lunes, 11 de marzo de 2013

YA NO SE OIRAN GEMIDOS NI LLANTOS.

 
 
 
 
Isaías 65,17-21

"Ya no se oirán gemidos ni
 
llantos"
Así dice el Señor: "Mirad: yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva: de lo pasado no habrá recuerdo ni vendrá pensamiento, sino que habrá gozo y alegría perpetua por lo que voy a crear. Mirad: voy a transformar a Jerusalén en alegría, y a su pueblo en gozo; me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus frutos."

Palabra de Dios. Te Alabamos, te

bendecimos, Gloria a ti Señor.
 
    Salmo Responsorial: 29

"Te ensalzaré, Señor, porque me has

 librado."

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado / y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. / Señor, sacaste mi vida del abismo, / me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.
Tañed para el Señor, fieles suyos, / dad gracias a su nombre santo; / su cólera dura un instante; / su bondad, de por vida; / al atardecer nos visita el llanto; / por la mañana, el júbilo. R.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; / Señor, socórreme. / Cambiaste mi luto en danzas. / Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.

ORACION Y REFLEXION DE LOS FIELES:

Amado Padre Eterno y Misericordioso, hoy llego a ti implorándote nos perdones por todas nuestras faltas, hemos pecado contra tí y nos arrepentimos de haberlo hecho.
Nuestra oración hoy que compartimos con nuestros hermanos de Sembrando Las Promesas, es de arrepentimiento. Te hemos ofendido cuando mentimos, cuando no vivimos de acuerdo a tus mandamientos, cuando no amamos de corazón al prójimo. Ten compasión de tu pueblo, no nos castigues como merecen nuestros pecados. Faltamos a la caridad con el prójimo, ofendemos a nuestros padres y a nuestros hijos.
Te rogamos que laves con tu sangre nuestros pecados de pensamiento, palabras, obras y omisión.  Dános Padre el dón del verdadero arrepentimiento, fortalece nuestras debilidades. En pecado nos concibieron nuestros padres y en pecado nosotros concebimos a nuestros hijos. 
De rodillas y con el corazón te rogamos que llenes de amor, de ese amor puro y santo el momento en que fuimos concebidos y lleva este amor santo a todos nuestros antepasados hasta la decimo octava generación o mas alla si es necesario, para que tu amor purifique nuestra existencia y a nuestra descendencia. Rompe las cadenas del pecado, de la maldad, de la mentira. Sí hubo en ellos o en nosotros pecados graves como el aborto, la prostitución, la brujeria, la maldición, adivinación, o cualqueir otro acto impuro que hayan ellos o nosotros hayamos cometidos te rogamos que laves con la sangre del Cordero Divino y llenes de amor ese momento terrible. Padre, no nos abandones y no nos castigues como merecen neustros pecados. Glorifícanos, y dános la puereza de tu Amor.
Te rogamos perdones a las almas del purgatorio que han partido sin estar preparadas.
Solo tú conoces el estado en que ellas llegaron allí y por eso te pedimos por el eterno descanso de sus almas.

Dios mío, yo creo, adoro, yo amo, yo espero,  y os amo . Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo Os adoro profundamente y os ofrezco  el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido la conversión de todos los pobres pecadores.
Te rogamos por todos los sacerdotes, monjas, religiosos, religiosas y todo el cuerpo mísitico de la iglesia, por los que predican tu Palabra, llevando tu reino a los mas necesitados.
Por el Papa Benedicto XVI para que desde su retiro siga bendiciendo y trabajando para la santidad de tu pueblo.
Por el Nuevo Papa, para que en ese conclave que comienza mañana, el Espíritu Santo, les conduzca con sabiduría y discernimiento en la elección del sucesor de San Pedro.

Te rogamos por los hermanos enfermos para que por las llagas de Cristo Jesús obtengan la cura y el restablecimiento de su salud.
Por los médicos, científicos, técnicos del sector de la salud para que eficientemente y siguiendo tus preceptos lleven la salud a los enfermos, de acuerdo con tu santa voluntad.
Por los que no tienen trabajos, para que por tu misericorida y caridad puedan conseguir empleos que les permita cumplir con sus obligaciones del cuidado de sus familias, oramos al Señor.
Por los que tienen trabajos para que aprendan con humildad a darte gracias por esa bendición. Oramos al Señor.
Por los niños, los jóvenes, adolescentes, para que con el ejemplo de sus padres, aprendan a ser hombres y mujeres del bien, que sirvan y se ocupen de las cosas del Reino de Dios, orando, y practicando los mandamientos de Dios, te lo rogamos Padre.
 Por los que cumplen años este mes de marzo, para que San José les regale de cumpleaños sus bendiciones, y les conduzca siempre hacia su Hijo Jesús: Rogamos al Señor.
Por los líderes políticos y religiosos para que llenos del Espíritu Santo cumplan con los preceptos del amor de Dios, llevándo a los pueblos a vivir en reconciliación, en paz y libertad. Rogamos al señor.
Te pedimos por los presos políticos para que se abran las cárceles, y puedan seguir manifestándo con respeto y amor la conducción de los pueblos y puedan con sus sabias acciones inspiradas por tí derrotar los sitemas preversos que atentan contra nuestra fé. Rogamos al Señor. 
Te damos gracias, te alabamos, te bendecimos y glorificamos.  Y manifestamos que Jesús es nuestro Señor y solo a El pertenecemos. Te amamos Padre, Te amamos Hijo y Te Amamos y damos gracias ¡OH! Espíritu Santo.
Te damos gracias por todos los milagros que nos haces, por la vida, la salud, la prosperidad, por los alimentos, por el aire que respiramos, por el agua que tomamos, por la casa que nos has dado por todo lo que tenemos y que viene de tí. Gracias, Y tambíen te damos gracias por los milagros que haces y no te los agradecen. Gracias. Gracias, Gracias.
Te amamos, te bendecimos y te glorificamos.
Gracias por todos los que reciben y oran con esta página que hemos dedicado a La Santísima Virgen Maria, Del Perpetuo Socorro, y a San José, para que todos nuestros lectores reciban tus bendiciones. Amen.



Cónclave comenzará el martes 12 de marzo:


 
 
VATICANO, 08 Mar. 13 / 11:40 am (ACI/EWTN Noticias).- La Sala de Prensa anunció, a través de un comunicado, que el Cónclave para la elección del nuevo Papa empezará este martes 12 de marzo.
El comunicado señala que "el Colegio de cardenales ha decidido en la octava Congregación General que ha tenido lugar esta tarde desde las 17 a las 19 horas que el Cónclave para la elección del nuevo pontífice se abrirá el martes 12 de marzo de 2013".
Ese día, indica el texto, "por la mañana se celebrará en la basílica de San Pedro la Santa Misa "Pro eligendo Romano Pontífice". Por la tarde del mismo día se entrará en el Cónclave".
En el Cónclave participarán los 115 cardenales electores que ya se encuentran en Roma y que hacen parte en estos días en las congregaciones generales.
Para conocer el proceso ingrese a: http://www.aciprensa.com/noticias/infografiacomo-se-elige-a-un-papa-41709
 
 

Cardenales terminan congregaciones generales antes de Cónclave que comienza mañana.



 

foto L'Osservatore Romano
 
 
foto L'Osservatore Romano
 
VATICANO, 11 Mar. 13 / 09:38 am (ACI/EWTN Noticias).-

Los participantes en la décima congregación, la última que precede a este Cónclave, han sido 152 cardenales. Durante la misma se han sorteado los tres nuevos miembros de la Congregación particular que ayuda al Camarlengo durante tres días y, por tanto desempeñará esa función también durante el Cónclave.
Los nuevos miembros son los cardenales: Antonios Naguib (Orden de los Obispos); Marc Ouellet (Orden de los Presbiteros) y Francesco Monterisi (Orden de los Diáconos). Si el cónclave durase más de tres días habrá que sortear de nuevo tres nombres, ya que son cargos que caducan pasado ese tiempo.
"Las intervenciones de esta mañana han sido 28 –ha informado en su conferencia de prensa diaria el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi–. Se llega así a un total de 161 intervenciones en el curso de las diez congregaciones. Es una amplia participación, aunque si algunos purpurados hubieran deseado hablar más o más tiempo, pero se ha decidido no hacer otra congregación por la tarde, en vista del traslado a (la Casa) Santa Marta y de la preparación del Cónclave".
Esta mañana se ha hablado, entre otras cosas del Instituto para las Obras Religiosas (IOR). "El Cardenal Tarcisio Bertone en calidad de Presidente del Comité de Vigilancia del IOR ha expuesto a los presentes la naturaleza de ese organismo y el proceso de adecuación a las normas de transparencia que sigue. Se completa así la información sobre la situación económica de la Santa Sede. Naturalmente, se ha hablado mucho sobre el perfil del Santo Padre y las esperanzas puestas en su figura".
El Padre Lombardi explicó algunas cosas en relación al Cónclave que se inicia este martes. Son unas 90 las personas que esta tarde a las 5:30 p. en la Capilla Paolina, ante el Cardenal Camarlengo prestan el juramento de los oficiales y encargados del servicio durante el Cónclave.
La Misa "Pro eligendo Romano Pontífice" se celebrará mañana, martes 12 de marzo, a las 10:00 a.m. en la basílica de San Pedro. El libreto de la Misa se encuentra en el sito: www.vatican.va en la sección de Ceremonias litúrgicas. La liturgia será presidida por el Cardenal Decano, Angelo Sodano, y concelebrada por todos los cardenales, incluidos los no electores. Durante el ofertorio se escuchará un motete de Palestrina.
A partir de mañana el Centro Televisivo Vaticano tendrá una cámara fija en la chimenea de la Capilla Sixtina para ver la salida del humo blanco o negro.
En los asientos de la Capilla Sixtina los cardenales electores tienen ya la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis", el Ordo rituum conclavis y el libro de la liturgia de las horas.
 
  

EVANGELIO DE HOY     

 Lunes 11 de Marzo de 2013

 

·     Evangelio: Juan 4,43-54

"Anda, tu hijo está curado"

En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: "Un profeta no es estimado en su propia patria." Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.   Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: "Como no veáis signos y prodigios, no creéis." El funcionario insiste: "Señor, baja antes de que se muera mi niño." Jesús le contesta: "Anda, tu hijo está curado." El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: "Hoy a la una lo dejó la fiebre." El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: "Tu hijo está curado." Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea."


 

REFLEXION DEL SANTO EVANGELIO:
 
Ya en otras ocasiones hemos dicho que no es lo mismo "creer en Jesús" que "creerle a Jesús". Creerle a Jesús implica aceptar su palabra, por ilógica e irracional que ésta pudiera parecer. El padre de este muchacho le "creyó a Jesús" y se encontró con su hijo sano.

Un problema que se extiende en nuestro cristianismo, es la falta de congruencia entre nuestra fe y nuestra vida. Si nosotros preguntamos a nuestro alrededor nos encontraremos, sin mucha sorpresa, que la mayoría son cristianos, es decir, hombres y mujeres que creen en Jesús. Sin embrago, con tristeza nos damos cuenta que algunos (o tal vez muchos) dan un testimonio de vida bastante lejano a lo que Jesús nos ha enseñado. Ser buen cristiano implica creer en Jesús pero también creerle a Jesús y hacer lo que él nos pide en el evangelio, tenerlo como verdadero maestro y Señor de nuestras vidas.

¿Tú eres de los que simplemente cree en Jesús, o de los que han decidido hacer de su Palabra una norma de vida?

 
REFLEXION DE LA PRIMERA LECTURA:
 
Esta semana, después de haber ya trabajado en nuestra vida de conversión por espacio de tres semanas, la liturgia nos invita a reflexionar sobre los frutos de esta conversión.

Inicia presentándonos este pasaje de Isaías, el cual nos dice que el Señor no recordará nuestra vida pasada, es decir, nuestras infidelidades, nuestra falta de amor y compromiso, de haber estado lejos de él. Dios nos ofrece "un cielo nuevo y una tierra nueva", es decir, una nueva vía vivida en su amor y en su paz. Para ello, es necesario que también nosotros nos perdonemos.

Es increíble la cantidad de personas que acuden al sacramento de la reconciliación, en donde reciben el perdón de Dios y, con ello, el olvido de sus faltas, pero que apenas salen de ahí y continúan llenas de remordimientos y sin paz. Esto es porque no se han perdonado a sí mismos, esto es dudar del perdón, del amor y de la misericordia de Dios. Si bien es cierto que el pecado nos lastima y hiere también, lo es más que el amor de Dios todo lo sana y todo lo perdona.

Reconoce en ti el amor y el perdón de Dios y disfruta ya en esta tierra de la felicidad de Dios.

Señor, me entrego a ti, y te pido que bendigas mi vida, que me conduzcas a la vida en abundancia que prometiste; que el contacto constante contigo me sature de alegría, aleje el dolor y el sufrimiento de mi caminar y que haga que prospere el trabajo de mis manos y mis obras, que contribuyan para la instauración de tu Reino en estos días.
No solo te pido que me alegres, sino además, es mi deseo agradarte con mi vida, dame tu gracia, Señor, para que con mis acciones pueda yo llenarte de júbilo y alegría, que puedas decir que te complaces con mi vida.

Este día haré una acción concreta que agrade a Dios, como ayudar a un desconocido o un necesitado; hablarle de Dios a alguien, ir a misa, confesarme, demostrar claramente el amor a mis semejantes, etc. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro.


 
Santa Francisca Romana,
 
(año 1440), Esposa, madre, viuda y apóstol seglar9 de Marzo

 

Francisca nació en Roma en el año 1384. Y en cada año, el 9 de marzo, llegan cantidades de peregrinos a visitar su tumba en el Templo que a ella se le ha consagrado en Roma y a visitar el convento que ella fundó allí mismo y que se llama "Torre de los Espejos".

Sus padres eran sumamente ricos y muy creyentes (quedarán después en la miseria en una guerra por defender al Sumo Pontífice) y la niña creció en medio de todas las comodidades, pero muy bien instruida en la religión. Desde muy pequeñita su mayor deseo fue ser religiosa, pero los papás no aceptaron esa vocación sino que le consiguieron un novio de una familia muy rica y con él la hicieron casar.

Francisca, aunque amaba inmensamente a su esposo, sentía la nostalgia de no poder dedicar su vida a la oración y a la contemplación, en la vida religiosa. Un día su cuñada, llamada Vannossa, la vio llorando y le preguntó la razón de su tristeza. Francisca le contó que ella sentía una inmensa inclinación hacia la vida religiosa pero que sus padres la habían obligado a formar un hogar. Entonces la cuñada le dijo que a ella le sucedía lo mismo, y le propuso que se dedicaran a las dos vocaciones: ser unas excelentes madres de familia, y a la vez, dedicar todos los ratos libres a ayudar a los pobre y enfermos, como si fueran dos religiosas. Y así lo hicieron. Con el consentimiento de sus esposos, Francisca y Vannossa se dedicaron a visitar hospitales y a instruir gente ignorante y a socorrer pobres. La suegra quería oponerse a todo esto, pero los dos maridos al ver que ellas en el hogar eran tan cuidadosas y tan cariñosas, les permitieron seguir en esta caritativa acción. Pronto Francisca empezó a ganarse la simpatía de las gentes de Roma por su gran caridad para con los enfermos y los pobres. Ella tuvo siempre la cualidad especialísima de hacerse querer por la gente. Fue un don que le concedió el Espíritu Santo.

En más de 30 años que Francisca vivió con su esposo, observó una conducta verdaderamente edificante. Tuvo tres hijos a los cuales se esmeró por educar muy religiosamente. Dos de ellos murieron muy jóvenes, y al tercero lo guió siempre, aun después de que él se casó, por el camino de todas las virtudes.

A Francisca le agradaba mucho dedicarse a la oración, pero le sucedió muchas veces que estando orando la llamó su marido para que la ayudara en algún oficio, y ella suspendía inmediatamente su oración y se iba a colaborar en lo que era necesario. Veces hubo que tuvo que suspender cinco veces seguidas una oración, y lo hizo prontamente. Ella repetía: "Muy buena es la oración, pero la mujer casada tiene que concederles enorme importancia a sus deberes caseros".

Dios permitió que a esta santa mujer le llegaran las más desesperantes tentaciones. Y a todas resistió dedicándose a la oración y a la mortificación y a las buenas lecturas, y a estar siempre muy ocupada. Su familia, que había sido sumamente rica, se vio despojada su sus bienes en una terrible guerra civil. Como su esposo era partidario y defensor del Sumo Pontífice, y en la guerra ganaron los enemigos del Papa, su familia fue despojada de sus fincas y palacios. Francisca tuvo que irse a vivir a una casona vieja, y dedicarse a pedir limosna de puerta en puerta para ayudar a los enfermos de su hospital. Y además de todo esto le llegaron muy dolorosas enfermedades que le hicieron padecer por años y años. Ella sabía muy bien que estaba cosechando premios para el cielo.

Su hijo se casó con una muchacha muy bonita pero terriblemente malgeniada y criticona. Esta mujer se dedicó a atormentarle la vida a Francisca y a burlarse de todo lo que la santa hacía y decía. Ella soportaba todo en silencio y con gran paciencia. Pero de pronto la nuera cayó gravemente enferma y entonces Francisca se dedicó a asistirla con una caridad impresionantemente exquisita. La joven se curó de la enfermedad del cuerpo y quedó curada también de la antipatía que sentía hacia su suegra. En adelante fue su gran amiga y admiradora.

Francisca obtenía admirables milagros de Dios con sus oraciones. Curaba enfermos, alejaba malos espíritus, pero sobre todo conseguía poner paz entre gentes que estaban peleadas y lograba que muchos que antes se odiaban, empezaran a amarse como buenos amigos. Por toda Roma se hablaba de los admirables efectos que esta santa mujer conseguía con sus palabras y oraciones. Muchísimas veces veía a su ángel de la guarda y dialogaba con él.

Francisca fundó una comunidad de religiosas seglares dedicadas a atender a los más necesitados. Les puso por nombre "Oblatas de María", y su casa principal, que existe todavía en Roma, fue un edificio que se llamaba "Torre de los Espejos". Sus religiosas vestían como señoras respetables. No tenían hábito especial.

Nombró como superiora a una mujer de toda su confianza, pero cuando Francisca quedó viuda entró también ella de religiosa, y por unanimidad las religiosas la eligieron superiora general. En la comunidad tomó por nombre "Francisca Romana".

Había recibido de Dios la eficacia de la palabra y por eso acudían a ella numerosas personas para pedirle que les ayudara a solucionar los problemas de sus familias. El Espíritu Santo le concedió el don de consejo, por el cual sus palabras guiaban fácilmente a las personas a conseguir la solución de sus dificultades.

Cuando llegaban las epidemias, ella misma llevaba a los enfermos al hospital, lo atendía, les lavaba la ropa y la remendaba, y como en tiempo de contagio era muy difícil conseguir confesores, ella pagaba un sueldo especial a varios sacerdotes para que se dedicaran a atender espiritualmente a los enfermos.

Francisca ayunaba a pan y agua muchos días. Dedicaba horas y horas a la oración y a la meditación, y Dios empezó a concederle éxtasis y visiones. Consultaba todas las dudas de su alma con un director espiritual, y llegó a tal grado de amabilidad en su trato, que bastaba tratar con ella una sola vez para quedar ya amigos para siempre. A las personas que sabía que hablaban mal de ella, les prodigaba mayor amabilidad.

Estaba gravemente enferma, y el 9 de marzo de 1440 su rostro empezó a brillar con una luz admirable. Entonces pronunció sus últimas palabras: "El ángel del Señor me manda que lo siga hacia las alturas". Luego quedó muerta, pero parecía alegremente dormida.

Tan pronto se supo la noticia de su muerte, corrió hacia el convento una inmensa multitud. Muchísimos pobres iban a demostrar su agradecimiento por los innumerables favores que les había hecho. Muchos llevaban enfermos para que les permitieran acercarlos al cadáver de la santa, y así pedir la curación por su intercesión. Los historiadores dicen que "toda la ciudad de Roma se movilizó", para asistir a los funerales de Francisca.

Fue sepultada en la iglesia parroquial, y al conocerse la noticia de que junto a su cadáver se estaban obrando milagros, aumentó mucho más la concurrencia a sus funerales. Luego su tumba se volvió tan famosa que aquel templo empezó a llamarse y se le llama aún ahora: La Iglesia de Santa Francisca Romana.

Cada 9 de marzo llegan numerosos peregrinos a pedirle a Santa Francisca unas gracias que nosotros también nos conviene pedir siempre: que nos dediquemos con todas nuestras fuerzas a cumplir cada día los deberes que tenemos en nuestro hogar, y que nos consagremos con toda la generosidad posible a ayudar a los pobres y necesitados y a ser extraordinariamente amables con todos. Santa Francisca: ruégale al buen Dios que así sea.

He aquí la descripción de una mujer admirable. "Que las gentes comenten sus muchas buenas obras" (S. Biblia. Proverbios 31).


¡JESUS, EN TI CONFIO!

              Jesús, María, os  amo, salvad almas”    

 ¡San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!   

 ¡San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!   

¡San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!   

Es hora de traer de vuelta la oración a San Miguel Arcángel .

 



Una y otra vez a lo largo de la historia, este serafín, príncipe y guerrero espiritual poderoso, ha proporcionado ayuda de gran alcance durante las guerras y las persecuciones que amenazaban con destruir el cristianismo.
El mal no puede estar en su presencia, y la situación es cada vez más grave en todo el mundo.

Por eso pedimos que luego de cada misa se rece la oración a San Miguel que antes se recitaba, y también que se recite privadamente en cada hogar una vez al día.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Oh Príncipe de la milicia celestial,
arroja al infierno con el divino poder a satanás,
y a todos los espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas. Amen.

 
                           BENDICIONES   !!!  


En Roma:

Cardenal Urosa en Misa por Chávez: Trabajemos por una Venezuela unida y en paz.



 
Cardenal Jorge Urosa en la Misa por Hugo Chávez que presidió en Roma (foto ACI Prensa)
 
Cardenal Jorge Urosa en la Misa por Hugo Chávez que presidió en Roma (foto ACI Prensa)
ROMA, 08 Mar. 13 / 05:43 pm (ACI/EWTN Noticias).-

El Arzobispo de Caracas y Primado de Venezuela, Cardenal Jorge Urosa, alentó hoy a sus compatriotas a trabajar por un país unido y en paz, al tiempo que elevó oraciones al Señor por el alma del presidente Hugo Chávez, en la Misa de exequias que presidió en Roma por el eterno descanso del mandatario.
En la homilía de la Misa que se inició a las 7:30 p.m. (hora local), el Cardenal Urosa recordó que "Cristo es la resurrección y la vida. Reafirmemos en este momento nuestra fe en Jesucristo resucitado, y oremos con confianza en Dios, inmensamente misericordioso por el eterno descanso del alma del presidente Hugo Rafael Chávez Frías".
"En mi condición de obispo de la Iglesia de Dios, los invito a orar para que el Señor le conceda el eterno descanso y lo lleve a gozar de la eterna gloria eterna".
En la iglesia Santa María ai Monti, que le corresponde como Cardenal, el Purpurado hizo un llamado a rezar por "nuestra querida patria, Venezuela, para que podamos todos vivir fraternalmente miembros de un solo pueblos, y para que podamos resolver nuestros conflictos en paz. Oremos también para que el Señor nos conceda pronto un nuevo romano Pontífice sucesor de Pedro, según el corazón de Dios".
El Arzobispo de Caracas también recordó que en diversos momentos difíciles, los obispos asistieron directamente a Hugo Chávez: "es bueno recordar que en momentos difíciles de su existencia, cuando en 1992, estuvo preso en el cuartel San Carlos y luego en los sucesos de abril de 2002, varios obispos venezolanos estuvieron cerca de él para protegerlo y ayudarlo".
"Como ya hemos afirmado en nuestro comunicado de Caracas fechado con el mismo día de la muerte del presidente Chávez, y en el de la Conferencia Episcopal Venezolana con la misma fecha, manifestamos nuestras sinceras condolencias a sus padres, hermanos, hijos y demás familiares, a los poderes públicos y a sus amigos y seguidores", continuó.
El Cardenal Urosa, luego de leer un pasaje del Evangelio de San Juan, afirmó que "la muerte mis queridos hermanos es parte integrante de la existencia humana, con todas sus carga trágica y dolorosa. Lo sabemos, es consecuencia del pecado original".
"Pues bien, Cristo vino al mundo precisamente para vencer no solo al mal, al pecado y al demonio, sino también a la muerte, y lo hizo muriendo, ofreciéndose a Dios por nosotros en la Cruz, para destruir a esa pesada carga que perturba a la humanidad y para convertir a la muerte en el paso hacia la eternidad feliz".
Por eso, prosiguió, "aunque la muerte es dolorosa, aunque la muerte nos duele a todos nosotros, no es algo definitivo (…) Tenemos un alma inmortal y estamos llamados a vivir para siempre. Estamos llamados a resucitar gloriosamente al final de la historia".
El Purpurado hizo votos luego para que en este camino "nos ayude la maternal protección de nuestra Madre amorosa María Santísima, la Virgen de Coromoto, Madre de la Iglesia y patrona de Venezuela. Amén".
Al final de la Eucaristía que fue concelebrada por Mons. Octavio Ruiz, Secretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, un visiblemente emocionado Cardenal Urosa y la comunidad venezolana cantaron ante la pequeña imagen de la Patrona de Venezuela, la Virgen de Coromoto.

Etiquetas: Hugo Chávez, Venezuela, Iglesia-Estado, Iglesia en Venezuela

El prodigio de la Incorruptibilidad de los cuerpos:







La incorruptibilidad es el prodigio por el cual el cuerpo de ciertas personas permanece intacto, después de su muerte, durante años y aun siglos, sin haber experimentado una preparación especial. Numerosos Santos han merecido y siguen mereciendo este privilegio.

INCORRUPTIBILIDAD EN LOS SANTOS Y PERSONAJES PIADOSOS


Dom Guéranger nos relata que, el 20 de octubre de 1599, el cardenal Sfondrati halló el sarcófago de mármol blanco de Santa Cecilia. Contenía un ataúd de ciprés. La Santa

“estaba vestida con su túnica bordada en oro, sobre la cual se distinguían todavía las manchas de sangre virginal; a sus pies estaban las telas teñidas con la púrpura del martirio. Tendida sobre el costado derecho, los brazos unidos delante del cuerpo, parecía dormir profundamente. El cuello llevaba las cicatrices de las llagas de la espada del lictor que la había herido… El cuerpo estaba completamente íntegro…”

Habían pasado más de trece siglos desde el martirio.

San Claudio, obispo de Besanzón, murió en 699 a la edad de noventa y tres años. Se envolvió su cuerpo en perfumes preciosos y se le sepultó en la iglesia de la abadía de San Oyand (o de Condat, actualmente San Claudio). Cinco siglos más tarde, se le exhumó y fué hallado en perfecto estado de conservación. En 1447 el papa Nicolás V delegó a los abates de San Martín de Autun y de San Benigno de Dijon y de Beaume-les Moines para reformar la abadía que se había relajado.

En la relación que elevaron al Papa, esos tres delegados atestiguaron que el cuerpo de San Claudio permanecía sin corrupción a los ocho siglos de la muerte. El cuerpo fué colocado en un ataúd del que se abría un costado delante de los peregrinos. En 1742, el primer obispo de San Claudio, monseñor de Méallet de Fargues ordenó el reconocimiento de la autenticidad de las reliquias en la iglesia abacial. Y fué a la iglesia con el Capítulo y una comisión compuesta de varios médicos y notabilidades de la ciudad.

Se abrió el ataúd de San Claudio. Se reconoció en él un cuerpo de estatura ordinaria, al parecer de mucha edad, y en el cual cada miembro había conservado sus conexiones y situaciones naturales. Estaba entero, con excepción del meñique de la mano derecha, que parecía haber sido arrancado, y de la parte cartilaginosa de la nariz que estaba dañada. La parte izquierda del labio superior parecía algo retraída, pero la lengua era roja y todo el resto del cuerpo palpable y elástico. No había ni suturas ni aperturas hechas en el cuerpo; no exhalaba ningún olor aromático que pudiera hacer pensar en la embalsamación. Por eso los médicos que formaban parte de la comisión, declararon que:

“la incorruptibilidad de ese cuerpo durante casi doce siglos estaba por sobre los conceptos de su arte y sólo podían contemplarla con admiración por sobrenatural y milagrosa”. El cuerpo fué destruido por la Revolución.

Citemos el caso notable de la lengua de San Juan Nepomuceno. Martirizado por haberse rehusado a violar el secreto de la confesión, su cuerpo que había sido tirado en la orilla del río Moldava, en 1383, fué encontrado y enterrado en la catedral. En 1719, durante el proceso de su canonización, se abrió su tumba. Se halló el esqueleto totalmente descarnado, pero la lengua estaba intacta, “tan fresca y bien conservada como el día de la muerte”. Un cirujano que asistía a la apertura del ataúd, hizo una incisión en la extremidad del órgano y declaró que era idéntico al de un hombre vivo. La lengua fué colocada en una caja de plata con una inscripción que refiere el milagro.

En 1334, cinco años después de la muerte de Santa Rosalina, monja cartuja, su cuerpo fué hallado intacto. Hugo de Sabrán sacó los ojos, que colocó en un relicario. En 1660, esos ojos estaban todavía inalterados. Antonio Vallot, médico de Luis XIV, que lo acompañara por la Provenza, pinchó uno de ellos con una aguja y tuvo la prueba de que los ojos eran naturales. Por otra parte, el cuerpo se conserva intacto y recién en 1883 los daños causados por los insectos obligaron a tomar medidas de conservación (Pierre Sabatier, Sainte Roseline, Spés, París, 1929).

Entre muchos otros, señalemos el cuerpo de Rosa de Viterbo, que, como nos dice el abate Navatel,

“presenta aun hoy después de 600 años las apariencias de una muerte que fuera de ayer. La carne es suave, la cabeza y los miembros flexibles; sin el color oscuro o pardo de un fuego que quemó solamente el ataúd y las vestiduras de la Santa, sin el contacto frío de los cuerpos inanimados, se le creería dormido y viviendo…”

Santa Bernardina murió en Névers el 16 de abril de 1879. Fué inhumada en la cripta de una capillita del convento de San Gildardo. El 22 de septiembre de 1909, es decir, treinta años después, monseñor Gauthey, obispo de Névers, hizo realizar el reconocimiento de los despojos mortales. Los doctores David y Jourdán establecieron el informe médico de la exhumación, del que extractamos las líneas esenciales: doble ataúd de madera y plomo intacto, ningún olor a la apertura del ataúd, vestidos húmedos. Figura de un blanco mate, párpados cubriendo los ojos, cuerpo apergaminado, rígido, sonoro en todas sus partes, cabellos, cejas y pestañas (excepto en el párpado superior derecho) y uñas adherontes; vientre encavado sonoro. Rigidez que permite dar vueltas al cuerpo para lavarlo.

El cuerpo, revestido del hábito religioso, fué colocado en un ataúd forrado de cinc, amortajado con satén blanco y devuelto a la cripta de la capilla.

El 3 de abril de 1919 tuvo lugar el reconocimiento del cuerpo, en vista de la beatificación. El examen médico fué confiado a los doctores Comte y Talón, que debían hacer cada uno una relación separada: vestiduras húmedas, nada de olor, piel desaparecida en algunas partes del cuerpo, órbitas encavadas, partes muelles de la nariz parcialmente destruidas o fuertemente retraídas sobre el esqueleto; venas sangrando en los pies y miembros superiores, cabellos y cejas adherentes, uñas de las manos adherentes, pero móviles, uñas de los pies en parte desaparecidas. Cuerpo rígido, que permite fácilmente el desplazamiento. En resumen, un cuerpo momificado, muy bien conservado. El cuerpo ha sido vuelto a vestir, se le ha colocado en un ataúd y devuelto a la cripta de la capilla.

El 18 de abril de 1925, es decir 46 años después del deceso, nueva exhumación para extraer reliquias, misión confiada a los doctores Comte y Talón. Nada de olor; tinte negruzco de la cara, manos y pies; vestidos húmedos; cuerpo rígido. Estado análogo al de la exhumación de 1919. Los músculos son suaves a la palpación y dos fragmentos retirados demuestran su buen estado de conservación; el hígado está igualmente intacto. El Dr. Talón termina su informe:

“En resumen, creo que nos hemos hallado en presencia de un cuerpo momificado, muy bien conservado”. El Dr. Comte concluye el suyo: “De este examen deduzco que el cuerpo de la Venerable Bernardina está intacto, el esqueleto completo, los músculos atrofiados pero bien conservados; la piel apergaminada es la sola que parece haber sufrido el efecto de la humedad del ataúd, ha tomado un tinte grisáceo y está recubierta do algunas mojaduras y de una cantidad bastante grande de sales y cristales calcáreos, pero el cuerpo no parece haber experimentado la putrefacción ni la descomposición cadavérica habitual y normal, después de tan larga permanencia en una cripta cavada bajo tierra.

La cara y las manos han sido recubiertas de cera y el cuerpo ha sido colocado en un ataúd que ha sido puesto en la capilla del convento.

En abril de 1929, en ocasión de la traslación del cuerpo del Padre de Foucauld, asesinado el 1° de diciembre de 1916, su cuerpo estaba en perfecto estado de conservación, mientras que los de tres mehalistas indígenas, asesinados simultáneamente, estaban reducidos al estado de esqueletos.

El 21 de marzo de 1933 tuvo lugar la exhumación de la bienaventurada Catalina Labouré, muerta 57 años antes. El ataúd exterior estaba casi totalmente destruido; el ataúd de plomo tenía una grieta, que a pesar del ataúd de abeto, había dejado penetrar la humedad y hacer desteñir el color del vestido sobre la mano de ese lado. Mortaja, sudario, vestidos algo húmedos.

“Examinando el cuerpo, escribe el Dr. Roberto Didier, comprobamos la perfecta flexibilidad de los brazos y de las piernas. Esos miembros han experimentado sólo una leve momificación. La piel está intacta en todas partes y apergaminada. Los músculos están conservados; se podría disecarlos perfectamente como una pieza anatómica… Finalmente, los ojos están todavía en las órbitas; los párpados dulcemente entreabiertos, pudimos comprobar que el globo ocular, aunque amasado y desecado, existe entero y que hasta el color gris-azul del iris sigue subsistiendo”.

El 31 de julio de 1933 se realizó el reconocimiento de los restos del Padre Esteban Pernet, fundador de las Pequeñas Hermanas de la Asunción, fallecido 44 años antes. Monseñor Chaptal presidió el acto; estaban presentes los doctores Arnoud, Ménard y Bosvieux. El cuerpo se hallaba notablemente conservado.

INCORRUPTIBILIDAD NO RELIGIOSA


Encontramos, parece, sólo una momificación natural, y no una verdadera incorruptibilidad.

a) En las arenas calientes del desierto, como en Korassan, en Persia, donde Chaidin relata que se han hallado cuerpos conservados después de dos mil años. En 1896, las excavaciones en Antinoe, en Egipto, pusieron a la luz centenares de momias naturales.

“Esos cuerpos ofrecen la particularidad que no están embalsamados, sino solamente desecados. La acción de la arena caliente hasta el color blanco por el sol del Egipto los ha preservado mejor de lo que hubieran podido hacerlo los aromas más sutiles; los tejidos calcinados han alcanzado la dureza de la piedra. Han llegado hasta nosotros, intactos, pero arrugados y repugnantes”. (Revue encyclopcdique, 1898).

b) En las criptas. Se citan a este respecto Burdeos (Saint-Michel), Saint-Bonnet-le-Chateau, en el Loire (iglesia), Tolosa (Franciscanos y Dominicos), Bonn (iglesia del Calvario), Bromen (catedral), Graz (los Capuchinos), Kiew, Palermo (los Capuchinos), Quedlinburg (castillo), San Bernardo (hospicio), Viena (convento de Kahlenberg). Mas para muchos de esos lugares, el papel de la cripta donde están expuestas las momias es nulo; en Tolosa los cadáveres se sepultan primero en los sepulcros de las iglesias y claustros, donde los cuerpos se momifican. En seguida son exhumados y colocados en las criptas de exhibición. Igualmente las momias de Saint-Michel de Burdeos parecen proceder de cuerpos inhumados en una veta de tierra particular que atraviesa el cementerio.

Cuando se abren las tumbas, los cuerpos o las partes de los cuerpos que se han encontrado en esa veta, están momificados y se los coloca en la cripta de Saint-Michel, mientras que la osamenta retirada del resto del cementerio se coloca en el osario que se halla debajo de la cripta. Esta inhumación previa parece ser habitual también en otras partes (Palermo, etc.) La morgue del San Bernardo es una excepción, pero en ella interviene el frío.

c) En los cementerios. — Se dio el caso de que el cadáver de un hombre guillotinado en Chartres, en 1874, e inhumado sin mortaja ni ataúd, en un terreno compuesto de arena fina, se halló perfectamente conservado más de diez años después.

Las momias halladas por Thouret y Foureroy, en el cementerio de los Santos Inocentes de París, y las halladas en el cementerio de San Eloi en Dunkerque, fueron objeto de estudios muy exactos.

Recordemos que durante la demolición de la antigua prisión inglesa de Horsemonger Lañe se halló el cadáver de un asesino, Manning, tan bien conservado que dos o tres entre los guardianes más viejos de la prisión no tuvieron dificultad alguna en reconocerlo (Lewys, Les causes célebres de l’Anglaterre, Charavay, París, 1884).

Finalmente, en las Notes de voyage en U. R. S. S. y aparecidas en el Correspondant, el autor habla del museo antirreligioso instalado en la catedral de San Isaac en Leningrado:

“Se nos muestra —escribe— la momia perfectamente conservada de un célebre asesino, refiriendo este hecho a la pretendida conservación milagrosa del cuerpo de algunos santos…”

APRECIACIÓN DE LOS HECHOS:


Se impone una observación preliminar: se encuentra cierta incomodidad en esta apreciación, por la falta de precisión del vocabulario empleado por los autores; se habla fácilmente de “cadáveres perfectamente conservados”, cuando se trata de momias secas. Así para el guillotinado de Chartres, el Dr. Chappert lo dice “perfectamente conservado”; y agrega:

“El mismo resultado pudo obtenerse experimentalmente con cadáveres de pequeños animales. Hemos podido observar personalmente el cuerpo de una rata notablemente momificada… Esa rata, de la que no quedaban más que los huesos y la piel…”

Podemos pensar por lo tanto que el guillotinado de Chartres ofrecía el mismo resultado, es decir se hallaba en el estado de momia seca.

También el Dr. Bourderionnet, en su tesis, habla de los cuerpos de la

“cripta de los Franciscanos y Dominicos de Tolosa, donde se ha hallado cadáveres en un estado de perfecta conservación”.

Y cita Orfila a este respecto:

“El esqueleto óseo y la piel que lo cubre se hallan perfectamente conservados y le permiten sostenerse en esa postura. Todas las partes internas del cuerpo (musculares, tendinosas, cartilaginosas, el hígado, los pulmones y todas las visceras contenidas en las tres grandes cavidades) se parecen a la yesca: caen en polvo cuando se las presiona con los dedos…”

La perfecta conservación no religiosa corresponde, pues, simplemente a la momificación natural. Y esta cuestión de vocabulario tiene una importancia considerable, porque la perfecta conservación religiosa implica generalmente la conservación de la flexibilidad de los tejidos, de la flexibilidad de las articulaciones y la ausencia de retracciones por desecación, que dan un aspecto repugnante o grotesco a las momias de Antinoe, de Palermo, de Burdeos, etc. Santa Cecilia, después de trece siglos, está igual que cuando se la colocó en el ataúd. No parece por lo tanto posible una asimilación entre tal incorruptibilidad y la momificación natural.

Así podemos lograr una consideración de conjunto de la cuestión.

a) La destrucción del cadáver requiere un tiempo variable, de 15 a 18 meses según Orfila, de 30 a 40 años según Gmelín. En Francia, se admite la destrucción habitual en menos de cinco años y ésta es la base en que se ha establecido la legislación sobre las sepulturas. El Dr. Chavigny (Strasbourg medical, 1933) señala la conservación, a menudo durante meses y años, de las visceras internas, que permite comprobaciones médico-legales tardías.

b) Condiciones especiales, humedad considerable, inhumación en masa, llevan a la saponificación de los cadáveres, a su conservación en estado de momias grasas. No hay medio de detenernos en el caso, porque se produce un aplastamiento de los cuerpos y un reblandecimiento, que torna evidente la alteración.

A la inversa, en ciertos terrenos, en ciertos sepulcros, en condiciones todavía mal determinadas, se produce una desecación, una momificación seca, que sustrae el cadáver a la putrefacción habitual. Al contrario de los cadáveres afectados por el proceso de la putrefacción, que —según el Dr. Chavigny— ven alterarse primero los tegumentos externos, en la momificación la piel apergaminada resiste mucho tiempo, mientras que el interior se reduce a una sustancia friable y polvorienta.

c) En las exhumaciones piadosas, como la del cuerpo de Santa Bernardina, se halla el cuerpo en parte desecado, lo que hace pensar en la posibilidad del proceso precedente y no ha permitido a los médicos que han asistido a tres exhumaciones, excluir una causa natural para la conservación, sin embargo notable en su conjunto, del cuerpo de la Santa.

En tal caso se plantea un interrogante: habría que conocer cómo se comportaron o se comportarían cuerpos sepultados en la misma forma, en la misma cripta. Y aun teniendo este dato, habría que tener en cuenta que se han hallado cuerpos momificados al lado de cuerpos reducidos al estado de esqueletos, en cuyo caso juega ciertamente un factor individual.

La rigidez, la desecación parcial, hasta alteraciones mínimas del cadáver recomendarían la reserva frente a la afirmación de una intervención sobrenatural. Pero entretanto no debemos olvidar que Dios se sirve de causas secundarias para llegar al fin, y que una conservación desacostumbrada, sobre todo sin deformación del rostro y de la actitud del Cuerpo, aunque no absolutamente imposible en vía natural, debe hacer pensar en la posibilidad de una gracia de su parte.

d) Finalmente, hay casos que parecen muy netamente milagrosos, como la conservación de la lengua de San Juan Nepomuceno, cuando todo su cuerpo está destruido; como la incorruptibilidad con toda su flexibilidad del cuerpo de Santa Rosa de Viterbo; como la del cuerpo de San Claudio, que en 1769, a más de 1000 años después de su muerte, presentaba una carne “palpable”, la lengua intacta, el rojo del paladar visible a través de la boca entreabierta, el brillo de los ojos…

Sin duda, ese estado no es eterno y esos cuerpos santos, después de siglos de incorruptibilidad caen finalmente convertidos en polvo; sin duda, algunos pueden experimentar internamente un proceso de desintegración, que un día los hace desaparecer en ceniza. Pero esa misma integridad limitada en el tiempo, esa misma incorruptibilidad limitada en calidad, nos parece exceder el proceso aún más excepcional de la evolución del cadáver.

Por eso, ya con seguridad, ya con más o menos probabilidad, la incorruptibilidad absoluta o relativa de los cuerpos santos puede manifestarnos la calidad de la virtud de los que los han animado durante su vida terrenal.

PRODIGIOS PARTICULARES DE ALGUNOS CUERPOS SANTOS:


Hemos hablado ya de los fenómenos luminosos y odoríferos presentados por algunos cadáveres de personajes piadosos. Se ha comprobado muchas veces la producción por el cuerpo de un líquido perfumado, calificado, según los casos, de aceite, de bálsamo, de agua, de maná.

Juan Clímaco (muerto en 606) narra, en su Escala del Paraíso, con respecto a un santo religioso, Menas:

“Mientras realizábamos para él el servicio divino, el tercer día después de su muerte, el sitio en que se hallaba su cuerpo, se llenó de pronto de un olor maravilloso. El Abate permitió entonces abrir su ataúd y vimos fluir de las dos plantas de los pies, como de dos fuentes, un bálsamo perfumado”.

Cuando se retiró el cuerpo de Magdalena de Pazzi (1566-1607), un año después de su muerte, se le halló intacto y de él manó un aceite durante doce años, después de lo cual la producción se detuvo, pero el cuerpo permaneció incorruptible.

Se citan hechos análogos de la bienaventurada Juana de Orvieto, la bienaventurada Margarita de Castello, etc. En la bienaventurada Eustoquio (1437-1491), cuyo cuerpo estaba sin corrupción tres siglos después del fallecimiento, todos los viernes y todas las grandes fiestas se formaba un sudor perfumado.

Un caso notable es el de María Margarita de los Ángeles (1605-1658), cuyo cuerpo destiló más cien ampollas de un aceite que fué consumido en la lámpara del santuario.

Cuerpos enteros de Santos transformados en aceite odorífero, como aconteció con el bienaventurado Ángel de Oxford, el Venerable Francisco Olimpio, etc.

Finalmente ocurre que la osamenta de un Santo deja manar un líquido, como el “maná” de San Nicolás de Bari, que un tiempo parece haber sido un aceite, y que sin embargo es un agua muy pura (análisis del Instituto de Higiene de Bari en 1925). No parece que se trate de la condensación de la humedad atmosférica.

De todos modos, estos hechos nos enfrentan con tres órdenes de prodigios:

a) Exsudación de líquido de la osamenta; nos faltan informaciones suficientes al respecto.
b) Transformaciones de un cuerpo humano en aceite odorífero. El proceso de saponificación, de la producción de grasas de cadáver, el de la producción de gas inflamable durante la descomposición de los cadáveres, permiten comprender el fenómeno, pero, como esto no parece acontecer más que para cuerpos santos, es creíble que sea necesario un milagro para dirigir esta evolución específica de los restos humanos;
c) Secreción de un aceite o de un sudor perfumado, quedando entero e incorruptible el cuerpo. En este caso no se ve otra posibilidad que la del milagro, que pueda realizar ese prodigio, cuyo mecanismo biológico se nos escapa íntegramente.

Fuente: Dr. Henri Bon, Medicina Católica, (1942)

DIGAMOS NO AL ABORTO:

Bernard Nathanson:
Cuando la "Mano de Dios" alcanzó al "Rey del aborto"

¿Qué puede llevar a un poderoso y reconocido médico abortista a convertirse en un fuerte defensor de la vida y abrazar las enseñanzas de Jesucristo?
¿Pudo más el peso de su conciencia por la muerte de 60 mil no nacidos o quizás las muchas oraciones de todos aquellos que rogaron incansablemente por su conversión?
 
 
Según Bernard Nathanson, el popular "rey del aborto", su conversión al catolicismo resultaría inconcebible sin las plegarias que muchas personas elevaron a Dios pidiendo por él. "Estoy totalmente convencido de que sus oraciones fueron escuchadas por Él", indicó emocionado Nathanson el día en que el Arzobispo de Nueva York, el fallecido Cardenal O´Connor, lo bautizó".
Hijo de un prestigioso médico judío especializado en ginecología, el Dr. Joey Nathanson, a quien el ambiente escéptico y liberal de la universidad hizo abdicar de su fe, Nathanson creció en un hogar sin fe y sin amor, donde imperaba demasiada malicia, conflictos y odio.
Profesional y personalmente Bernard Nathanson siguió durante buena parte de su vida los pasos de su padre. Estudió medicina en la Universidad de McGill (Montreal), y en 1945 se enamoró de Ruth, una joven y guapa judía con quienes hicieron planes de matrimonio. La joven, sin embargo, quedó embarazada y cuando Bernard le escribió a su padre para consultarle la posibilidad de contraer matrimonio, éste le envió cinco billetes de 100 dólares junto con la recomendación de que eligiese entre abortar o ir a los Estados Unidos para casarse, poniendo en riesgo su brillante carrera como médico que le esperaba.
Bernard puso su carrera por delante y convenció a Ruth de que abortase. No la acompañó a la intervención abortiva y Ruth volvió sola a casa, en un taxi, con una fuerte hemorragia, estando a punto de perder la vida. Al recuperarse -casi milagrosamente- ambos terminaron su relación. "Ese fue el primero de mis 75.000 encuentros con el aborto, me sirvió de excursión iniciadora al satánico mundo del aborto", confesó el Dr. Nathanson.
Luego de graduarse, Bernard inició su residencia en un hospital judío. Después pasó al Hospital de Mujeres de Nueva York donde sufrió personalmente la violencia del antisemitismo, y entró en contacto con el mundo del aborto clandestino. Para entonces ya había contraído matrimonio con una joven judía, tan superficial como él, según confesaría, con la cual permaneció unido cerca de cuatro años y medio. En esas circunstancias Nathanson conoció Larry Lader, un médico a quien sólo le obsesionaba la idea de conseguir que la ley permitiese el aborto libre y barato. Para ello fundó, en 1969, la "Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto", una asociación que intentaba culpabilizar a la Iglesia de cada muerte que se producía en los abortos clandestinos.
Pero fue en 1971 cuando Nathanson se involucró directamente en la práctica de abortos. Las primeras clínicas abortistas de Nueva York comenzaban a explotar el negocio de la muerte programada, y en muchos casos su personal carecía de licencia del Estado o de garantías mínimas de seguridad. Tal fue el caso de la dirigida por el Dr. Harvey. Las autoridades estaban a punto de cerrar esta clínica cuando alguien sugirió que Nathanson podría ocuparse de su dirección y funcionamiento. Se daba la paradoja increíble de que, mientras estuvo al frente de aquella clínica, en aquel lugar existía también un servicio de ginecología y obstetricia: es decir, se atendían partos normales al mismo tiempo que se practicaban abortos.
Por otra parte, Nathanson desarrollaba una intensa actividad, dictando conferencias, celebrando encuentros con políticos y gobernantes de todo el país, presionándoles para lograr que fuese ampliada la ley del aborto.
"Estaba muy ocupado. Apenas veía a mi familia. Tenía un hijo de pocos años y una mujer, pero casi nunca estaba en casa. Lamento amargamente esos años, aunque sólo sea porque he fracasado en ver a mi hijo crecer. También era un paria en la profesión médica. Se me conocía como el rey del aborto", afirmó.
Durante ese periódo, Nathanson realizó más de 60.000 abortos, pero a finales de 1972, agotado, dimitió de su cargo en la clínica.
"He abortado a los hijos no nacidos de amigos, colegas, conocidos e incluso profesores. Llegué incluso a abortar a mi propio hijo", lloró amargamente el médico, quien explicó que a la mitad de la década de los sesenta "dejó encinta a una mujer que lo quería mucho. (.) Ella quería seguir adelante con el embarazo pero él se negó. Puesto que yo era uno de los expertos en el tema, yo mismo realizaría el aborto, le expliqué. Y así lo hice", precisó.
Sin embargo, a partir de ese suceso las cosas empezaron a cambiar. Dejó la clínica abortista y pasó a ser jefe de obstetricia del Hospital de St. Luke´s. La nueva tecnología, el ultrasonido, hacía su aparición en el ámbito médico. El día en que Nathanson pudo observar el corazón del feto en los monitores electrónicos, comenzó a plantearse por vez primera "qué era lo que estábamos haciendo verdaderamente en la clínica".
Decidió reconocer su error. En la revista médica The New England Journal of Medicine, escribió un artículo sobre su experiencia con los ultrasonidos, reconociendo que en el feto existía vida humana. Incluía declaraciones como la siguiente: "el aborto debe verse como la interrupción de un proceso que de otro modo habría producido un ciudadano del mundo. Negar esta realidad es el más craso tipo de evasión moral".
Aquel artículo provocó una fuerte reacción. Nathanson y su familia recibieron incluso amenazas de muerte, pero la evidencia de que no podía continuar practicando abortos se impuso. Había llegado a la conclusión de que no había nunca razón alguna para abortar: el aborto es un crimen.
Poco tiempo después, un nuevo experimento con los ultrasonidos sirvió de material para un documental que llenó de admiración y horror al mundo. Se titulaba "El grito silencioso", y sucedió en 1984 cuando Nathanson le pidió a un amigo suyo -que practicaba quince o quizás veinte abortos al día- que colocase un aparato de ultrasonidos sobre la madre, grabando la intervención.
"Lo hizo -explica Nathanso- y, cuando vio las cintas conmigo, quedó tan afectado que ya nunca más volvió a realizar un aborto. Las cintas eran asombrosas, aunque no de muy buena calidad. Seleccioné la mejor y empecé a proyectarla en mis encuentros provida por todo el país".
 
Regreso del hijo pródigo:
 
Nathanson había abandonado su antigua profesión de "carnicero humano" pero aún quedaba pendiente el camino de vuelta a Dios. Una primera ayuda le vino de su admirado profesor universitario, el psiquiatra Karl Stern. "Transmitía una serenidad y una seguridad indefinibles. Entonces yo no sabía que en 1943, tras largos años de meditación, lectura y estudio, se había convertido al catolicismo. Stern poseía un secreto que yo había buscado durante toda mi vida: el secreto de la paz de Cristo".
El movimiento provida le había proporcionado el primer testimonio vivo de la fe y el amor de Dios. En 1989 asistió a una acción de Operación Rescate en los alrededores de una clínica. El ambiente de los que allí se manifestaban pacíficamente en favor de la vida de los aún no nacidos le había conmovido: estaban serenos, contentos, cantaban, rezaban. Los mismos medios de comunicación que cubrían el suceso y los policías que vigilaban, estaban asombrados de la actitud de esas personas. Nathanson quedó afectado "y, por primera vez en toda mi vida de adulto empecé a considerar seriamente la noción de Dios, un Dios que había permitido que anduviera por todos los proverbiales circuitos del infierno, para enseñarme el camino de la redención y la misericordia a través de su gracia".
"Durante diez años, pasé por un periodo de transición. Sentí que el peso de mis abortos se hacía más gravoso y persistente pues me despertaba cada día a las cuatro o cinco de la mañana, mirando a la oscuridad y esperando (pero sin rezar todavía) que se encendiera un mensaje declarándome inocente frente a un jurado invisible", señala Nathanson.
Pronto, el médico acaba leyendo "Las Confesiones", de San Agustín, libro que calificó como "alimento de primera necesidad", convirtiendose en su libro más leído ya que San Agustín "hablaba del modo más completo de mi tormento existencial; pero yo no tenía una Santa Mónica que me enseñara el camino y estaba acosado por una negra desesperación que no remitía".
En esa situación no faltó la tentación del suicidio, pero, por fortuna, decidió buscar una solución distinta. Los remedios intentados fallaban: alcohol, tranquilizantes, libros de autoestima, consejeros, hasta llegar incluso al psicoanálisis, donde permaneció por cuatro años.
El espíritu que animaba aquella manifestación provida enderezó su búsqueda. Empezó a conversar periódicamente con el Padre John McCloskey; no le resultaba fácil creer, pero lo contrario, permanecer en el agnosticismo, llevaba al abismo. Progresivamente se descubría a sí mismo acompañado de alguien a quien importaban cada uno de los segundos de su existencia. "Ya no estoy solo. Mi destino ha sido dar vueltas por el mundo a la búsqueda de ese Uno sin el cual estoy condenado, pero al que ahora me agarro desesperadamente, intentando no soltarme del borde de su manto".
Finalmente, el 9 de diciembre de 1996, a las 7.30 de un lunes, solemnidad de la Inmaculada Concepción, en la cripta de la Catedral de S. Patricio de Nueva York, el Dr. Nathanson se convertía en hijo de Dios. Entraba a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, su Iglesia. El Cardenal John O´Connor le administró los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
Un testigo expresa así ese momento: "Esta semana experimenté con una evidencia poderosa y fresca que el Salvador que nació hace 2.000 años en un establo continúa transformando el mundo. El pasado lunes fui invitado a un Bautismo. (...) Observé como Nathanson caminaba hacia el altar. ¡Qué momento! Al igual que en el primer siglo... un judío converso caminando en las catacumbas para encontrar a Cristo. Y su madrina era Joan Andrews. Las ironías abundan. Joan es una de las más sobresalientes y conocidas defensoras del movimiento provida... La escena me quemaba por dentro, porque justo encima del Cardenal O´Connor había una Cruz. Miré hacia la Cruz y me di cuenta de nuevo que lo que el Evangelio enseña es la verdad: la victoria está en Cristo".
Las palabras de Bernard Nathanson al final de la ceremonia, fueron escuetas y directas. "No puedo decir lo agradecido que estoy ni la deuda tan impagable que tengo con todos aquellos que han rezado por mí durante todos los años en los que me proclamaba públicamente ateo. Han rezado tozuda y amorosamente por mí. Estoy totalmente convencido de que sus oraciones han sido escuchadas. Lograron lágrimas para mis ojos".

Hablando claro sobre el Aborto :


Nonatos, nonacidos, nascituros, nascendos, prenacidos, nascentes, nacientes, infantes, niños.
Urge poner el lenguaje al día no solo para incorporar nuevos términos o acepciones cuando se requieran, sino también cuando, por tergiversaciones o desvíos interesados, hay necesidad de corregir el abuso y rectificar su trayectoria desde la autenticidad léxica.
1.-  Cultura  -de colere- se refirió primero a la agri-cultura. Y ya, en Catón el Viejo (s. III a. C.). Cultor vitis es el que cultiva la viña; cultores veritatis, fraudis inimici, son, según Cicerón, los amigos de la verdad y enemigos del fraude; Marcial llama  cultor Minervae a quien cultiva las letras. Para Cicerón, Philosophia est cultura animi ; y  el culto y práctica religiosa es Cultura Dei.
La cultura es, ante todo, una labranza o laboreo, esfuerzo de las potencias espirituales y materiales para la elevación del hombre. Es también el mejor  resultado de ese esfuerzo conseguido a través del tiempo por los diferentes pueblos. Engloba todos los valores que elevan al hombre y su dignidad en los distintos niveles. La cultura da al hombre capacidad de encontrarse a sí mismo y facilita caminos de superación. Cultura es, pues, concepto y contenido positivos. Nos enseña responsabilidad. El hombre se reconoce a sí mismo como proyecto y  busca valores que lo perfeccionen y lo trasciendan. Por el contrario, lo que se oponga a esta aspiración de ser mejores y al esmero ético de  crecer en dignidad, será, según los casos, incultura, subcultura, seudocultura, anticultura, contracultura.
El hombre no puede acceder a la verdadera y plena humanidad más que a través de la cultura, es decir, cultivando los bienes y valores de la naturaleza. Por tanto, siempre que se trata de vida humana, naturaleza y cultura están en la más íntima conexión.
Con la palabra "cultura" se indica, en general, todo aquello con lo que el hombre afina y desarrolla sus múltiples cualidades espirituales y corporales, nos enseña ya el Concilio en la Constitución pastoral Gaudium et Spes, 53).
El Evangelio es la más eminente forma de cultura porque integra todos los esfuerzos y posibilidades humanas para que el hombre vaya llegando a ser  -fieri-  lo que está llamado a ser: icono, imagen de Dios.  Y Jesucristo, que representa los más altos valores humanos, es el innegable patrimonio cultural de la humanidad.  El Evangelio vivo va asumiendo como propias todas las manifestaciones auténticas de valor y cultura del hombre. S. Pablo pregona atrevida e insistentemente: Todo es vuestro, Pablo,  Apolo, Cefas, el mundo, la  vida, la muerte, las cosas presentes, las futuras; todo es vuestro; vosotros de Cristo,  y Cristo, de Dios (I Co 3  21-23).
(La Iglesia, en gesto que la dignifica, ha pedido sincero perdón repetidas veces, y en forma solemne, de todos sus pecados,  de los malentendidos y errores que hubieren tenido lugar. A Dios y al mundo. ¿No es tiempo ya de que también el pensamiento de muchos hombres avance y no se retenga en la ignorancia, en resentimiento o en la revancha simplista?  ¿Ha pedido perdón el mundo de la política, del poder, de los intereses? Ciertamente, la Iglesia no lo necesita. Solamente pide, en actitud intelectual y moral, o sea, cultural, que cultive la comprensión y el respeto mutuo. ¿Tiene el mundo un estatuto lejanamente parecido, verbi gratia,  a la Constitución  Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II ?)
2.- Quienes llevamos la Luz de la Revelación debemos marcar el paso decididamente y trasmitir luz, certezas, seguridad. Lavemos fórmulas equívocas o deletéreas.  Pongamos al día el lenguaje liberándolo de esas inexactitudes, tergiversaciones y maliciosos abusos que suelen hacerle los intereses disimulados, y aun descarados, de muchos gremios de la sociedad.
La manipulación de las palabras se convierte en mentira porque oculta la verdad y es  grave hipocresía. Por la historia de la cultura sabemos que los límites u horizontes del lenguaje, son los límites u horizontes del mundo. También son definitorios de la persona. A modo de refrán:
Dime cómo te expresas y te diré tus veras.
Es deber nuestro, de los cristianos  -ministros del Verbo-  y maestros de la Palabra, devolver la verdad a las cosas;  que es adecuar la palabra con la cosa: Adaequatio intellectus cum re.  Una vez convenido el instrumento del lenguaje, debe respetarse, de lo contrario estaremos intencionadamente ocultando la realidad, y eso es engañar, mentir,  -mentior- , esto es, esconder el verbum mentis, o sea, lo que se piensa, bajo el disfraz del verbum oris, lo que se dice. Que vuestro hablar sea sí, por sí; no, por no. Lo que pase de ahí procede del Malo, enseñaba Jesús (Mt 5  37).
S. Pedro, exhortando a los fieles, trae los sufrimientos de Cristo que nos dejó su ejemplo  -upogrammón-  (la muestra que el pedagogo escribe para que los niños la imiten) y sigamos sus pasos;  y advertirle al cristiano, que por sentido de responsabilidad  -propter conscientiam Dei-  y debiéndose a la verdad,  sufrirá injustamente padecimientos. Y Jesús los sufrió, a pesar de no hallarse dolo en su boca:  Non est inventus dolus in ore eius (I  Pe  2  19-22 ).
Muchos emplean hoy la palabra cultura, tanto para cosas positivas como negativas. Las cosas negativas no debieran llevar el nombre de cultura, pues encierra contradictio in terminis, máxime cuando se refieren a situaciones límite. Las necesidades lingüísticas y literarias fueron creando los metaplasmos para adecuar el lenguaje a lo que se deseaba expresar. Recurramos a metaplasmos también hoy, si fuere necesario, aunque con urgencia no tanto literaria, cuanto moral. A las situaciones negativas límite, como lo nefando, las aberraciones y el crimen, a eso es a lo que llamamos subcultura, anticultura y contracultura.
3.- En cualquier campo científico y, por supuesto, en el jurídico y moral, hay que hacer palmaria defensa de la vida del niño y protegerla con máximo cuidado desde el primer instante de la concepción;  el abominable crimen del aborto debe ser condenado sin ambages (GS 51). El hombre, o lo es desde el principio, o no lo será nunca. Con palabras de Tertuliano: Homo est et qui est futurus:  El hombre ya es el que será. Y puntualmente anota el profesor Picasso Muñoz en su Antología latina: "Regla de oro: un ser con potencialidad (no digo posibilidad) de ser persona, es ya una persona".
En la Biblia leemos textos que dicen cómo Dios nos teje y va bordándonos ya en el vientre de nuestra madre: Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Cuando me ibas formando  (mi hipóstasis, leemos en los LXX)  en lo oculto y entretejiendo en lo profundo de la tierra, tus ojos veían mi embrión  -to akatérgaston mou-. Se definían todos mis días antes de llegar el primero. El P. Alonso Schökel expone una actual y bellísima exégesis de estos versillos (Sal  139  13-16).
4.- Cómo llamar al concebido y aún no nacido. - Las palabras cigoto, mórula, embrión y feto en su origen griego o latino, hacen referencia a la unión, semejanza, al brote, germinación, al fruto de la fecundación.
1. Zigoto: de zygotós  = uncido, unido. Célula que resulta de la unión de dos gametos.
2. Mórula: de morula = (diminutivo de mora) embrión temprano que, durante el período de segmentación, tiene el aspecto de una mora.
3. Embrión: de en-brúo = brotar, germinar; surgir. Es un brote que germina, el nuevo ser vivo que acaba de ser concebido, y ya empieza a desarrollarse hasta adquirir las características morfológicas de la especie, y que acabará siendo completo lo que es ya  en esencia: un ser humano.  Microscópico organismo viviente que pesa, nos dicen,  tan solo 15 diez millonésimas de gramo. Esta primera célula es un ser humano con identidad propia,  con una composición genética propia y  distinta de la de su madre. En esa primera célula se encuentran todas las cualidades genéticas del individuo, que irán desarrollarse progresivamente.
Feto: de fetus -a -um, preñado, que lleva el fruto de la fecundación. Fetosus: fecundo. Fetus -us, parto, nacimiento. El feto es, pues, el embrión, fruto de la fecundación que desarrollará lo que ya es esencialmente en su ser hasta el nacimiento. Médica y técnicamente pueden recibir con legitimidad, nombres y conceptuación diferentes; ónticamente, aun con nombre distinto, es la persona única e inviolable.
2. El nasciturus o nascituro: Utilicemos de modo corriente las verdaderas palabras que expresan la realidad, el hecho verdadero y completo. S. Agustín y Paladio ya emplean nasciturus como participio futuro. La palabra nasciturus o nascituro está vigente en el lenguaje jurídico y moral, pero muchos que incluso manejan el derecho, se esfuerzan por ignorarla. Nasciturus es part. fut. del verbo intransitivo  nascor,  nasci, natus sum, nacer. Tiene la composición de incoativo, es decir, el hecho de nacer se está ya realizando; de modo semejante, el verbo cresco, crecer, iuvenesco, ir haciéndose joven; senesco, ir haciéndose viejo, envejecer... etc... En el  prenacimiento, diríamos, ya se está naciendo.
En el campo jurídico, la palabra ya está sustantivada; es un sustantivo: el que va a nacer, el que nacerá. No es una cosa que simplemente está ahí, manipulable. Sino un sujeto: el nasciturus, el nascituro. Palabra que debemos usar corrientemente, pues ello implica no solo el proceso natural de quien va a nacer, sino también configura la individualidad, alteridad  -personalidad-  del que ya se sabe, se espera que, está punto de, deberá  nacer.
3.  El nascendo: part. fut. de nascor. Señala deber e inminencia. En español podría llamársele también nascendo, pues el rasgo del deponente latino desapareció en castellano. Ya Aulo Gelio, gramático del s. II, emplea esta frase hablando de formar a los hombres ya en el seno materno: ad homines nascendos: a los que deben nacer, a los nascendos.
4. El nascente, el naciente: Es partic. pres. de nascor: que viene al nacimiento. Ya Tertuliano en su  Apologeticum nos habla de manera clarísima y rotunda del crimen del aborto, y lo define como homicidii festinatio, que traduciremos, con el vigor verbal del cartaginés, como  la prisa por matar.  Y habla de  prohibir nacer y de que, si se le mata, es el mismo crimen matar al  nacido como al nascente ( natum  o  nascentem).  Podemos usar, pues, el nascente, ya sustantivado, en su propia forma culta latino-española, o en la ya evolucionada de naciente.
5.  El nonato: Nonato es funcionalmente un sustantivo compuesto de la negación non, y del adjetivo natus;  así, de dos monemas (adverb. y partic. non natus, no nacido), formamos una sola palabra:  nonacido o nonato. Es curioso que la misma Academia, que admite el vocablo nonato, lo considere solamente como adjetivo y con denotación restringida aplicada exclusivamente al no nacido naturalmente, sino sacado del claustro materno mediante la operación cesárea. O sea, lo aplica al ya nacido, aunque no naturalmente, pero no al que aún no ha nacido. ¿Y no es ya hora de pedirle a la Academia que introduzca la acepción de nonato, también como sustantivo, y con toda propiedad, para quien ha sido concebido y está ya en el claustro materno aunque aún no ha sido dado a luz?
Desde hace siglos viene empleando nuestro lenguaje, familiar y universalmente, el adjetivo nonato para referirse al célebre santo español, S. Ramón Nonato,  mercedario y cardenal de la Iglesia en el s. XIV,  y que ha quedado como su característico apelativo. Habiendo muerto su madre, fue extraído por cesárea del vientre materno. Y se le invoca como abogado y patrono de todas las madres gestantes y parturientas. Es correcto y oportunísimo extender la palabra nonato para referirnos, con toda propiedad, y como sustantivo, a los nonacidos, o sea, a los aún no nacidos, pero que son ya nascituros, es decir, que están para nacer, o sea, que deberán nacer, y que, de hecho ya son nascentes o nacientes, porque el  verbo nascor (na-sc-or)  es, por el infijo -sc-,  de formación incoativa. La acción intransitiva-incoativa de nacer es un proceso desde la concepción hasta el nacimiento propiamente dicho.
6.  El prenacido o nonacido: Como en la formación de nonato, lingüísticamente hablando es económica, al formar una sola palabra de dos monemas. Pero sobre todo, semánticamente cobra una expresividad mayor, incluso personalidad. El nonacido o el prenacido, empleado ya como sustantivo, es la persona que desde el instante de su concepción está en el seno materno y que posee todos los derechos intrínsecamente inerentes a él, y nosotros todos los deberes para con él.
Gracias al deber cristiano de poner conciencia en el mundo  -propter conscientiam Dei (I Pe 2  19), en favor de la verdad y de la justicia, y para atajar la contracultura de muerte, se está universalizando el Día del Nonacido o del Niño por nacer, 25 de marzo, fiesta de la Anunciación y Encarnación. Varios países lo celebran ya con diversos actos, tanto oficiales en el marco civil, como eclesiales.
Nos incumbe devolver su significado a las palabras que, en lo posible, deben reflejar las realidades. Nomina sunt consequentia rebus, establece el derecho romano: los nombres deben ser consecuencia de lo que son las cosas; punto de partida del recto humanismo. Quien procede lealmente  -qui facit veritatem, dice S. Juan-   se acerca a la luz (Jn 3  21). O sea, la verdad se hace. 
Y el primer modo de hacer la verdad es decirla.
P. D. Jiménez Sanz, oar

Un Pensamiento Diario para San José en el Mes dedicado a ÉL.

 




Día 1:
Padre adoptivo de Jesús. Escogido por el Eterno Padre con amor previsor y gratuito, para ser custodio y defensor de Jesús, tú, oh San José, entras plenamente en el proyecto de la Salvación, según las promesas hechas por Dios al pueblo hebreo. Ayúdame, San José, a leer hoy, con amor, el Evangelio que describe la genealogía de Jesús.


Día 2:
Custodio de Jesús. Durante la vida terrena de Jesús, tú, oh San José, no te has preocupado de hacer cosas grandes sino de hacer bien la voluntad de Dios, también en las cosas más sencillas y humildes, con mucho empeño y amor. Enséñame San José la prontitud en buscar y realizar la voluntad de Dios.

Día 3:
Esposo de la Madre de Dios. Después de la perturbación inicial, oh San José, tu “sí” a la voluntad de Dios fue claro y preciso, aceptando a María como Esposa. Entonces, por ti, Jesús entró en la genealogía de David con pleno derecho delante de la ley y de la sociedad. Te confiamos, oh San José, a todos los padres para que siguiendo tu ejemplo acepten en el seno materno el don inestimable de la vida humana.

Día 4:
El hombre del silencio. Te acostumbraste al silencio, oh San José, estando con Jesús y María. La casa de Nazaret era un templo y ¡en el templo, sobre todo, se reza!.Enséñame, oh San José, a dominar mi locuacidad y a cultivar el espíritu de recogimiento.

Día 5:
El hombre de fe. Más que Abraham, a ti, oh San José, te tocó creer en lo que es humanamente impensable: la maternidad de una virgen, la encarnación del hijo de Dios. Fortalece, oh San José, a quien se desanima y abre los corazones para confiar en la Providencia de Dios.

Día 6:
El hombre de la esperanza. En la persona de Jesús, oh San José, tuviste la garantía del cielo y, por lo tanto, siempre estuviste lleno de profunda paz interior. Aumenta, oh San José, mis motivos para tener coraje, alimenta el aceite para mis lámparas.

Día 7:
El hombre del amor a Dios. Oh San José, tú distepruebas de amor a Dios cuidando amorosamente a Jeús en vida escondida y en profunda sintonía con la voluntad de Dios. Enséñame oh San José, a amar a Dios con todo mi corazón, con toda mi mente y con todas mis fuerzas.

Día 8:
El hombre de la acogida. Oh San José, diste ejemplo de espíritu de acogida en la afectuosa ternura con tu esposa, en los servicios prestados a la gente, buena o mala, y estando siempre al lado de Jesús, el salvador de las almas. Oh San José, ¡Que yo descubra aquellos gestos que me hacen imagen viva de Dios amor, los gestos de acogida y de paz, los gestos de disponibilidad y de dedicación incondicional !.

Día 9:
El hombre del discernimiento. Con los ojos del alma, oh San José, ordenaste tu vida de piedad, tu trabajo, tu alimento, tu reposo, tus pensamientos más profundos, tus afectos, tus juicios, tus intenciones en el obrar. Ayúdame oh San José, a avanzar en las virtudes por la acción del Espíritu Santo que renueva la vida de las personas y de las comunidades.

Día 10:
El hombre de la docilidad. Santo Tomás define la docilidad como atención constante y deferente a las enseñanzas de los sabios. Tú, oh José, fuiste siempre muy dócil a las enseñanzas de Jesús y de María, su Madre. Aleja de nosotros oh San José, la presunción, la tonta estima de mis opiniones, la obstinación de seguir mis ideas.

Día 11:
El hombre de la entrega. Tú oh San José, no perdías tiempo en cosas vanas e inútiles y no obrabas con disgusto o mala gana. Ayúdame oh San José, en la oración, a no permitir que mi alma, se quede dormida y alcánzame una habitual disposición y fervor en mi vida.

Día 12:
El hombre de la simplicidad. Esta virtud oh San José, hacía parte de tu carácter y cada día más se perfeccionaba por el desapego de las criaturas. Ayúdame oh San José, a desear y gustar solamente a Dios y a despegarme de todo lo que no sirve para mi vida espiritual.

Día 13:
El hombre de la confianza. Tu seguridad oh San José, estaba en adherir a la voluntad de Dios como se manifestaba día tras día. Haz oh San José, que nosotros tengamos la seguridad de quien confía en Dios y que en cualquier situación, aunque adversa, estemos en sus manos.

Día 14:
El hombre de la paz. Tú, oh San José, fuiste el custodio de aquel que trajo la paz al mundo, que predicó el amor, la fraternidad y la unidad y proclamó ” felices los que trabajan por la paz”. Oh San José, ayúdame a promover la paz en el ambiente donde yo vivo y trabajo.

Día 15:
Ejemplo de humildad. ¡ Como te sentías pequeño a tus ojos, oh San José!, ¡Como amabas tu pequeñez!. No hiciste milagros y mantuviste tu vida tan escondida que casi nada sabemos de ella. Ayúdame, oh San José, a huir de las alabanzas y de la gloria humana. Haz que encuentre gusto en vivir escondido y en relativizar mis intereses personales.

Día 16:
Ejemplo de fortaleza. Sin duda, oh San José, tu fortaleza alcanzó un grado de perfección muy elevado. Ella se manifestó especialmente en el soportar con serenidad el exilio en Egipto y la dureza del trabajo de cada día. Ayúdame oh San José, a no desfallecer frente a las tentaciones, fatigas y sufrimientos.

Día 17:
Ejemplo de obediencia. Tu obediencia, oh San José, fue admirable, especialmente cuando tuviste que huir a Egipto, luego de una orden delante de la cual habías tenido tantas razones para no realizar. Aleja de mí, oh San José, todas las excusas que mi egoísmo plantea para no cumplir la voluntad de Dios.

Día 18:
Ejemplo de justicia. Viviendo alejado de las cosas del mundo, oh San José, practicaste siempre la virtud de la justicia especialmente a través de tu trabajo de carpintero. Y ¡qué respeto tuviste para con el Rey y la Reina del Cielo! Alcánzame, oh San José total pureza de intenciones y de corazón y plena adhesión a Dios y a su voluntad.

Día 19:
Ejemplo de prudencia. Tu prudencia, oh San José, se manifestó en el desapego del mundo, en la castidad, en la pobreza, en tu espíritu de pobre y en la dedicación al trabajo de cada día. Haz, oh San José, que yo no haga nada sin antes confirmarme: “que sirve esto para la eternidad”.

Día 20:
Ejemplo de pobreza. Tú, oh San José, viviste la pobreza voluntaria, sufriste las privaciones y las incomodidades de la pobreza, pero no quisiste cambiar tu condición por ningún tesoro de este mundo. Obténme, oh San José, la gracia del desapegarme de las riquezas y de desear únicamente los bienes eternos.

Día 21:
Ejemplo de gratitud. Nadie después de tu Esposa, oh San José, recibió tanto como tú, de la bondad de Dios. En tu justicia dabas gracias a Dios continuamente. Veías solo a Dios, pensabas sólo en Dios ; no obrabas sino por ÉL. Haz, oh San José, que yo tenga verguenza de mis ingratitudes y que tenga valentía de humillarme delante de Dios.

Día 22:
Ejemplo a los obreros. Como cada uno de nosotros, también tú, oh San José, probaste la fatiga, y el cansancio del trabajo de cada día. Ayúdame, oh San José, a redescubrir la dignidad de mi trabajo, sea cual sea, y de desarrollarlo con entusiasmo para el bien de todos.

Día 23:
Ejemplo de la misión. Oh, San José, ¡Que gran amor tuvistes por las almas! ¡Cuantas oraciones hiciste para su salvación! ¡Y todo eso inspirado por Cristo que habría de morir por la salvación del mundo!. Haz, oh San José, que yo pueda con la palabra y con la vida, ayudar al hombre de hoy a encontrar a Jesús, la Palabra que da respuesta definitiva a todas las preguntas esenciales del hombre.

Día 24:
Custodio de la virginidad. La Voz del Espíritu Santo encontró en tí, oh San José total acogida, porque tu vida fue llena únicamente de Dios y tu fuerza fue sólo el amor que tuviste para Él. Haz, oh San José, que yo deje mis caminos y siga sólo a Dios que me llama a participar de su vida, y que tenga fuerza de hacer fructificar sus dones.

Día 25:
Consuelo de los que sufren. Oh San José, toda tu vida estuvo marcada por el sufrimiento: exilio, trabajo, pobreza. Pero tu corazón era feliz y tu alma siempre serena. Ayúdame oh San José, a darme cuenta de que la vida eterna y no el dolor, es la verdadera vocación del hombre. Presérvame ahora y siempre del llanto de los que no tienen esperanza.

Día 26:
Esperanza de los enfermos. En tu vida, oh San José, no todo fue claro y fácil de comprender. Sin embargo supiste encontrar tu misión única e irrepetible en la historia. Te ruego, oh San José, consolar hoy a todos los que están afligidos por la enfermedad. Llena sus días de personas amigas y desinteresadas.

Día 27:
Patrono de los moribundos. Tú, oh San José, tuviste la suerte de morir asistido por Jesús y tu esposa María. Tuviste siempre presente en tu vida la meta final o sea el cielo, con la certeza de alcanzarla; siempre atento a tu interioridad y dedicado a la contemplación. Ayúdame, oh San José, a pensar a menudo en el cielo donde todos somos invitados al banquete eterno.

Día 28:
Amparo de las familias. Oh, San José, la Escritura afirma que a tu lado y de María, Jesús “crecía en edad, sabiduría y gracia”. Te ruego, oh San José, que los niños encuentren en la familia el ambiente ideal para desarrollar el amor y asumir los verdaderos valores.

Día 29:
Modelo de vida doméstica. Oh, San José, en la Familia de Nazaret asumiste plenamente tu responsabilidad con espíritu de colaboración y de humildad evangélica. Haz, oh San José, que los padres sepan unir todas las potencialidades del amor humano a las de una sana y adecuada espiritualidad.

Día 30:
Terror de los demonios. Oh, San José, fortificado por la presencia y el recuerdo de Jesús has podido vencer siempre cualquier ataque a tu fe por parte del demonio. Limpia, oh San José, mi corazón y mi mente de toda maldad para que sea un cristiano lleno de vida redimido por la sangre de Cristo.

Día 31:
Patrono de la Iglesia Universal. Oh, San José, por la misión que te fue confiada a la iglesia de Cristo haciendo que camine siempre en la verdad y el amor para ser luz del mundo. Guía oh, San José, a la Iglesia de Cristo en el camino de la santidad para que sea siempre más eficaz y alegre anunciadora del Evangelio. 

LA HISTORIA DE LA ORACION A SAN MIGUEL ARCANGEL.
En Octubre 13, 1884, el Papa León XIII, experimentó una visión horrible. Después de celebrar la Eucaristía se detuvo al pie del altar y quedo sumido en una realidad que solo él veía. Su rostro tenía expresión de horror y de impacto. Se fue palideciendo. Algo muy duro había visto. De repente, se incorporó, levantó su mano como saludando y se fue a su estudio privado. Lo siguieron y le preguntaron: ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se siente mal?
El respondió: “¡Oh, que imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!”, y se encerró en su oficina.
¿Qué vio León XIII?  “Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que él podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo”.
También León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.
Después de media hora, llamó al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entrego una hoja de papel y le ordeno que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenía que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí el había escrito.
En la primera oleada de cambios del post-Vaticano II – en lo que se conoce como la Prima Instructio – esta invocación magnífica y potente en que se pide que el arcángel arroje del cielo a Lucifer fue retirada de la Misa rezada en la Iglesia Católica junto con una lectura de un último Evangelio.
Fue en 1964 que la nueva norma se aprobó, y en 1968 que la nueva liturgia, menos la oración, fue autorizada. En la misma ventana cronológica de la eliminación de la oración de a San Miguel, se levantó la primera Iglesia de Satanás (1966) en los EE.UU. y la Biblia satánica tres años más tarde.
Desde ese momento, ¿qué hemos visto? Sacerdotes que han abandonado el sacerdocio. Bancos que quedaron vacios en los templos. Y ahora, el escándalo. Toda la sociedad, el cristianismo y en particular el segmento católico, se ha convertido en el foco de desdén en una cultura que se abrió a las legiones infernales.
La eliminación de la oración – junto con la eliminación casi total del exorcismo – permite el influjo de mal. En 1972, hablando a raíz del Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI dijo que “el humo de Satanás ha entrado por alguna fisura en el templo de Dios.”
Nuestros jóvenes desviados. Los sacerdotes fueron marginados. Incluso hay canciones dedicadas al diablo sonando en las radios. La televisión sustituyó a la majestad de la religión. Sexo libre. Drogas. Aborto. Promoción del matrimonio homosexual. En lugar de oración pública ahora había blasfemia pública.
Antes de la década de 1900, el cardenal suizo Gaspard Mermillod fue citado diciendo, “cuando la base misma de la sociedad es sacudida como consecuencia de haber negado los derechos de Dios, debemos revivir la veneración de San Miguel y con él alzaron el grito victorioso: “¿Quién es como Dios? ‘”
Del mismo modo, San Francisco de Sales escribió: “La veneración de San Miguel es el mejor remedio contra el desprecio de los derechos de Dios, contra la insubordinación, el escepticismo, y la infidelidad”
En 1994, el beato Papa Juan Pablo II volvió a instar a los fieles a seguir recitando la oración específicamente para la Iglesia cuando dijo: “aunque esta oración ya no es recitada al final de la misa, les pido a todos que no olviden de recitarla para obtener ayuda en la batalla contra las fuerzas de las tinieblas y contra el espíritu de este mundo”.
Recientemente, el padre Gabriel Amorth, el exorcista oficial de Roma, dijo que: “Creo que fue un error haber eliminado, sin un sustituto adecuado, la oración a San Miguel Arcángel que se solía recitar después de cada misa“.
Este año, el obispo de Peoria, EE.UU., Daniel R. Jenky, reinstauró en todos los templos de la diócesis la oración a San Miguel Arcángel, una oración “de guerra” que se usaba en EEUU durante la Guerra Fría para pedir por los cristianos perseguidos tras el Telón de Acero: “…pido que cada parroquia, escuela, hospital, Centro Newman y casa religiosa de la diócesis inserte la Oración a San Miguel Arcángel entre las intercesiones generales del domingo, justo antes de su oración conclusiva”.