en la fe. "En efecto - advertía Juan Pablo II- , se puede conocer perfectamente la Sagrada Escritura, se puede ser docto en filosofía y teología, y no tener fe, naufragar en la fe" (5). Precisamente los artículos de la fe son el principio de la teología, y un pequeño error en el principio, al final llega a ser enorme. Y así se explican las aberrantes conclusiones a las que algunos teólogos - hoy como ayer- han llegado, cuando han prescindido del Magisterio de la Iglesia. "El sagrado Magisterio - aseveraba Pío XII en su encíclica Humani generis-- ha de ser para cualquier teólogo, en materia de fe y costumbres, la norma próxima y universal d e la verdad"; y también "todos los fieles deben guardar las constituciones y decretos con que las opiniones erróneas han sido prohibidas y proscritas por la Santa Sede".


EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA POTENCIA LA LIBERTAD


Si se entiende bien lo que llevamos dicho, resulta obvio que el Magisterio del Romano Pontífice y, en general, el Magisterio de la Iglesia tanto el extraordinario como el ordinario, no es un inoportuno intermediario entre Dios y los hombres, ni lastra el espíritu humano en el libre progreso en el conocimiento de la palabra de Dios. No nos movemos en un terreno de hipótesis, sino de realidades divinas, claramente manifestadas en la misma Sagrada Escritura. No somos los hombres quienes hemos de imponer nuestros criterios a Dios, sino que es El quien manifiesta su verdad y voluntad a los hombres. Es claro y patente que Dios ha querido fundar la Iglesia como intermediaria de la salvación y depositaria de su mensaje redentor. Lo cual, por cierto, supone una paternal providencia al preservar la palabra divina de toda interpretación subjetiva, interponiendo la garantía del Magisterio, cuya finalidad no se cifra en manipular la palabra de Dios, sino en conservarla y explicarla en toda su integridad y pureza originales, sin menoscabo de la acción inmediata del Espíritu Santo en las almas. Espíritu que es el mismo que asiste a la Iglesia en su Magisterio y del que éste recibe toda su autoridad. En otros términos: sujetarse al Magisterio es sujetarse al mismo Espíritu de Dios.


Además, el Magisterio de la Iglesia, lejos de coartar la libertad y de frenar el legitimo progreso científico, facilita la libertad para una legitima investigación, al fijar con precisión los limites de la verdad, y fomenta el avance científico al advertir los caminos ciertamente erróneos y señalar con pauta infalible nuevos e insospechados horizontes.


SIEMPRE "ROCA"; SIEMPRE "LUZ"


En las cosas que conciernen a la fe y a la moral, el Papa ha sido y será siempre roca, siempre luz. Como decía San Agustín, al instituir el primado del Romano Pontífice, Jesucristo "quiso fortalecer de antemano nuestros oídos contra los que, según El mismo advirtió, se habrían de levantar a lo largo de los tiempos, diciendo ved aquí a Cristo, miradlo allá (Mt. 24, 23). Y nos mandó que no les diésemos crédito. No tendríamos excusa alguna si no hiciéramos caso a la voz del Pastor, tan clara, tan abierta, tan palmaria, que ni el más miope o torpe de inteligencia puede decir: no he entendido" (6).


Palabras de asombrosa actualidad. El Papa, hoy Juan Pablo II, no cesa de transmitirnos la palabra de Dios en toda su pureza, con toda claridad. Recorre el mundo jugándose la vida, llenándolo de luz, disipando tinieblas, despertando esperanzas que parecían imposibles, encendiendo la fe de los jóvenes y menos jóvenes. Es muy de agradecer. Y es también una gran responsabilidad: Dios nos pedirá estrecha cuenta de cómo hemos oído al Papa de cómo lo hemos recibido, de cómo hemos dejado que penetre en nuestra mente y en nuestro corazón su palabra inequívoca, fidelísima a la enseñanza del Maestro.


El Papa es principio, fundamento y unidad de todo el pueblo de Dios. Es lógico que sea así; es de sentido común. El conocido profesor luterano W. Pannenberg, en un coloquio celebrado en una Facultad teológica española, contestaba así a una pregunta sobre el papado: "la necesidad de un ministerio de unidad en la Iglesia es algo tan evidente que las negativas protestantes no debían mantenerse por más tiempo" (7).


Pero el amor del cristiano al Papa ha de estar inspirado por la fe y el amor teologal. La recepción entusiasta, exultante - incluso clamorosa, multitudinaria- al Papa no es culto a la personalidad de un hombre excepcional, sino - como se ha dicho con acierto- "el vehículo del amor a Cristo, el amor a lo esencial o la esencialidad del amor".


De este modo no hay que tener miedo a amar "demasiado" al Papa ni a manifestarlo con entusiasmo. Lo haríamos aunque su aspecto no fuese tan amable; aunque su mirada fuese menos tierna y no tan recio, viril, el timbre de su voz. Porque el Papa, sea quien sea - Juan o Pablo, o Juan Pablo- , es Pedro, es "el dulce Cristo en la tierra", como decía Santa Catalina de Siena y recordaba con gratitud Juan Pablo II, en su Alocución del 14-lX-1980.


QUÉ HACER POR EL PAPA
Obras son amores. La primera obra del amor es la oración. El Papa necesita la oración de todos sus hijos. En cierta ocasión, Pablo VI abría su alma en público, exclamando: "¡Qué pesadas son estas llaves que vienen de manos de Pedro a nuestras débiles manos! ¡qué pesadas de llevar y cuanto más de manejar! " (8). Muy dura debe de resultar la tarea, sobre todo en un mundo en el que tantas veces se suelen preferir las tinieblas del error a la luz de la verdad (9). "Rogad por mí, mis muy queridos en el Señor", suplicaba Juan Pablo II en la catedral de Brazzaville (10).


Todos podemos facilitar la colosal tarea del Papa con nuestra oración, que tiene múltiples manifestaciones: la Santa Misa, de infinito valor; el Santo Rosario, arma poderosa contra las fuerzas del mal y vigoroso imán de la gracia divina; ratos más o menos largos de petición ante el Sagrario; horas de trabajo bien hecho, esforzado, sacrificado y ofrecido por la persona e intenciones del Romano Pontífice; etc. etc.


Todo ello con una voluntad decidida de conversión profunda, de purificación interior, para que la luz de su palabra penetre hasta el fondo del alma y despierte el hambre de Dios que todos llevamos dentro. Nada mejor para lograrlo que acudir al Sacramento de la Penitencia, sin el cual "la conversión no es plenamente auténtica" (11). Ha hablado tanto y de tal modo del valor de la confesión individual que no parece que se le pueda hacer mejor regalo al Papa que una buena confesión.


¿Cómo se podría penetrar a fondo en los misterios divinos de salvación, de gracia - de los que el Papa ha nos habla- sin estar en gracia de Dios? ¿Cómo entender el mensaje de Cristo sin la sincera disposición de poner en coherencia conducta y fe? ¿Cómo alcanzar la fortaleza necesaria sin la gracia que se dispensa sobre todo por medio de los sacramentos?.


"Mediante el Sacramento de la Penitencia - decía Juan Pablo II en su homilía en el Quezon Circle, de Manila- Jesús nos ofrece el perdón y la paz. Precisamente a causa de su importancia como Sacramento de la reconciliación, subrayé en mi primera Encíclica el derecho del hombre a un encuentro más personal con Cristo crucificado que perdona (Redemptor hominis, 20), y recomendé encarecidamente la fiel observancia de la secular costumbre de la confesión individual. Hoy quiero presentar una vez más el Sacramento de la Penitencia como un don de la paz y del amor de Cristo, y os pido que os esforcéis por beneficiaros de esta ocasión de gracia" (12).


ANTONIO OROZCO
(1) Vaticano 1. Pastor aeternus, 2; Cfr. Vaticano II, LG, 25; (2) Vat. II, LG, 25, (3) Vat. I, Dz 1792; (4) Vat. II, LG, n. 4; (5)Alocución, 24-III- 1979; (6) S. AGUSTIN, De unitate Ecclesiae, II, 28; (7) P. RODRIGUEZ, Iglesia y Ecumenismo, Madrid 1979 p. 221; (8) PABLO V I, Aloc., 18-VII- 1965; (9) Jn (10) JUAN PABLO II Hom., 5-V-1980; (11) JUAN PABLO II, Hom., 28-VIII-1980; (12) JUAN PABLO II, Hom., 19-II-1981.

  

Autor: Germán Sánchez Griese | Fuente: Catholic.net/Europa Press
¿Puede el Papa dimitir?
Se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente
 

¿Puede el Papa dimitir?
¿Puede el Papa dimitir?
En la Historia de la Iglesia han sido pocos los casos de dimisión del Pontífice. Uno de los más célebres fue el de Benedicto IX, elegido en 1032. Poco se sabe de él, de acuerdo a la tradición conservada por la Abadía de Grottaferrata, donde murió haciendo penitencia después de su dimisión.

En 1294 Pietro del Morrone, un anciano de 80 años, eremita benedictino que vivía exclusivamente dedicado a la oración y a la penitencia, fue elegido Papa por un consistorio de 12 cardenales entre los cuales, lógicamente, no se encontraba él. Fue elegido el 5 de julio de 1294, consagrado solemnemente el 29 de agosto del mismo año en la Iglesia de Santa Maria del Collemaggio, en la zona italiana de Aquila, tomando el nombre de Celestino V. Renunció el 13 de diciembre de 1294, al declararse sin experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia, retirándose a vivir nuevamente su vida de oración y sacrificio. Fue canonizado el 5 de mayo de 1313 y se le conoce como el “Papa Angélico” por el interés que tuvo en vivir siempre el ideal de la santidad y el hacer vivir dicho ideal a toda la Iglesia.

El último Papa que renunció fue Gregorio XII, el veneciano Angelo Correr, quien se retiró en 1415, dos años antes de morir.

Por las historias anteriores, consignadas en varios libros de Historia de la Iglesia, entre los que destacan “Grandi Dizionario Ilustrato dei Papi”, de John N.D. Kelly (Ed. Piemme) y “I Papi nella storia” (Coletti Editori, Roma), un Papa puede renunciar.

Así lo establece el Derecho Canónico en el Canon 332, párrafo 2, que dice: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”.

Los comentaristas al Derecho Canónico han mencionado que, si bien la fórmula del canon no exige una forma determinada, lo lógico sería que fuera por escrito y ante testigos, ya que éste es el procedimiento ordinario para actos de este tipo.

Por lo tanto el Papa puede renunciar y nadie debería mostrar ningún recelo si esto sucediera: el Derecho Canónico lo prevé y lo reglamenta. ¿Cuántos hombres a los 80 años después de una vida de trabajos no se jubilan y gozan de una pensión sin que nadie se extrañe?

Juan Pablo II, -después de una juventud azarosa bajo la ocupación nazi, una preparación al sacerdocio en la clandestinidad de la Polonia ocupada por los nazis, un trabajo como obispo oponiéndose siempre al régimen comunista, un papado activo y militante, un atentado sufrido en plena Plaza de San Pedro y diversos problemas de salud-, durante 26 años sostuvo en sus manos el timón de la barca de Pedro hasta el día de su muerte, con la misma firmeza de siempre.

Nuestro pontífice actual, Benedicto XVI, ha afirmado en el libro ´Luz del mundo´ (2010), que el Papa puede dimitir cuando considera que no se encuentra capaz física, mental y espiritualmente para desarrollar el encargo confiado. El Papa indica que nota cómo sus fuerzas van disminuyendo y que tal vez el trabajo que conlleva el Pontificado "sea excesivo para un hombre de 83 años". Sin embargo, ha subrayado que no dimitiría a pesar de las dificultades de su Pontificado porque "cuando el peligro es grande no se puede huir" sino que es necesario "resistir y superar la situación difícil".

Según manifestó Benedicto XVI, se puede dimitir "en un momento de serenidad o cuando ya no se puede más" pero no se puede huir "precisamente en el momento del peligro".

EVANGELIO DEL DIA

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68




sábado 16 Febrero 2013



Sábado después de Ceniza


Santo(s) del día : Beato José Allamano

Ver el comentario abajo, o clic en el título
San Rafael Arnáiz Barón : “Abandonándolo todo, se levantó y lo siguió”


Libro de Isaías 58,9b-14.

Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!".
si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía.
El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan.
Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares, y te llamarán "Reparador de brechas", "Restaurador de moradas en ruinas".
Si dejas de pisotear el sábado, de hacer tus negocios en mi día santo; si llamas al sábado "Delicioso" y al día santo del Señor "Honorable"; si lo honras absteniéndote de traficar, de entregarte a tus negocios y de hablar ociosamente,
entonces te deleitarás en el Señor; yo te haré cabalgar sobre las alturas del país y te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob, porque ha hablado la boca del Señor.

Salmo 86(85),1-2.3-4.5-6.
Inclina tu oído, Señor, respóndeme,
porque soy pobre y miserable;
protégeme, porque soy uno de tus fieles,
salva a tu servidor que en ti confía.


Tú eres mi Dios: ten piedad de mí, Señor,
porque te invoco todo el día;
reconforta el ánimo de tu servidor,
porque a ti, Señor, elevo mi alma.


Tú, Señor, eres bueno e indulgente,
rico en misericordia con aquellos que te invocan:
¡atiende, Señor, a mi plegaria,
escucha la voz de mi súplica!


Evangelio según San Lucas 5,27-32.
Después Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme".
El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos.
Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Rafael Arnáiz Barón (1911-1938), monje trapense español
Escritos espirituales, 15/12/1936



“Abandonándolo todo, se levantó y lo siguió”


    Por encima del Monasterio pasan volando algunos días, aviones que surcan el cielo con velocidades prodigiosas. El ruido de sus motores atemoriza a los pajarillos que anidan en los cipreses de nuestro cementerio. Enfrente del convento y atravesando la finca, existe una alquitranada carretera por la que circulan a todas horas camiones y coches de turismo, para los cuales la vista del monasterio no ofrece ningún interés. También atraviesa los campos de la Trapa, una de las principales vías férreas de España... Todo eso, dicen que es libertad... Más el hombre que medite un poco, verá cuán engañado está el mundo en medio de eso que él llama libertad...


    ¿Dónde está pues la libertad? Está en el corazón del hombre que no ama más que a Dios. Está en el hombre cuya alma, ni está apegada al espíritu ni a la materia, sino sólo a Dios. Está en esa alma, que no se supedita al “yo” egoísta, en esa alma que vuela por encima de sus propios pensamientos, de sus propios sentimientos, de su propio sufrir y gozar. La libertad está en esa alma cuya única razón de existir es Dios, cuya vida es Dios y nada más que Dios. El espíritu humano es pequeño, es reducido, está sujeto a mil variaciones, altas y bajas, depresiones, decepciones, etc... y el cuerpo... ¡con tanta flaqueza!


    La libertad está, pues, en Dios y el alma que de verás saltando por encima de todo, asiente en Él su vida, se puede decir que goza de libertad dentro de lo que cabe, para el que aún está en el mundo.




VIDEO: Mesa Redonda de expertos en EWTN sobre renuncia del Papa.






LIMA, 15 Feb. 13 / 03:21 pm (ACI).- Eternal World Television Network, EWTN, la cadena de radio y televisión católica más grande del mundo, organizó el pasado miércoles 13 de enero una Mesa Redonda, con el objetivo de aclarar diversas dudas en torno al anuncio del Papa Benedicto XVI de renunciar al ministerio petrino.


El panel de expertos de EWTN que participó en la Mesa Redonda estuvo compuesto por José “Pepe” Alonso, conductor del programa televisivo Nuestra Fe en Vivo, el Padre Pedro Núñez, de Conozca Primero su Fe Católica, y Alejandro Bermúdez, director de ACI Prensa y conductor del programa Cara a Cara.


Durante el programa especial se analizó, entre otros puntos, el papel de los medios de comunicación seculares y las distorsiones que muchas veces estos realizan a la información para atacar a la Iglesia Católica.


NOTA: HEMOS QUERIDO PUBLICAR EN ESTA EDICION MATERIAL SOBRE EL HECHO DE LA RENUNCIA DE NUESTRO MUY AMADO BENEDICTO XVI, HEMOS SENTIDO UNA GRAN TRISTEZA LA DECISION TOMADA PERO RESPETAMOS LAS RAZONES POR LAS QUE DIO ESTE GRAN PASO. ROGAMOS A NUESTRO PADRE DIOS QUE LO CUIDE, LO PROTEJA Y QUE EL ESPÍRITU SANTO LE SIGA LLENANDO DE SU PLENITUD. FUE UN PAPA SABIO, ERUDITO Y ROGAMOS A JESUS NUESTRO SEÑOR QUE EL PROXIMO PAPA SEA DEL MISMO MODO UN HIJO DIGNO Y FIEL A LOS MANDAMIENTOS DE DIOS COMO LO FUERON JUAN PABLO II Y BENEDICTO XVI, PARA QUE CONTINUE GUIANDO AL REBAÑO AL CAMINO DE LA SANTIDAD SIGUIENDO LAS ENSEÑANZAS Y LOS PASOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TOMADOS DE LA MANO DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA. AMEN.