Lc 10, 21-24 ''DICHOSOS LOS QUE VEAN LO QUE USTEDES ESTAN VIENDO'' .
Honrar al Señor es coronarse de sabiduría; ella hace que florezcan la paz y la salud. Hace venir como lluvia la ciencia y la inteligencia, y llena de honores a quienes a ella se aferran. La raíz de la sabiduría es honrar al señor, y en sus ramas se encuentra larga vida. (Mt. 11, 25-27)
SÍ BUSCAS LA SABIDURÍA, CUMPLE LOS MANDAMIENTOS.
Ecleciástico. 1, 26.
Palabra de Dios. Santa Biblia: DIOS HABLA HOY, Editorial Católica.
SEÑOR, DEJALA ESTE AÑO TODAVÍA.
(Lc 13,1-9)
3º Semana del Tiempo de Cuaresma - 3 de marzo de 2013
El llamado a la conversión con el cual se abrió este tiempo cuaresmal se hace más insistente en el Evangelio de este III Domingo de Cuaresma. En efecto, dos veces repite Jesús la advertencia: "Si no os convertís, pereceréis todos". Nadie quiere perecer; la condición imperiosa indicada por Jesús para escapar a esta desgracia que amenaza a todos es la conversión.
Veamos en qué circunstancias formuló Jesús esa advertencia. El Evangelio de hoy se abre con estas palabras: "En aquel mismo momento llegaron donde Jesús algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios". En esta introducción hay una clara acentuación de la circunstancia de tiempo: "En aquel mismo momento...". No da lo mismo que estos mensajeros hayan llegado en este momento o en cualquier otro. El hecho de que hayan llegado en este preciso momento dará mayor realce a la enseñanza de Jesús. Esto nos lleva a investigar qué ocurría en ese preciso momento.
En ese momento Jesús estaba exhortando a la gente a discernir los signos de los tiempos. Les decía que así como son tan hábiles para discernir los signos atmosféricos que anuncian la lluvia o la sequía, así mismo deberían saber discernir el momento histórico que se vive: si Dios ha fijado un tiempo a la vida de la humanidad en esta tierra, ¿en qué momento de ese tiempo nos encontramos hoy?; si Dios ha fijado un tiempo a mi propia vida, ¿en qué momento de ese tiempo me encuentro hoy? Y para hacer sentir la urgencia de cambiar de vida hoy -no mañana, porque mañana sería demasiado tarde-, les propuso esta analogía: "Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura arreglarte con él por el camino" (Lc 12,58). El "camino" es claramente una metáfora del desarrollo de nuestra vida; ¡hay que convertirse antes de que ella llegue a su término! Sigue advirtiendo Jesús, dentro de su analogía: "De lo contrario, te arrastrará al juez, el juez te entregará al alguacil y el alguacil te meterá en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo" (Lc 12,58-59). Se trata de alguien que merece ser condenado porque ha cometido un grave fraude; a éste urge reconocer su delito y ponerse bien con su acusador antes de ser sometido a juicio.
Esto estaba enseñando Jesús cuando le llegaron con el cuento de aquellos galileos a quienes había sorprendido una muerte tan injusta e inesperada mientras ofrecían sacrificios: "Pilato mezcló su sangre con la de sus sacrificios". En el contexto de lo que Jesús estaba enseñando podría concluirse que esos galileos eran especialmente culpables y que llegaron al fin del camino antes de arreglar sus cuentas con Dios; su muerte habría sido el castigo por sus pecados. Pero Jesús rechaza esta conclusión: "¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, pereceréis todos del mismo modo". Y para reafirmar esta misma conclusión Jesús agrega otro caso, también conocido por sus oyentes: "O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matandolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo".
Jesús asegura que esos galileos no eran más pecadores que todos los demás galileos, sino que eran igualmente pecadores que todos los demás galileos; y que esos dieciocho no eran más pecadores que todos los demás habitantes de Jerusalén, sino que eran igualmente pecadores que todos los demás habitantes de Jerusalén. Es decir, que todos somos pecadores y todos merecemos ser condenados y perecer igual que aquéllos. La única forma de escapar a esa desgracia que merecemos, es la conversión.
La condición previa de toda conversión es reconocer que somos pecadores y que merecemos la condenación por nuestros pecados. Esto lo reconocía ya David; se reconoce pecador desde el primer instante de su existencia: "Mira que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre" (Sal 51,7). Y si alguien, después de examinar su vida no se encontrara pecador, es que ha perdido la delicadeza de conciencia y está fuera de la verdad, pues la Escritura enseña: "El justo peca siete veces" (Prov 24,16).
La segunda condición de la conversión es el dolor del pecado cometido y reconocido. El Catecismo enseña que "la conversión del corazón va acompañada de dolor y tristeza saludables llamada 'aflicción de espíritu' o 'arrepentimiento del corazón'" (N. 1431). Este dolor proviene de la consideración del amor de Dios al que pecando hemos ofendido: "Al descubrir la grandeza del amor de Dios, nuestro corazón se estremece ante el horror y el peso del pecado y comienza a temer ofender a Dios por el pecado y verse separado de él. El corazón humano se convierte mirando al que nuestros pecados traspasaron" (Catecismo, N. 1432).
La tercera condición es el firme propósito de enmienda, es decir, "una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hemos cometido. Al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de la gracia" (N. 1431).
En la segunda parte del Evangelio Jesús presenta una parábola en la cual se nos enseña que todavía tenemos un tiempo para convertirnos. El dueño de una higuera, que hace tres años que no da fruto, ordena que sea cortada: "¿Para qué va a cansar la tierra?". Pero el viñador intercede pidiendole tener paciencia un año más: "Señor, dejala este año todavía; si no da fruto, la cortas". Ahora es el tiempo de la paciencia de Dios, como enseña la segunda epístola de Pedro: "Dios usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión" (2Ped 3,9).
+ Felipe Bacarreza Rodríguez
Obispo Auxiliar de Los Angeles (Chile)
ORACION Y PETICIÓN DE LOS FIELES:
HOY PADRE ETERNO Y LLENO DE MISERICORDIA QUEREMOS ENTREGARTE LA ORACION Y REFLEXION DE LOS FIELES. ROGANDOTE HUMILDEMENTE POR LA CONVERSION DE LOS PECADORES. QUE PODAMOS ARREPENTIRNOS DE TODOS NUESTROS PECADOS, QUE TENGAMOS LA INTELIGENCIA Y LA SABIDURIA DE RECONOCER QUE SOMOS PECADORES Y QUE HEMOS OFENDIDO A UN DIOS SANTO Y BUENO COMO TU.
'DICHOSOS QUIENES PODAMOS VER TU GRANDEZA, TU AMOR Y TU MISERICORDIA, PORQUE HONRARTE PADRE Y CUMPLIR TUS MANDAMIENTOS ES LLENARSE DE SABIDURIA.
SOLO EL HIJO SABE QUIEN ES EL PADRE Y A QUIEN EL HIJO QUIERA DAR A CONOCER.
POR ELLO ES QUE MUCHOS ES TU MISMA IGLESIA Y LOS QUE ANDAMOS POR EL MUNDO DESCONOCEMOS LA GRANDEZA Y A UN DIOS QUE CON PACIENCIA Y AMOR POR SUS HIJOS ESPERA A QUE PODAMOS ENTREGARNOS A TI HONRANDOTE, DANDOTE GRACIAS Y ALABANDOTE.
BENDICENOS CON TU SANTO ESPÍRITU QUE NOS CONDUZCA POR EL CAMINO DE TU LUZ, DE LA SABIDURIA Y DE LA ORACION QUE TE HONRA, DE LA PALABRA Y EL CUMPLIMIENTO DE TUS MANDAMIENTOS, DE HONRARTE, AMARTE Y BENDCIRTE, RECONOCIENDO QUE SOLO TU ERES DIOS, QUE ERES NUESTRO CASTILLO, NUESTRO DIOS, NUESTRO REFUGIO EN QUIEN CONFIAMOS.
LA IGLESIA HOY SE REUNE PARA DESPEDIR AL PAPA BENEDIXTO XVI A QUIEN NOS REGALASTE POR ESTOS ÚLTIMOS 8 AÑOS. TIEMPO EN EL CUAL LA IGLESIA SE VIO BENDECIDA POR LOS QUE SABIAMOS QUE ERA UN ENVIADO Y PREDILECTO DE TU REBAÑO Y POR LA MISMA RAZON MUY ATACADO POR QUIENES NO HAN PODIDO RECONOCER EN EL A TU HIJO MUY AMADO. A TRAVES DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y DE MUCHOS HERMANOS NUESTRA IGLESIA FUE VILMENTE ATACADA Y SE REGO COMO POLVORA LA INFAMIA Y LA MENTIRA. TE SIRVIÓ CON DIGNIDAD Y FUE FIEL A TU MANDATO.
DEL MISMO MODO TE ROGAMOS POR EL NUEVO PAPA QUE DIRIGIRÁ LA IGLESIA. BENDÍCELO DESDE YA Y SE TU PADRE AMOROSO Y FIEL QUIEN CON EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO ELIJA EN ESE CONCLAVE DE CARDENALES AL NUEVO SUCESOR DE PEDRO. DÁLES A TODOS TU SANTÍSIMA UNCIÓN , BENDÍCELOS, Y DANOS A TODOS LA VICTORIA DE TENER UN PAPA QUE LLENO DE FÉ, VALOR Y DETERMINACIÓN SE MANTENGA FIEL A TU PALABRA, A TUS MANDAMIENTOS PARA QUE CON SU EJEMPLO LLENE AL MUNDO, A LA HUMANIDAD DE TI, DE TUS DONES Y DE TU AMOR. TODO LO PEDIMOS Y ESPERAMOS PARA GLORIFICARTE, HONRATE Y SER TESTIMONIOS DE TU GRANDEZA, PODER Y AMOR. AMEN.
GRACIAS PADRE, GRACIAS JESÚS , GRACIAS ESPÍRITU SANTO, ¡ALELUYA! ¡AMEN!.
PADRE TE ROGAMOS POR TODOS LOS HERMANOS QUE VISITAN Y ORAN CON ESTA PÁGINA SEMBRANDO LAS PROMESAS, BENDÍCELES Y DÁLES A CONOCER TU AMOR, GUIÁLES POR CAMINOS DE TU LUZ, DÁLES LA VICTORIA EN SUS VIDAS. QUE LA SALUD DE CUERPO, MENTE Y ALMA SEA PARTE DE ESA VICTORIA PORQUE ELLOS TE HONRAN, TE ALABAN Y TE BENDICEN. BENDÍCELES A SUS FAMILIAS, SUS TRABAJOS, ENVÍALES A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, A SAN JOSÉ, Y A TUS SANTOS ÁNGELES PARA A TODOS NOS AYUDES A TRANSITAR POR ESE CAMINO DE AMOR, DE LUZ Y SABIDURÍA.
PORQUE TU ERES NUESTRO REFUGIO, NUESTRO CASTILLO Y NUESTRO DIOS EN QUIÉN CONFIAMOS, Y SOLO TU TIENES PALABRA DE VIDA ETERNA. AMÉN.